Política

Antonio Zapata: “No me sorprendería que Castillo se quede hasta el 2026, dada la calidad del Congreso”

El historiador considera que se debe aprovechar presencia de la OEA para tocar temas de fondo: “OEA sería bueno para el país, pero depende de la calidad de la recepción, si la sociedad civil está lo suficientemente organizada para plantear ideas”, aseguró.

Responsabilidad. Zapata considera necesaria una mayor participación de la sociedad civil. Foto: Gerardo Marín / La República
Responsabilidad. Zapata considera necesaria una mayor participación de la sociedad civil. Foto: Gerardo Marín / La República

El historiador considera que la llegada de la misión de la OEA es una oportunidad para el debate de las reformas de fondo. Agrega que pese a acusaciones de la Fiscalía, la solución de la crisis está en el Congreso; y que antes creía que Castillo no terminaría su mandato, pero ahora no está seguro, pues la oposición en el Parlamento anda sin rumbo.

— ¿Es posible aprovechar de manera positiva la llegada de la misión especial de la OEA?

— Claro, con la misión OEA se debe salir de la discusión menuda y plantear las reformas de fondo para que el sistema político pueda regenerarse. Es oportunidad para una discusión no de coyuntura, sino más estructural, donde se vean algunos temas que estuvieron planteados y no se llevaron adelante, como la comisión que presidía Tuesta. Todos sabemos que una reforma política es indispensable, entonces esos temas estructurales podrían debatirse con mediación de la OEA.

— Sin reformas, ¿una nueva elección traerá más de lo mismo a nivel de autoridades?

— Efectivamente, como vemos, en cada elección se presenta más o menos el mismo tipo de gente y la población acaba eligiendo malos conocidos. Las últimas elecciones municipales han sido un testimonio de eso. Han elegido a gente que se conoce y no importa que hayan robado. Si ahora vamos a elecciones generales, va a ser igual.

— Vamos a ver si el Congreso aborda las reformas.

Si se aprovecha la presencia de la OEA para ir en profundidad a los temas de fondo, sería bueno para el país, pero depende de la calidad de la recepción, si la sociedad civil está lo suficientemente organizada para plantear ideas, si los grupos políticos están dispuestos.

— No se percibe una sociedad civil organizada.

— Revisando un poco, la sociedad civil era mucho más fuerte hace 20 años, cuando vino la anterior misión de la OEA tras la salida de Fujimori había una sociedad organizada en la lucha contra el Gobierno, era un grupo estructurado, ahora no.

— No hay quien represente a la sociedad civil.

— Al final de la etapa de Fujimori, la sociedad civil pesaba. Ahora es débil. En cuanto a los partidos políticos, en los 90 el Apra tenía vigencia, en la izquierda estaba Diez Canseco. Ahora los partidos son como entelequias, son vientres de alquiler, un registro electoral.

— El panorama no es bueno con sociedad civil y partidos débiles.

— Tampoco hay que creer que la OEA por sí misma nos va a salvar. Puede dar una mano, pero no va a resolver los problemas de fondo del Perú. La sociedad civil tiene que asumir responsabilidades, no todo es Gobierno y oposición.

— La agenda es vacancia y censura, en eso estamos desde que empezó el Gobierno.

— De lo que se trata es de hacer ver que hay terceras oportunidades, terceras fuerzas en juego, no solo Ejecutivo y Legislativo.

Embajadores de la región respaldaron en su mayoría pedido de Pedro Castillo para la aplicación de la Carta Democrática al argumentar que la democracia estaba en riesgo en nuestro país. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República

Embajadores de la región respaldaron en su mayoría pedido de Pedro Castillo para la aplicación de la Carta Democrática al argumentar que la democracia estaba en riesgo en nuestro país. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República

— Si no hay debate de reforma, igual ¿el Ejecutivo gana con la OEA en Lima?

— Así es, lo que parecía un rápido desenlace, se va a retrasar y ganar tiempo le conviene al Gobierno. Ahorita viene el Mundial de fútbol, luego Navidad, de ahí al menos dos meses de diálogo con el Ejecutivo, los congresistas de diferentes bancadas, la Fiscalía, Poder Judicial, la Iglesia y organizaciones diversas. Para eso ya estamos marzo o abril, se acerca 28 de julio y el segundo año del Gobierno. Ese ciclo ganado evidentemente le conviene a Castillo.

— Se dice que Castillo no tiene pericia, pero ¿sacó un as bajo la manga con la OEA?

— Es corolario de una política efectiva del Ministerio de Relaciones Exteriores con el canciller César Landa, aunque un poco controvertida. Recuerdo cuando el presidente se abrazó con Bolsonaro, quien hasta se puso el sombrero de Castillo. Controvertido o no, de izquierda o no, la gestión de Landa ayudó a construir una relación con la OEA. Ahí cumple un papel clave Harold Forsyth, de tal forma que cuando han pedido ayuda le han tirado el salvataje.

— Un sector que fue a la OEA para denunciar fraude ahora critica a la misión de la OEA.

— Parte de la oposición fue a la OEA cuando les convenía y ahora no quieren que ese organismo intervenga. Dan volteretazos sin ninguna lógica, de acuerdo a lo que les conviene.

— Eso se refleja en las encuestas con el rechazo al Ejecutivo y Legislativo.

— El rechazo es fuerte hacia ambos, pero es más contundente el cuestionamiento al Congreso en términos numéricos. El Ejecutivo, malo que bueno, mantiene un 25% de apoyo.

— Mientras tanto, tenemos a Antauro Humala al acecho.

— Antauro no es el único, Vizcarra también está recorriendo el interior del país. Está inhabilitado por 10 años, pero tendrá una estrategia para levantar esa inhabilitación. Sea como sea, está construyendo un partido, haciendo mítines, inaugurando locales, construyendo una red de simpatizantes.

— Con todo eso ¿cree que Castillo acabará su mandato?

— Yo creía que se iba a ir antes, ahora estoy menos seguro, pero no me sorprendería que tenga que salir si se descubre algo, pues parece estar metido en muchas cosas y la posibilidad de que se descubra siempre está presente. No estoy tan seguro de que se quede, pero tampoco me sorprendería que Castillo se quede hasta el 2026, dada la calidad del Congreso y las cosas que se manejan ahí. La Fiscalía puede acusar, patalear, pero la solución está en el Congreso.

— La Fiscalía parece que tampoco está jugando un buen papel y tenemos una fiscal de la Nación cuestionada.

— A diferencia del pasado, hay demasiados actores independientes. Tienes al procurador Soria que es un actor por sí mismo, la Fiscalía también actúa por su cuenta, el Poder Judicial es un tercero, el Congreso un cuarto y los partidos que son un remedo de lo que antes eran, y no olvidemos a la Iglesia. Hay centenares de cabezas y no hay agregación de demandas, ni propuestas para negociar, todos actuando en un desorden brutal, un verdadero zafarrancho.