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Sociedad

Spinetta, rock para los incas con jugo de lúcuma

Biografía. Sergio Marchi es uno de los biógrafos más importantes del rock argentino. En su colección no podía faltar Luis Alberto Spinetta. Spinetta Ruido de Magia da luces de este músico excepcional. Síntesis de una larga charla con Marchi.

angel invisible. Luis Alberto Spinetta en su época de Invisible, una de sus bandas más creativas. Según Marchi compuso Jardín de los Presentes, el mejor disco del rock latino.
angel invisible. Luis Alberto Spinetta en su época de Invisible, una de sus bandas más creativas. Según Marchi compuso Jardín de los Presentes, el mejor disco del rock latino.

Eran argentinos, hippies con melenas que cortaban al viento y poco aficionados a la ducha. Ese reporte arbitrario corresponde a la prensa peruana sobre la presentación de Almendra, el primer grupo de Luis Alberto Spinetta, en un festival desarrollado en Ancón (Lima).

Los confundieron con los Rolling Stones. El arribo de Spinetta al Perú en marzo de 1969 fue un hecho conocido. Lo nuevo que aporta Spinetta, Ruido de Magia, la biografía del músico argentino escrita por el periodista Sergio Marchi, que ese show fue el debut de la banda. Semanas después recién lo haría en Buenos Aires.

A través de una defectuosa videollamada contactamos a Sergio Marchi en la capital bonaerense. Nos dice que los argentinos no sabían nada de la lúcuma, hasta que Spinetta compuso Jugo de lúcuma. Este fruto es oriundo de los valles andinos.

En la lectura de las 689 páginas Marchi da cuenta de los intereses del exlíder de Pescado Rabioso por el Perú. En Kamikaze (1982), la letra de Águila de Trueno es una elegía a Túpac Amaru, el caudillo indígena muerto cruelmente por insubordinarse a la corona española. Es probable que la sabiduría de los incas atrajera a Luis. “Los rockeros siempre buscamos eso de las culturas aborígenes”, dice Marchi.

Poeta del rock

Spinetta también se alimentó de las tendencias artísticas del siglo XX. En sus inicios, lo marcó el surrealismo. El segundo disco de Pescado Rabioso, Artaud, se convirtió en una contestación al pesimismo de Antonid Artaud, el poeta francés, señor de la anarquía y autoflagelación. Marchi coincide, Spinetta fue un poeta del rock reflejado en la complejidad de sus canciones. Había densidad literaria nutrida de lecturas variadas: Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Baudelaire, Michel Foucault, cuyos textos alimentaron el disco Tester de Violencia, Carlos Castaneda, el misterioso antropólogo peruano que inspiró dos surcos de Alma de Diamante. A Castaneda le conoció cuando este arribó a Buenos Aires para una conferencia. Alejandro Rozitchner fue el enlace.

Spinetta representa para Marchi el fruto de una Argentina en bonanza, el foco cultural de Latinoamérica. Esa ciudad ya no existe más. “Todo lo hicimos mal, cuando hubo dinero, en lugar de arreglar la casa nos fuimos a preparar un asado”, lamenta el periodista quien añade: " el coronavirus fue la estocada final, la pobreza creció, Buenos Aires ya no está en capacidad de parir genios como Spinetta, Charly García o Gustavo Cerati”.

Identidad

Marchi define a su personaje como un paladín del rock que no sucumbió a las tentaciones comerciales, un músico que nunca se ató al éxito.

Pero en esa búsqueda también hubo algo de sabotaje, pregunto. Marchi responde que Luis era muy argentino, en cuyo gen hay parte de eso. Lo recuerda en sus conciertos. No le gustaba revisitar sus grandes éxitos, tocaba dos hits y luego todo el disco nuevo. “No parece una buena construcción de show pero qué le voy a discutir yo a Spinetta”, dice resignado.

Sin embargo, al final de sus días, cuando lo devoraba el cáncer al pulmón (2012) se lamentaba de esa ética a ultranza. Si cedía más, quizá les hubiese dejado un mejor patrimonio a sus hijos. Esto le confesó a su hija Catalina. Spinetta-afirma Marchi- debió apelar a la fórmula de Soda Stereo, una propuesta artística de calidad pero dispuesta a incluirse en una estructura comercial.

¿Por qué fue tan reactivo a su éxito?

