Matrimonio infantil en Perú, una realidad que continúa afectando a miles de adolescentes
En el Perú, más de 56.000 adolescentes de 12 a 17 años se encuentran unidas. Aquí un amplio análisis sobre esta problemática que podría mejorar con un nuevo proyecto de ley.
Cada día se producen 33.000 matrimonios infantiles a escala mundial y Perú no es la excepción: más de 56.000 adolescentes peruanas de 12 a 17 años se encuentran unidas (casadas y/o en convivencia), lo que representa el 1.9% de esta población, según el Censo de Población del 2017.
La investigación titulada “Las adolescentes peruanas en matrimonio o unión”, liderada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA Perú) y Plan International, evidencia que esta problemática tiene rostro femenino, ya que el 82% de la cifra total de menores de 18 años que se encuentran unidas son mujeres.
Asimismo, el 28% de las mujeres casadas o unidas que ahora tienen entre 15 y 49 años iniciaron la convivencia siendo menores de 18 años, el 18% cuando tenía 16 o 17 años y el 10% cuando tenía 15, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes, 2017).
“En el caso de Lima, la prevalencia (del matrimonio infantil) es del 20%, en Cusco de 28; en Piura, 32% y en Loreto era casi el 50%. Allí podemos ver que en el caso de la selva, el matrimonio y las uniones tempranas es mucho más alto”, declara para La República Ada Mejía, jefa de Género y Equipo Técnico Nacional de Plan International Perú.
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¿Qué es el matrimonio infantil?
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y el Comité de los Derechos del Niño (CDN) definen al matrimonio infantil o a edad temprana, en el cual al menos una de las personas de la pareja tiene menos de 18 años. Según CDN, es a esa edad en que se termina la infancia.
La mayoría de organizaciones internacionales considera al matrimonio infantil como forzado, ya que no se cuenta con el consentimiento pleno, libre e informado de una de las partes.
Situación legal del matrimonio infantil en Perú
Hasta el año 2018, de manera excepcional, las y los adolescentes podían casarse a partir de los 16 años con el consentimiento de uno de sus padres. No obstante, entró en vigencia el Decreto Legislativo 1384, que modificó el artículo 42 del Código Civil y abrió la posibilidad del matrimonio a partir de los 14 años.
La realidad en el país podría cambiar con el Proyecto de Ley 5871, que acaba de presentar la congresista Arlette Contreras para eliminar el último párrafo del artículo 42 del decreto legislativo N° 295, del Código Civil. De esta manera, se pretende erradicar el “matrimonio precoz y forzado de personas menores de 16 años”.
En diálogo con este diario, la parlamentaria declaró que el matrimonio infantil “afecta el proyecto de vida que podrían tener nuestros adolescentes en una etapa en la que pueden continuar con sus estudios y encaminar su futuro”.
matrimonio infantil
Sin embargo, los organismos defensores de los derechos de niños, niñas y adolescentes aseguran que esto solo es un primer avance para la erradicación del matrimonio infantil en Perú, ya que apuntan que los 18 años sea la edad legal para recién poder contraer nupcias.
En ese sentido, Ada Mejía, jefa de Género en Plan Internacional, señala que el Estado debe apostar por una regulación general de sus leyes para velar por el bienestar integral de las y los jóvenes, de modo que puedan optar por ello “cuando tengan cierta capacidad de decisión, autonomía y madurez”.
Causas que refuerzan el matrimonio en adolescentes
De acuerdo a la investigación “Understanding teenage fertility, cohabitation and marriage: The case of Peru”, la maternidad, el matrimonio y/o la convivencia temprana se encuentran directamente relacionados. Siendo estos últimos, en la mayoría de casos, en consecuencia por el embarazo adolescente, problemática que afronta el país (13%).
Por otra parte, asevera que la segunda principal causa que empuja a que las menores convivan es la violencia familiar. “Identificamos que, muchas veces, ante la violencia al interior de la familia, las adolescentes suelen justificar de alguna manera la unión como una forma escapar de esa realidad”, precisa.
