Josué Gutiérrez: “No es verdad que se haya desmontado la reforma universitaria”
El flamante titular de la Defensoría del Pueblo, Josué Gutiérrez, recibió a La República para responder a los distintos cuestionamientos sobre su elección en el Congreso.
—La semana pasada, usted recibió a los denominados 'Combatientes', con el señor Roger Ayachi a la cabeza. Hasta se tomó fotos sonriendo con ellos. A los días, este mismo grupo extremista irrumpió violentamente en la presentación del informe de Amnistía Internacional, algo que fue condenado por la propia Defensoría en sus redes sociales. ¿A quién le creemos? ¿A usted o al community manager de la DP?
—No, no. Se hacen las coordinaciones y se saca el comunicado. Condenamos todo acto de agresión. Vamos a poner en contexto. Estaba con una colega suya que me estaba haciendo una entrevista y empezaron a gritar con altavoces afuera, estigmatizándome con algunas palabras que no quisiera reproducir. Yo me incomodé y pedí que hicieran pasar una delegación de seis porque quería ver qué querían conmigo. Y se les transmitió un mensaje institucional, de que ningún acto de violencia era tolerable, venga de donde venga. Y se transmitió nuestra condena contra cualquier acto que pudiera estigmatizar, porque empezaron a hablar de que esta institución estaba llena de determinadas personas y que yo era un tibio de alguna forma. Ese fue el contexto. Ni estuvo programado ni yo los conocía además…
—Las acciones extremistas de ellos...
—Son condenables, ¿no?
—Quiero decir que ya eran bastante conocidas antes de que se reúna con ellos. No puede alegar desconocimiento.
—No vinieron... o sea, siendo muy sincero, no vinieron con alguna identificación ni uniforme de tal o cual movimiento. Empezaron a gritar fuerte afuera y empezaron a acumular gente...
—¿Fue un error reunirse con ellos?
—A resultas de lo que pasó después, sí. Sí. Porque hay que tener mayor cuidado. Alentar o reunirse con personas que tienen una conducta que aliente a la violencia no es correcto, no es correcto. Hay que hacer algunos reparos.
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—Sus respuestas sobre la población LGTBIQ+ durante la entrevista que le hicieron en el Congreso fueron recuperadas y difundidas en distintos portales. Usted ha dado una disculpa, digamos, rebuscada. Dijo que la pregunta no había sido sobre homosexualidad. Le quiero leer su respuesta completa...
—Sería bueno que me lea la pregunta. Y le ratifico. Se fueron a la respuesta e imaginaron que la pregunta era... no. La pregunta era puntual, que esta institución se había dedicado a ABC cosas. Nunca se habló de la población LGBTI en la pregunta...
—Se habló del niño por nacer...
—Fue un comparativo. (El congresista) preguntó por qué la Defensoría se dedicaba más a temas de esta naturaleza y no a estos otros.
—¿Qué otros?
—Sobre que se había priorizado el tema de equidad de género o algo así. Pero nunca hablando de la comunidad LGBTI. Y entonces respondí...
—Respondió esto: “Son deformidades que hay que corregir y hay que ser categórico y contundente. Soy amante de las libertades, Jesús estaría al lado de todos, de ese violador que tanto rechazamos, de ese criminal, de ese sicario (...). Entonces, estas deformidades son libertinajes, estas deformidades no contribuyen a hacer institucionalidad, tampoco Estado, por tanto, hay que corregir estas conductas y no ideologizar nada”.
—Empecemos desde lo último, no hay que ideologizar...
—¿A qué se refería con deformidades que son libertinajes?
—No, no. Las prioridades que tiene esta institución, en mi concepto, deben estar ceñidas a la protección de la niñez, de la infancia, de la adolescencia para ayudar a la estructura social, porque vivimos un momento de caos social vinculado a ese tema. Yo consideré eso como una respuesta válida de mi parte para poner el enfoque de esta prioridad. Naturalmente, hoy (lunes 29 de mayo) hemos estado con la población LGBTI y lo primero que les dije fue que nosotros no tenemos ningún acto de discriminación ni de rechazo...
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—¿Cuáles son las deformidades que son libertinajes?
—Las prioridades que tiene la institución frente a los temas estructurales. La institución debe tener sus propias prioridades: la niñez, la infancia y la adolescencia.
—Defensor, con respeto, ¿no es mejor admitir que sus expresiones fueron equivocadas en vez de tratar de negarlas?
—Si hablé de un tema un poco vinculado a la formación cristiana, fue para responderle al congresista (Muñante) que, en principio, yo no era ni homofóbico ni nada que tenga que ver con fobias respecto a opciones de carácter sexual. Y le dije, sabiendo que él es también creyente, que si Jesús estuviera acá, estaría con ellos. Y ya desde la Defensoría he dicho que estaremos en defensa de las comunidades más vulnerables.
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—La Defensoría es una institución que solo funciona si mantiene credibilidad e independencia del poder político. Sin embargo, su elección ha sido muy cuestionada. ¿Siente que le debe algo a los congresistas que lo pusieron en el cargo?
—Yo estoy muy agradecido con todos: a los que votaron y no votaron. Pero ellos no me han puesto ninguna condición. Yo quise ser defensor. Yo pedí a la bancada de Perú Libre, por la cercanía que tenía, que me propusieran. Como hace la mayoría de personas que postulan a esos cargos.
—¿Qué piensa cuando se advierte que su nombramiento es una pata más del avasallamiento institucional que el Congreso está llevando adelante?
