Pedro Barreto: “No estoy convencido de la autenticidad de las intenciones del presidente”
Entrevista al cardenal Pedro Barreto, quien asevera que los dos poderes del Estado no están pensando en el proyecto Perú. “No lo tienen en cuenta. Tienen otras agendas”, añade.
—Los obispos hacen un llamado a las fuerzas políticas del Perú para una salida a la crisis. ¿Qué significa eso?
—Sí, el comunicado es un llamado claro a todas las fuerzas políticas, ¿y qué entendemos por fuerzas políticas? Los poderes del Estado, la sociedad civil, jóvenes, para que puedan ellos buscar una salida democrática eficaz a esta situación de ingobernabilidad que estamos viviendo en el país. Las acusaciones graves de corrupción en el entorno familiar y en el entorno más cercano al presidente Pedro Castillo, la situación también del Poder Legislativo, que se ve que no tiene una proyección de servicio al país en su conjunto. Lo ideal sería que puedan encontrar un cauce para la transición política en defensa de la auténtica democracia que debemos vivir.
—El presidente Castillo ha respondido y dice que sí acepta el diálogo y lo invitó a Palacio. ¿Qué opina al respecto?
—Me parece una buena postura, pero estoy viajando en este momento a Jauja, a Huancayo (2:15 p.m., viernes 19). Tengo que regresar porque ya hemos culminado la Asamblea de Obispos. Y no he recibido hasta el momento ninguna comunicación oficial.
—¿Espera esta vez que el presidente sí atienda el pedido de la Iglesia? Porque antes quedó en nada el ofrecimiento de llamar al Acuerdo Nacional.
—Así es, eso fue en abril, pero también antes el 17 de mayo del 2021 juró cumplir una base mínima de elementos democráticos que aseguraban el bien del país, y no lo ha cumplido. Por otro lado, el Acuerdo Nacional firmado por él es un consenso hecho por el foro, y tampoco. Entonces, me extraña que ahora haga una invitación a través de Twitter o de los medios. No estoy convencido de la autenticidad de las intenciones del presidente Castillo.
—¿Se puede creer que el pedido de consenso sea atendido por el Ejecutivo y el Congreso?
—Por lo que ha sucedido ayer en el Congreso (jueves 18) con la posible interpelación del premier sin arribar a ninguna decisión final, estamos dándonos cuenta de que los dos poderes del Estado no están pensando en el proyecto Perú. No lo tienen en cuenta. Tienen otras agendas. Unas agendas de grupo y esto quiero reafirmarlo con mucha claridad, pero al mismo tiempo debo reconocer que hay congresistas probos, pero que lamentablemente el conjunto del Congreso, como el Ejecutivo, no está escuchando el clamor del pueblo, que exige una mayor equidad entre todos.
—Pedir el adelanto de elecciones, pero sin reformas sería más de lo mismo, ¿no?
—Creo que sí. En el apartado 15 del comunicado de los obispos proponemos que los poderes Ejecutivo y Legislativo, la sociedad civil, los jóvenes se pongan de acuerdo y busquen una salida para la transición política, porque las autoridades elegidas democráticamente han sido delegadas por la sociedad civil para cumplir el bienestar de todos los peruanos y peruanas. En la Constitución normalmente son 5 años de período, pero hay circunstancias como las que estamos viviendo, de ingobernabilidad, que hace que pueda darse esa transición si es que juntos deciden una transición política adelantada.
—Ha habido reacciones muy fuertes al comunicado eclesial. Waldemar Cerrón amenaza con una intervención a la Iglesia y Vladimir Cerrón dice que la Iglesia se presta para un golpe.
—Respeto las opiniones, pero ahí es más lo ideológico que lo real. La gran mayoría del pueblo peruano está a favor de la reforma política y la transición porque no da más esta prolongada angustia política, social, económica, que estamos viviendo. Y eso nos está dando dos lecciones. Una de esperanza por la capacidad de superar los problemas constantes de más de un año de este gobierno y la población resiste positivamente. Y, por otro lado, y eso lo alertamos en el comunicado de los obispos, se cierne un panorama muy sombrío que nos preocupa porque puede desembocar en signos de violencia, ya se están dando algunas escaramuzas alentando la polarización y el enfrentamiento, desde el Ejecutivo. Eso nos preocupa. El Perú no se merece esto.
—Los obispos también llaman a respetar la libertad de prensa y a los medios a informar con responsabilidad.
—Sí, los medios de comunicación han recibido un consejo, informe con veracidad, con honestidad, pensando en el Perú y creo que eso se está dando, pero hay algunos sectores que mienten, insultan y echan más leña al fuego y eso no es la auténtica comunicación social que se merece el pueblo peruano.
—Hay quienes dicen que se está politizando lo judicial. Otros piden respeto a las instituciones.
—Política es buscar el bien común de la sociedad. Cuando se habla de que se está politizando tiene que verse este doble sentido, politizar con una mejor política que es la búsqueda del bien común. Si hay otros intereses, ya no es política sino un desorden político. El Poder Judicial, el Ministerio Público tienen una alta función para asegurar el cumplimiento de la ley para todos los peruanos y peruanas sin excepción y, por tanto, el ejercicio de su misión es asegurar que haya un respeto irrestricto a los derechos humanos y el fiel cumplimiento de los deberes de las autoridades. En ese sentido, sería muy fácil denigrar un Poder Judicial, un Ministerio Público, que lo único que hacen es cumplir el deber de juzgar situaciones adversas como signos de corrupción.
—¿La Iglesia podría mediar para una salida a esta crisis?
—Bueno, la Iglesia desde el principio de la construcción de la república ha estado participando con sacerdotes, laicos, muy comprometidos por la causa de la libertad, de la independencia, de la justicia, de la paz, de la dignidad y, en este sentido, la Iglesia es fiel con esta misión de estar dentro de la sociedad para darle ese fermento ético y moral con principios y valores que brotan del Evangelio de Jesús y caminar juntos con el pueblo peruano. Tenemos que ser garantes de este deseo de libertad, justicia e independencia, que fue un clamor hace más de 200 años en el Perú.