Política

Cosmovisión de las aimaras sobre la crianza de sus hijos

Reacción. Especialistas aclaran que es parte de la vida cotidiana de las aimaras cargar en sus espaldas a sus niños en sus mantas a toda actividad, en respuesta a expresiones del ministro Óscar Becerra.  

Indignante. El pasado 4 de marzo, en una marcha pacífica, mujeres aimaras fueron reprimidas en la plaza San Martín. Foto: difusión
Indignante. El pasado 4 de marzo, en una marcha pacífica, mujeres aimaras fueron reprimidas en la plaza San Martín. Foto: difusión

Las expresiones del ministro de Educación, Óscar Becerra, de comparar a las mujeres aimaras con animales por llevar a sus hijos a las marchas no solo expresan un gran componente racista y discriminatorio sino un desconocimiento de la cosmovisión del mundo andino y, en especial, del vínculo que existe entre la madre aimara con su hijo que carga en su espalda a donde vaya.

El docente aimara de lenguas andinas de la Pontificia Universidad Católica del Perú Roger Gonzales explicó que parte de la vida cotidiana de la mujer aimara es llevar a sus hijos cargados con sus mantas en sus espaldas a toda actividad en su comunidad.

“Nosotros en nuestra vida diaria vemos a nuestras madres y hermanas con sus hijos en su Q’ipi o manta para cargar bebés. Es parte de la vivencia diaria de la mujer aimara cargar a sus bebés en una manta para hacer sus diversas actividades como la agricultura en la chacra, en los negocios, a través de las ferias donde participan activamente en el comercio con su bebé cargado en la espalda”, refirió.

Señaló que las declaraciones de Becerra demuestran una actitud beligerante y discriminatoria contra la comunidad aimara y, en especial, contra las mujeres que fueron víctimas de la represión policial en una marcha pacífica donde los policías sin ningún reparo las reprimió lanzándoles bombas lacrimógenas a una distancia muy corta y a la altura de sus rostros. 

 “Lo que el ministro de Educación, Óscar Becerra, está manifestando es una actitud violenta contra nuestros pueblos indígenas, en especial contra las mujeres. La actitud que ha demostrado es racista. Nosotros nos sentimos insultados y nos solidarizamos con las madres aimaras que nos han criado en sus espaldas”, enfatizó.

La imagen del ataque de los policías a estas mujeres que quedará en nuestras memorias es cómo una de ellas con los brazos abiertos corre hacia los efectivos, antes de ser reprimida.

 Q’ipio. La manta donde las aimaras cargan a sus bebés. Foto: difusión

Q’ipio. La manta donde las aimaras cargan a sus bebés. Foto: difusión

“Al abrir los brazos está diciendo que lo único que tiene para defenderse es su vida y su cuerpo y lo único que tiene de su lado es a su comunidad”, dijo.

La manta es el vientre

El antropólogo aimara Vicente Alanoca, docente principal de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, relató que desde que el niño está en el vientre de la madre aimara se considera que este nuevo ser está conectado con la comunidad.

 “Desde que está en su vientre hay una concepción de que es un ser colectivo, al cual toda la comunidad tienen que cuidar. Cuando la mujer aimara da a luz a su hijo se inserta incluso a la comunidad y, a medida que va creciendo, la única responsable es su madre y no puede abandonarlo para nada”, comentó.

Resaltó que al nacer, la manta se convierte es una especie de vientre que cobija al niño.

“La manta es como el vientre de la madre, pero ya en la espalda. Puede llevarlo donde sea, en las condiciones y en las situaciones donde está. Ella se va incorporando a sus actividades, pero la prioridad es el niño”, agregó.

Respecto al gesto de brazos abiertos de la mujer aimara, reconoció en este acto su coraje, entrega y dignidad, no solo de ella sino de la comunidad que representa.

 “Significa el coraje, la decisión, la entrega de la mujer de enfrentar situaciones tan complejas, está convencida de que lo que está haciendo es porque ama la vida, no solo suya sino es una cuestión colectiva. Es un tema de dignidad. Lo que está acá en juego es el tema de la dignidad colectiva. No solo representa su dignidad y la de su hijo sino del colectivo”, manifestó.

Indicó que la frase del ministro Becerra es “inadmisible” porque con esos comentarios está desconociendo lo que el Ministerio de Cultura ha determinado, como es la existencia de los 55 pueblos originarios y 48 lenguas.

“Se está desconociendo los avances en el tema intercultural desde el Ministerio de Educación. Debería renunciar. Tener este concepto sobre las mujeres es una vergüenza para el país. Veo mucho racista, odio, discriminación  y estigma contra las mujeres andinas”, cuestionó.

 Becerra. Trató de animales a las mujeres aimaras. Foto: difusión

Becerra. Trató de animales a las mujeres aimaras. Foto: difusión

Becerra debió se destituido por discriminar

El antropólogo Eduardo Ballón afirmó que lo dicho por el ministro Becerra es muy grave, más aún en circunstancias donde existe una fuerte polarización en el país.  

“Es una barbaridad que lo descalifica totalmente, es inaceptable que siga ejerciendo cualquier tipo de función pública, más grave aún en un contexto tan polarizado y en donde la discriminación es uno de los elementos más notorios de la misma”, dijo.

Comentó que ha debido ser destituido de inmediato o renunciar. “Lo han debido destituir en el acto, debería haber renunciado al oírse diciendo las barbaridades que dijo. Es clarísimo que para un Ejecutivo que carga tantos muertos y que está acumulando mentiras tras mentiras, las declaraciones de este personaje es una raya más al tigre”, comentó Ballón.

El dato

Sin tregua. Madres aimaras continúan manifestándose en las calles de Lima con coraje, pese a haber sido insultadas y reprimidas por este Gobierno. Ellas siguen exigiendo la renuncia de Dina Boluarte, tras la muerte en Juliaca de 17 personas por la represión policial y militar.