Él tuvo un gran éxito con Almendra, Muchacha ojos de papel, cuando el rock argentino definía su identidad contra todo lo demás: debía enfrentarse a una sociedad muy pacata, las izquierdas decían que era una música imperialista y las derechas de unos melenudos sucios y drogadictos. El rock se sentó en un lugar que no hacía concesiones comerciales. Con Muchacha… Luis no quería quedar como baladista.

¿Pudo dar el salto al mercado norteamericano?

Hablas del disco Only Love Can Sustain que está mal encarado. Parece un cantante muy melódico americano. A Luis le ofrecieron quedarse, si el aceptaba, su vida hubiese cambiado, pasaba de no tener pañales para sus hijos a vivir en Los Angeles con ciertos lujos. Pero él no quiso traicionarse. Tuvo otra oportunidad para salir, al igual que Charly, Miguel Mateos, Soda Stereo pero a él “lo cagaron” varios productores y no le garantizaban condiciones para tocar. El prefería perder plata para garantizar un buen sonido.

¿Cerati fue uno de los mejores discípulos?

Fue su mejor alumno pero como buen discípulo se desmarcó y encontró su personalidad propia. Spinetta te enseña a que tienes que ser vos mismo. Hubo un show de él en 2010 con sus bandas legendarias ante 40 mil personas. Gustavo subió al escenario, interpretaron Bajan y Te para Tres, esta última canción Cerati no quería tocarla, lo hizo a insistencia de Luis. Gustavo, le dijo luego: “si hay un sueño cumplido es este”. Ese concierto fue extraordinario, en el backstage estaba la primera plana del rock argentino: Charly, Cerati, Fito Páez, Ricardo Mollo, etc. Todos embobados mirando cómo él revisitaba su pasado, él era reacio a eso. Tenía un lema: “mañana es mejor”.

¿Spinetta también tuvo su etapa lisérgica?

No era un santo, para un rockero fumarse un porro es normal, la droga más complicada es el alcohol, tuvo otras incursiones en afán de experimentación. En los ochenta todos consumíamos cocaína, no sé si Luis exactamente. Era más fácil conseguir cocaína que manteca. La cocaína arruinó a muchos artistas, Steve Nicks lo dijo, parecía una droga muy divertida que te ponía con ganas de trabajar, sin embargo se sabe que esta es la menos creativa.

¿El jazz lo marca cuando inició su época de solista?

Sí, Diego Rapoport lo lleva por esos caminos. El jazz se agrega a su vocabulario, casi en todos sus discos como solista.

-¿Sigues sosteniendo que Jardín de los Presentes es el mejor disco del rock argentino?

Sí, también como Artaud, Clics modernos de Charly, Canción Animal de Soda.

-En un documental de National Geographic, Charly García dijo que Luis tuvo miedo de trabajar con él. Se juntarían para grabar un disco.

Luis no tuvo miedo, pero era imposible trabajar con Charly en ese momento. En algún reportaje Luis dijo que Charly estaba en un estado en el que lo único que podía hacer era irse a dormir. Y todos sabemos que eso es verdad. Hemos visto décadas a Charly varios días sin dormir. Luis se vio en una situación en la que iba a tener que lidiar con un Charly pasado y no con un Charly inspirado. Son los típicos manejos que hace García: decir que el otro tiene miedo, a mí me lo hizo muchas veces.Y no es miedo: uno simplemente no es tonto y no se va a exponer a una situación desagradable de trabajo.

Yo estuve muchos años al lado de Charly, tratando de ayudarlo, pero era imposible. Nadie quiere trabajar con un loco por más brillante que sea.

Yo lo pude hacer porque era joven, sano y tenía una novia amorosa. Hoy con hijos, no podría repetir esa experiencia.

-El rock argentino ya no genera esos estupendos rockeros de los ochenta.Esta asociado a la crisis cultural de tu país?

Creo que está asociado al declive socioeconómico de la Argentina. También a cierta vulgarización que comenzó a aparecer en el rock en los 90, y que se profundizó en los 2000.Pero hay bandas que son muy buenas que tocan afuera, como por ejemplo Babasónicos. Divididos, Las Pelotas, Conociendo Rusia, Eruca Sativa, Richard Coleman: todos podrían ser muy buenos embajadores de nuestro rock. Quizás se perdió la vertebración que nos daba MTV cuando era un canal de música. Hoy ese canal está abocado a otras cosas, porque también el público dejó de favorecerlo con su rating, y sí favoreció a los realities. Es un cambio de paradigma. Y como vino este cambio, bien puede venir otro.

marchi. También hizo biografía de Charly G.

marchi. También hizo biografía de Charly G.

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