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Sociedad

Los artistas y la COVID-19: ¿la función debe continuar?

Impacto. La crisis del coronavirus golpeó al mundo del entretenimiento, la música, los espectáculos, el teatro, el arte callejero. Frente a quienes dicen que no son prioridad, alzan voces y críticas. Los que más tienen reclaman en favor de los que tienen poco o nada.

Por: Carlos Paúcar

La pandemia del nuevo coronavirus ha golpeado con fiereza a los artistas nacionales. A la mayoría les cortó los proyectos que se habían trazado para el 2020.

Unos, como el ícono de la cumbia Lucho Paz, los cantantes Vico del Grupo Karicia, Cachuca de Los Mojarras, Nicole Pillman o el actor Pold Gastelo enfermaron del Covid-19.

A otros el virus les quitó la vida, como ocurrió con los queridos ‘Gato’ Abad y el guitarrista ‘Tulín’ Trigozo de Sonido 2000.

La crisis no ha sido fácil para los peruanos. Tampoco para quienes nos comunican arte, cultura, entretenimiento, sentimientos y mucha reflexión.

Arte en medio de la crisis

Fernando Zevallos, cirquero de raza, cree que en medio de lo que vivimos el arte es fundamental. El circo, dice él, siempre ha celebrado la vida y la libertad, y hoy, aunque no se pueda celebrar, “sí podemos destacar la fortaleza y lucha de los peruanos que defienden la vida”.

Zevallos, director de La Tarumba, que ofrece hasta el 16 de agosto el espectáculo online Vital, selección de obras donde el público podrá reflexionar sobre una “capacidad que hemos demostrado los peruanos a lo largo de la historia: la de sobreponernos a las dificultades”.

“El Ministerio de Cultura debe empezar a ejecutar esos S/ 50 millones destinados a los artistas... Hasta ahora no sé de algún colectivo o persona que haya recibido un monto”, comenta Zevallos, refiriéndose al bono decidido por el Ejecutivo para los artistas que lo necesiten.

Subsidio y despropósito

En la crisis se cerraron salas de cine, salas de teatro, se cancelaron conciertos internacionales como el de Guns N’ Roses, Kiss, Andrés Calamaro, Luis Miguel, y conciertos nacionales como El retorno de Agua Marina, Andrés Chimango Lares 45 años o las Bodas de Oro del Conjunto Condemayta de Acomayo.

Los artistas de la calle, los que dependen de presentaciones diarias o semanales, los que improvisan en plazas y parques, se mudaron a la zozobra. El bono era una esperanza.

Chano Díaz Limaco, que le saca bellas melodías andinas a su charango, se refiere al subsidio económico del Estado. “Hay que ‘concursar’ y llenar engorrosos formularios digitales para acceder a tales ayudas. Pedirle eso a un maestro de nuestra cultura popular es un despropósito, refleja la falta de gestión de ese sector”, se indigna. Agrega que “con aquellos músicos que a su vez transmiten directamente nuestras tradiciones, es aún mucho más preocupante”.

Chano, que ha creado 6 discos durante la pandemia, el último de ellos “Pagapu”, presentado vía streaming, aclara que “un músico que no se entrega por completo a su arte pierde el contacto con el mensaje que lleva cada melodía”.

“Y ahora, frente a la crisis, muchos maestros van a tener que dedicarse a otras actividades para llevar sustento a sus hogares... Es un país que nunca ha apoyado a sus músicos. Algo injusto y cruel”.

Desconcierto y esperanza

Pero en medio del oscuro panorama, los artistas no se empequeñecieron. Se hicieron gigantes. Como fue el caso de Daniel F.

El ícono rockero y trovador, a inicios de abril decidió hacer una tocada en la Internet. Pensó reunir solo a 200 personas. “En los primeros minutos ya había 800 y luego unas 8 mil máquinas estaban funcionando y dando mensajes. Fue una respuesta abrumadora, alucinante”.

Daniel F reflexiona. “El escenario para los artistas no parece ser el más glamoroso. La palabra ‘reinvención’ está abarcando muchos espíritus que, en su impaciencia por no ser tragados por la zozobra, se han visto obligados a colgar por un momento las guitarras, silenciar las consolas y apagar las luces. Las plataformas musicales y las sociedades de gestión colectiva han sido de cierta ayuda para algunos. Pero no todos taconean en estos espacios. Cunde la nostalgia, la incertidumbre y hay algunos que ya bordean un poco el desequilibrio”.

Pero dice que hay otra cara. Es el de la esperanza, el amor. “Y lo veo cada vez que doy una presentación privada vía streaming, donde puedo cantar para una pareja, una familia o grupo de amigos que viven en puntos dispersos del país o el mundo, y se encuentran en este gran abrazo en forma de canción. Conversamos, intercambiamos imágenes y hay los que no pueden detener el llanto. Se ve el deseo de querer seguir adelante pese a que el mundo parece desmoronarse”.