—¿Qué de ilegal ha hecho el Congreso? Esa es la pregunta central. Es más, debería ser motivo de alegría que el Congreso cumpla con su deber constitucional. El año pasado y el anteaño cuando no podía llegar a un consenso se le criticaba. Claro, cuando está patrocinado por los grupos de poder, entonces resulta siendo que el candidato ganador está bien. Pero cuando alguien quiere prestar sus servicios a favor del pueblo, entonces hay negociación. Yo nunca he visto esto. Discúlpeme, pero el que ha buscado voto a voto he sido yo. Nadie me ha patrocinado.
—Se cuestiona que usted no tiene las credenciales para ocupar este cargo.
—¿Quiénes?
—Expertos, incluidos exdefensores.
—Perfecto, ellos han estado acá y usted sabe cómo es la maldad que han tenido que nuestros profesionales se hayan malbarateado. Dentro de todo el sector público, los que tienen los salarios más bajos están acá.
—¿Con qué acciones va a garantizar su independencia respecto del Congreso?
—Condenando el abuso de poder, por ejemplo.
—A ver. Por ejemplo, ¿le parece bien lo que el Congreso ha hecho con la Sunedu?
—No es verdad que se haya desmontado la reforma universitaria.
Josué Gutierrez fue elegido defensor del Pueblo en una sesión en la que no hubo debate. Foto: La República
—Pero la propia Defensoría decía otra cosa. En diciembre, presentó una demanda de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional por este tema.
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—Sí, sí, sí, sí lo sé.
—Y dijo la Defensoría que la norma aprobada en el Congreso representa “un grave retroceso en la política de aseguramiento de la educación universitaria de calidad, en perjuicio de millones de estudiantes universitarios de todo el país”.
—Vamos por partes. Hay tres escenarios. Primero, la Asamblea Nacional de Rectores había destruido el sistema universitario...
—Hemos vuelto un poco a eso.
—No, vamos por partes. El segundo escenario, darle la meritocracia, el licenciamiento, estándares mínimos para que no sea una estafa la educación. Perfecto, se dio la ley, pero yo nunca pensé que se había vulnerado lo que decía la misma Constitución con respecto al tema universitario y con respecto a la misma ley aprobada. Se desnaturalizó y se empezó a ver el tema desde otro ámbito. Y, entonces, lo que se dijo fue que había que democratizar la designación de los directivos. El resto no se tocó nada: no se tocaron estándares mínimos, no se tocó el licenciamiento. Lo único que se hizo fue modificar la composición de los integrantes de la Sunedu.
—Pero ellos son los que marcan la conducción de la institución. Igual, la observación que hago es que usted está en contra de la posición que la Defensoría manifestó en su momento.
—No, no en contra, en el sentido de ir a descalificar. Usted me ha preguntado algo y yo le digo con toda honestidad que las atribuciones y prerrogativas que tiene el Congreso para sacar la ley no pueden estar condicionadas a nada. Es una prerrogativa. Si queremos recortar las funciones del Congreso, que solo puede legislar para esto o lo otro, entonces tendríamos que modificar la Constitución y quitarle sus atribuciones. Eso no fortalece la institucionalidad. Y le vuelvo a decir, mi conducta estará ceñida a la independencia, pero siempre guardando el respeto a la institución y a la ley. Esa es mi línea de conducta.
—La Defensoría tuvo un rol muy importante durante las manifestaciones. ¿Qué va a hacer la institución para ayudar a que los familiares de las víctimas encuentren justicia?
—Justicia que corresponde al sistema administrar. Nosotros seremos los defensores de las víctimas. Somos sus defensores. Seguiremos siéndolo.
—¿Cree, como ha sugerido el Gobierno, que los manifestantes fueron azuzados y tenían vinculaciones con el terrorismo?
—Siempre se intentará justificar una acción, pero desde nuestra concepción, los informes defensoriales para mí son elementos de referencia. Ya estoy coordinando con los dirigentes del sur para ayudar a la búsqueda de justicia.
—¿Cree que los manifestantes fueron azuzados o tenían vinculaciones terroristas?
—No, yo quiero descartar eso. No creo que haya atisbo de terrorismo. Lo que sí hay son poblaciones totalmente divorciadas del Estado. La fractura social no es de uno, de diez, de quince, son decenas de miles de personas que muestran al Estado su disconformidad. Es un tercio de población que se ha incorporado a la pobreza, a la pobreza extrema, con un Estado indiferente. Un Estado no puede ser indiferente. Ese es el caldo de cultivo para todo. ¿Mañana qué van a decir? ¿Qué han sido azuzados, que los mandó tal y cuál? No. Hay que condenar la violencia venga de donde venga. En el momento que alguien empuña un palo o piedra contra un policía, o que alguien trate de agredir a otro por pensar diferente, eso debe merecer nuestro rechazo. Y si eso va condicionado a muertes, con mayor razón. Lo único que uno dice es que se investigue y se aclare este tema. Entonces, las justificaciones que aparecen como maquillaje no tienen sentido. Son hechos concretos, son hechos reales. Y sobre eso el Ministerio Público tiene que accionar y el Poder Judicial tiene que pronunciarse.
—¿Cuál es su relación actual con Vladimir Cerrón?
—He sido su abogado, no lo puedo negar. Y Perú Libre me presentó para poder ser defensor del Pueblo. La diferencia es que no a mí me pidió la dirigencia o la bancada, yo fui a pedírselos. Mi relación con él es de amistad, ha sido mi cliente por un tema de derecho constitucional, porque yo creo en un Estado que no debe ser abusivo.