Puno: Licenciamiento de la Universidad Andina en espera
Pendientes. Autoridades universitarias deben acreditar que cuentan con disponibilidad para pagar deudas e invertir en mejoras de la calidad educativa.
Liubomir Fernández
El licenciamiento de la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez (UANCV) es incierto. Tras el desistimiento de licenciar las sedes de Azángaro, Ilave y la escuela de posgrado, por problemas académicos, ahora se suma el problema referido a la sostenibilidad económica.
Este punto esta en controversia porque las autoridades universitarias debieron acreditar que la universidad cuenta con recursos para pagar más de 15 000 soles a un grupo de trabajadores administrativos nombrados y catedráticos. Este monto se les reconoció en pactos colectivos. Garantizar la disponibilidad económica para cumplir con obligaciones pecuniarias y mantener las cuentas en verde aseguran la inversión dentro de los estándares mínimos de calidad educativa. Empero, la información real es que hay déficit financiero por malos manejos.
Asegura licenciamiento
El rector Juan Benites Noriega ofreció una conferencia de prensa ayer en la ciudad de Juliaca. Empezó mostrando su optimismo de alcanzar el licenciamiento de las sedes de Puno y Juliaca. No obstante, reconoció que aún están en evaluación y pidió esperar el pronunciamiento de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).
Reveló que, el fin de semana, se reunió con las autoridades de esa entidad. Se les entregó la información complementaria referida a la sostenibilidad económica, entre otros aspectos.
Juan Benites reconoció que en la universidad hay pagos onerosos solo a un grupo reducido, en comparación con la mayoría de servidores. Sin embargo, precisó que los problemas fueron generados por sus antecesores. Benites precisó que los pactos colectivos serán renegociados con previa evaluación favorable de la oficina de Asesoría Jurídica.
Mala enseñanza
La primera autoridad universitaria, además, aceptó que se desistió de licenciar Ilave, Azángaro y la escuela de posgrado por deficiencias académicas. Si no tomaban tal determinación, se habría puesto en riesgo todo el proceso. Los catedráticos de ambas sedes, así como los que enseñaban maestrías y doctorados, no tenían investigaciones que mostrar y tampoco la universidad ofrecía condiciones para emplear a los profesionales por 40 horas académicas continuas. Solo se tomaba el servicio de los docentes por horas.
Esto no generaba vínculo para que los profesores sean rigurosos en sus materias, pues solo cumplían con brindar servicios académicos. A esto se suman los cuestionamientos a la elección de profesores. Se buscaba a cercanos, no se tomaba en cuenta su experiencia académica.
Proceso de cierre en marcha
Representantes de la Universidad Andina confirmaron que se cerrarán las filiales de Ilave y Azángaro, además de su escuela de posgrado. La decisión la tomó el Consejo Universitario.
El plan de cierre estará de acuerdo a lo establecido por la Sunedu. Se garantizará la culminación de sus estudios a todos los alumnos que resulten afectados.
