COVID-19 y consumo de tabaco
“El consumo de tabaco aparentemente incrementa la expresión de los receptores ACE-2 en las células del pulmón, incrementando la posibilidad de que el Covid-19 pueda adherirse a ellas”.
Por Joel Salinas, médico psiquiatra.
Esta es una revisión de la literatura disponible a la fecha respecto al impacto Covid-19 en la población que consume tabaco, considerando que es una de las sustancias psicoactivas más consumidas en la población general.
En diciembre del 2019, en Wuhan, una provincia de Hubei, en China, se reportó un brote de algunos casos de neumonía por el ahora conocido virus Covid-19 y, posteriormente, en marzo del 2020, la OMS declaró la pandemia producida este virus (Vardavas C, 2020) que va reportando más de 1.64 millones de personas infectadas y 100.000 fallecidos en el mundo (Johns Hopkins University). Se sabe que la mayoría de personas infectadas tendrán un cuadro leve o asintomático y un 15% tendrán un cuadro complicado. También se sabe que las personas que tendrán un mal pronóstico en la evolución de esta enfermedad tienen factores de riesgo como ser de edad avanzada, tener enfermedades pre-existentes como enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas (Brake S, 2020).
Quisiera centrarme en el tema del consumo de tabaco, ya que este produce daño pulmonar y deterioro de la respuesta inmunológica (defensas del cuerpo) incrementando la vulnerabilidad del fumador a contraer infecciones como las virales y tener una mayor tasa de hospitalizaciones y mortalidad que aquellos que no fuman (Vardavas C, 2020).
En el caso de las infecciones por el Covid-19, hay características estructurales especiales, ya que en su superficie tiene una molécula llamada “spike” (glicoproteína) que tiene alta afinidad por un receptor llamado enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE-2) que existe en la membrana de las células del pulmón (neumocitos), una vez que la molécula “spike” se une al ACE-2, el material genético del virus ingresará a la célula pulmonar donde se dará la replicación del virus y finalmente destruirá la célula infectada (Brake S, 2020). Se conoce por estudios en animales que si la expresión de los receptores ACE-2 se reduce como por la destrucción de células pulmonares, esto lleva a un incremento de la permeabilidad vascular, edema pulmonar, acumulación de células inflamatorias y al empeoramiento de la función pulmonar que podría estar ocurriendo en los casos graves de la neumonía por Covid-19 (Soler M, 2008). El consumo de tabaco aparentemente incrementa la expresión de los receptor ACE-2 en las células del pulmón, incrementando la posibilidad que el Covid-19 pueda adherirse a ellas para luego invadirla y destruir la célula (Brake S, 2020) y reflejarse en el daño que se observa en los casos severos.
En estudios realizados durante la pandemia del Covid-19, se calcula que la posibilidad de tener síntomas severos es 1.4 mayor en fumadores respecto a no fumadores. La posibilidad de ser admitido a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), necesitar ventilador mecánico o morir es 2.4 veces mayor en fumadores respecto a los no fumadores (Vardavas C, 2020).
Todo lo anterior puede llevar a considerar a los fumadores como una población más vulnerable a la infección y complicaciones por el Covid-19, alentarlos en estos momentos a que dejen de fumar, recomendar que eviten zonas donde se puedan exponer al Covid-19, especialmente si ya tienen algún tipo de daño pulmonar. Finalmente, para cuando aparezca una vacuna, deben ser un grupo prioritario para la vacunación (Brake S, 2020).
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