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Sociedad

Desaguadero, la frontera abierta con Bolivia para el transporte de pasajeros y contrabando [FOTOS Y VIDEO]

Tierra de nadie. Comerciantes y pobladores improvisaron un paso ilegal para llegar de Puno al país vecino. A diario, decenas de botes navegan el lago Titicaca con productos diversos, incluido combustible y gas que se comercializa en mercados puneños.

Los martes y viernes son días de comercio intenso en Desaguadero, distrito de la provincia puneña de Chucuito. Pese al cierre de la frontera con Bolivia por la pandemia, la actividad comercial, sobre todo el contrabando, no se detiene. Se reactivó desde julio.

Botes repletos de comerciantes y cargados de mercadería, en su mayoría de contrabando, cruzan el lago Titicaca desde la zona conocida como Patani hacia Coronel, en territorio boliviano. Van y vienen.

Desde julio pasado, este lugar es una frontera informal que conecta ambos países. Eso lo verificó La República la semana pasada.

Sin control

El puente Desaguadero, que conecta a ambos países, está cerrado. Permanece vigilado por policías y soldados, empero este control, no existe en Patani.

Son diversos productos que se comercian. Del país vecino ingresa combustible y gas según la Policía Fiscal. Un equipo especial detectó que al día alrededor de 40 lanchas ingresan mercadería de contrabando al Perú, a través del río Desaguadero, que separa a ambos países, al sur de Puno. Para evitar los controles policiales los comerciantes apelan a camino de herradura. El intercambio fluvial se hizo más intenso luego que Bolivia, cerró su frontera con Perú para frenar el avance de la COVID-19. El horario preferido por lo contrabandistas es en horas de la tarde y la madrugada. Aprovechan el poco control policial.

Falta apoyo

El alcalde y jefe del Comando COVID-19 de este distrito, Isidoro Mendoza Huallpa, responsabiliza de la falta de control al Ministerio del Interior (Mininter). La frontera estuvo controlada hasta julio, luego los comerciantes levantaron las restricciones en forma arbitraria. A inicios de la pandemia había 63 efectivos del Ejército, ahora son solo 15

Mendoza Huallpa denuncia también que el CEBAF (Centros Binacionales de Atención en Frontera) de Desaguadero nunca estuvo cerrado durante la pandemia. Se permitía el ingreso de camiones bolivianos cargados de productos, no solo de primera necesidad, sino hasta chatarras, entre otros.

“Es responsabilidad de Aduanas, pero nunca hubo ese control. Hemos pedido en N de veces al gobierno regional, que pidan cerrar temporalmente el CEBAF, nos hemos reunido entre alcaldes, pero nunca nos han escuchado”.

Para la autoridad distrital, esto habría sido también uno de los factores para que los casos de COVID-19 se incrementen en el distrito, sobre todo en julio y agosto, los meses más críticos de la pandemia.

“Los camioneros dejaban sus carros en el puente internacional y entraban al corazón de Desaguadero para buscar alimentos”, agrega.

Negocio

Antes de la pandemia, pasar al distrito también llamado Desaguadero, pero en territorio boliviano, no tenía costo. Aunque algunos optaban por pagar S/ 1 para trasladarse en bote desde una parte de la orilla del lago, a solo unos metros del puente que une ambas localidades.

Sin embargo, hoy en día, pasar de manera ilegal hasta la zona comercial de Desaguadero (Bolivia) cuesta hasta S/ 30. Todo se ha vuelto un negocio, sobre todo para los transportistas. Los mototaxistas cobran S/ 5 por persona hasta Patani, en el lugar los boteros cobran lo mismo (S/ 5) para pasar a Coronel (Bolivia) y para dirigirse hasta la zona comercial, los transportistas cobran 10 pesos bolivianos o S/ 5 en moneda peruana. En total S/ 30 por ida y vuelta.