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Otro factor importante es la pobreza, especialmente en las zonas rurales. Luego de las investigaciones que realizó la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), la representante de Plan International cuenta que se halló que, en algunas regiones, los padres de las menores buscan alianzas que mejoren su posición económica o social.
“3 de cada 4 adolescentes unidas entre 15 y 17 años tiene una mayor prevalencia de pobreza. [...] Les ofrecen mejores condiciones de vida, mayor bienestar y eso implica que sea una ’alternativa’ para salir de la pobreza extrema”, explica la experta.
Consecuencias del matrimonio infantil
1. Propicia embarazos adolescentes
Los resultados del Endes 2017 dan cuenta que la edad de la primera unión (convivencia o matrimonio) está estrechamente relacionada con el inicio de la vida sexual y reproductiva. “El margen entre la primera relación sexual y el primer embarazo es de dos años para las mujeres que se unieron antes de los 18 años”, se detalla en el informe de Plan International y UNFPA Perú.
embarazo adolescente
Debido a factores como la pobreza, desigualdad y desprotección, la UPCH encontró que en las cuatro regiones analizadas, las menores tienen escasas posibilidades de tener acceso y/o exigir el uso de algún tipo de protección contra embarazos no deseados.
En ese sentido, la jefa de Género coincide en que cuanto más temprano se lleve a cabo la convivencia o matrimonio, es más difícil para la niña o adolescente poder acceder a información oportuna y eficaz para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.
2. Genera el abandono escolar
Las estadísticas demuestran que mientras más temprano es el matrimonio o la convivencia de las mujeres, menos años de estudio completan. El informe presentado por los organismos internacionales encontró que aquellas que empezaron a convivir con sus parejas entre los 10 y 15 años, completaron solo la primaria, mientras que las unidas entre los 16 y 17 años abandonaron la escuela cuando cursaban la secundaria.
La principal causa de la deserción escolar entre las mujeres de 15 y 24 años es el embarazo o el cuidado de los hijos. Así lo demostró el Endes 2017, donde se halló que el 71% de las adolescentes, que tuvieron una unión entre los 10 y 17 años, abandonaron la escuela por estos motivos.
analfabetismo
3. Perpetuación del ciclo de pobreza
Entre las mujeres muy pobres que fueron censadas en 2017, el 37% indicó haber empezado a convivir entre los 10 y 15 años, mientras que las que se unieron entre los 16 y 17 años, ocupan el segundo lugar entre las muy pobres (27%) y pobres (28%).
En efecto, Plan International y UNFPA Perú concluyen que entre las mujeres unidas que son pobres y muy pobres existe una mayor proporción de quienes se casaron o empezaron a convivir siendo adolescentes.
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4. Violencia de género
Tras las diversas entrevistas hechas por las entidades internacionales, se descubrió el surgimiento de conflictos como propio de comenzar la convivencia y en ocasiones, estos generaban situaciones de violencia.
“Cuando éramos enamorados, todo era maravilloso, nunca discutíamos, nunca me levantó la mano, nunca me golpeó. Pero cuando empecé a convivir, fui a vivir la realidad, o sea, había bastantes discusiones, me mete la mano, cuando el bebé se cae, o cuando se raspilla, o cuando se cae de la cama”, cuenta una adolescente de 17 años de Cuzco, cuyo testimonio fue recogido para la investigación citada.
Por ello, Ada Mejía no duda en mencionar que la violencia física es la más frecuente en adolescentes unidas, seguida por la violencia psicológica. A su vez, las investigaciones cualitativas demostraron que, tras la convivencia, más del 40% de los casos, el varón intenta controlar la vida de la mujer mediante la restricción para salir y bajo la excusa que debe esta de encargarse de las labores domésticas.
“Hace falta poner en marcha estrategias que fomenten el compromiso de las familias, las comunidades y los gobiernos locales para promover cambios en las normas sociales que reproducen inequidades de género, y proteger el derecho de niñas y adolescentes a desarrollar plenamente su potencial sin limitar sus aspiraciones debido a un matrimonio o unión temprana”, concluyen los organismos internacionales.