Una nueva experiencia

Mayella Lloclla, que con 34 años ha tenido una carrera frenética desde que se inició con la serie televisiva sobre Dina Páucar, opina que en general todo ha sido muy duro. “Yo me encontraba grabando una novela y tuvimos que parar, iba a estrenar una obra de teatro y se paralizó. Unos amigos que hacían estatuas vivientes no tuvieron nada, nos juntamos varios para la colecta profondos”.

Pero en los momentos de crisis, la creatividad aflora más. Músicos, actores, talleristas, profesores de actuación, utilizaron el Zoom, el streaming, Facebook, los formatos digitales.

“Hice la obra Paralelos picantes”, dice Lloclla. “Y me di cuenta que con la nueva tecnología, no sé si llamarlo teatro virtual o cine en vivo (ríe), incluso los que nunca habían ido al teatro se emocionaban de la experiencia”.

Los actores utilizan sus propias casas como locaciones, se adaptan al nuevo lenguaje. “Si bien es cierto no sentimos al público, sus risas, suspiros, aplausos, sabemos que están detrás de la pantalla y apenas termina la función, surge el chat, las preguntas, vienen los pantallazos”.

Ahora ensaya la obra El amor viaja lento que estrenará el 12 de setiembre en TEVI.Live. Su compañero, el actor argentino Ezequiel Tronconi, actuará desde su país. “Es una nueva experiencia para todos”, analiza.

Llegó para quedarse

Alfonso Dibós es un actor pilas, al que el coronavirus también dejó sin trabajo. Se cortó el trabajo en salas de teatro, las producciones de TV, las proyecciones de cine, los talleres de actuación, los colegios. Todos, actores, productores, dueños de teatro, técnicos, las familias, “sentimos el impacto”.

La pandemia los obligó a reinventarse.

“En realidad, el teatrero está acostumbrado a la incertidumbre, los trabajos duran unos meses y tienes que buscar otra obra, la novela la grabas y tienes que ver qué sigue, buscar ser activos es parte de nuestro oficio”.

A mediados de abril, con el argentino Francisco Lumerman –director de su monólogo “Muerde”- decidieron instalar la Primera Plataforma Digital de Teatro en el Perú, TEVI.Live, surgida en la cuarentena.

“El gran sueño es llegar a más gente a los que antes no podíamos llegar, en distritos alejados, provincias o en otros países. Democratizar más el acto teatral, que sea de todos para todos”.

Estima que el teatro virtual llegó para quedarse.

Recuerda que en la sala de teatro miraba llegar al público por la cortina. Ahora, en la pantalla ve cómo se conectan, 20, 60, 80, más de 200.

“Sabes que ahí están ahí, al otro lado. Y es igual la adrenalina, la ilusión, el compromiso, la responsabilidad de llevar a fondo tu trabajo de comunicar, te metes con todo a la obra, es maravilloso. Termina la obra y sigue una charla. Es la nueva realidad para todos”.

Dificultades

Bono. A días que Alejandro Neyra asumiera el Ministerio de Cultura, se anunció S/ 50 millones en bonos para artistas, contra la crisis. Pero hay quejas de demoras y dificultades para inscribirse.

Link. Mincul dice que ya hay 2 mil pedidos del bono de artistas. Informes en http://apoyoscovid19.cultura.gob.pe

Pedido. El Movimiento de Grupos de Teatro Independiente y la Red de Teatros Perú exigen al Estado asumir responsabilidades.

Enfoque

“Somos personas, no somos estrellas”

Tatiana Astengo, actriz

Hemos resistido el encierro gracias también al trabajo de los gremios de la cultura y el arte. La paradoja es que mientras los artistas hemos estado presentes, hemos estado más invisibles y desprotegidos que nunca, los que damos la cara, técnicos, maquilladores, choferes, al igual que artesanos, estatuas vivientes en la calles, etc... Se dice que no es prioridad ¿Y cuándo lo va a hacer? En el Perú no se quiere educación, salud, cultura.

Pero sí nos hacemos visibles cuando una película se acerca al Oscar, ahí sí están para la foto... Somos personas, no estrellas y esas huachaferías. Comemos, nos enfermamos, necesitamos seguro y hay familias. Pero no queremos dádivas, queremos trabajar. Aunque hacer cultura en un país como el nuestro es suicida, porque al político no le interesa la cultura. Abre la mente. Y ya no se vota por impresentables.

La palabra

“La única complicación era si Internet fallaba, pero por suerte no fue así. Gracias a la plataforma, los que nunca habían visto actuaciones lo conocen y se emocionan. Es lo positivo de todo lo que vivimos”. Mayella Lloclla, Actriz de cine, teatro y TV.

“(Lo virtual) es una veta, hay nuevas herramientas y todos somos principiantes. Hay quienes dicen regresaremos al teatro desesperados. ¿Sí? En una ciudad caótica, violenta... muchos preferirán sus casas”. Miguel Iza, Actor, director, educador.

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