El transporte en ambos lados es totalmente informal, ninguno de los transportistas han implementado algún protocolo de bioseguridad para resguardar la salud de sus pasajeros.

En territorio peruano hay hasta tres puertos improvisados de donde salen los botes, mientras que en Bolivia, dos. Cruzar las aguas del Titicaca por esta zona puede demorar hasta 10 minutos.

En ambos lados también reina el comercio. Vendedores de golosinas, refrescos y hasta comidas, expenden sus productos libremente.

Policías

José, a si llamaremos a uno de los boteros que trabaja en el lugar, nos cuenta que al menos una vez por semana, la Policía realiza un operativo en el lugar. El poblador agrega que cuando eso sucede, la mayoría opta por alejarse o dejar estacionado sus embarcaciones para escapar, pero algunos “le dan un dinerito a los efectivos para dejarlos trabajar”.

La República intentó entrevistar al capitán de la Comisaría de Desaguadero sobre esta acusación, pero nos informaron que se encontraba de vacaciones.

Un policía, con quien conversamos en la calle, señaló que son los comerciantes quienes se resisten a hacer caso y se ponen violentos.

“No hemos tenido el apoyo”

Isidoro Felix Mendoza Huallpa

Alcalde distrital de Desaguadero

Desaguadero se caracteriza por ser el distrito de mayor intercambio comercial entre Perú y Bolivia. El alcalde de esta localidad denuncia la falta de apoyo por las autoridades nacional, para mantener el control.

¿Cómo va la reactivación económica en su distrito?

Tenemos aún deficiencias. Todavía no se ha reactivado todo, pero hay una fluidez de comercio local. También han comenzado a venir compradores de otras regiones del sur y hasta de Lima.

¿Qué está fallando en el control de la frontera?

No hemos tenido mucho apoyo. Ahorita está fallando el control fronterizo por parte del Ministerio del Interior.

¿Y ustedes como municipio en que están trabajando?

Como municipio estamos cumpliendo. Hemos tratado de controlar el comercio en las avenidas principales, fiscalizamos los negocios.

¿Y en la frontera?

Nosotros no tenemos competencia, pero hemos solicitado a la subgerencia de Comercio Exterior (del Gobierno Regional de Puno) la posibilidad de la reapertura. Ya nos han contestado y nos han dicho que no es posible por ahora.

¿Cómo se ha vivido la pandemia en su distrito?

Desaguadero ha sido el distrito más afectado de la provincia. Hemos tenido más de 400 contagiados y 9 fallecidos reportados.

¿Y el sistema sanitario cómo está?

Tenemos un retraso para el expediente de un módulo de contingencia. También solo contamos con cuatro camas para pacientes COVID-19 y en la pandemia varios trabajadores de salud se han contagiado, evidenciando la falta de personal.

¿Qué meses fueron los más críticos?

En Julio y Agosto. La mayoría tenía temor de ir a los centros de salud y preferían quedarse en casa.

¿Podríamos hablar entonces de una inmunidad de rebaño?

Se puede decir que si, ha habido cientos de personas que no se han acercado a los centros de salud, en las comunidades han preferido quedarse en casa.

¿Usted ha contraído el virus?

Si justo en esos meses. Sospecho que me contagie en un operativo y estuve de descanso 14 días.

¿Lo superó con éxito o todavía tiene secuelas?

Mi proceso ha sido no tan severo. No recurrí a oxígeno. Pero siempre hay algún tipo de secuelas, cuando te enfrías mucho te duele un poco los pulmones. No tomo bebidas frías, tengo algunas restricciones todavía.

Hay personas que caminan sin mascarilla y hasta juegan fulbito en canchitas ¿Qué me puede decir sobre la responsabilidad de los ciudadanos?

Las personas de Desaguadero han cumplido. Hay gente que vienen de otros lugares y caminan sin mascarilla, se les exhorta. No hay mucha consciencia todavía, algunos creen que no existe el virus.