Política

Mataron a palos a joven secuestrada, pero insistieron en cobrar el rescate

Mala amiga. El caso de Leydi P. G., una menor de 17 años plagiada por la banda del novio de su amiga del instituto. Los criminales cayeron después que los padres depositaran S/700 y la policía identificó al titular de la cuenta.

Delmer Lino Abad (izquierda) y Aarón Espinoza Palomino (derecha) son investigados por el asesinato de la joven. Foto: composición LR
Delmer Lino Abad (izquierda) y Aarón Espinoza Palomino (derecha) son investigados por el asesinato de la joven. Foto: composición LR

En una charla privada, Mayalen Fray Moya reveló a su pareja, Kleiber Espinoza Palomino, que la familia de su amiga de la escuela, Leydi P. G., era adinerada y se dedicaba a la agricultura. Sin embargo, esto no era cierto.

Con la información proporcionada por Mayalen Fray, Kleiber Espinoza Palomino y su hermano Aarón Espinoza Palomino, ambos con antecedentes criminales por robo, planificaron el secuestro de Leydi P. G. bajo la creencia de que los padres de la joven de 17 años eran personas adineradas. Nada más falso.

 A las 7:30 p.m. del lunes 6 de enero, cuando Leydi P. G. se encontraba en casa de su novio en Constitución (Oxapampa, Pasco), recibió la llamada de un hombre que le dijo que quería entregarle una información confidencial. La citó en la localidad de Puerto Súngaro (Puerto Inca, Huánuco), a una hora y media de distancia en vehículo.

 La muchacha subió a su moto lineal y se dirigió hacia el punto de encuentro, sin saber que quien la había convocado era Aarón Espinoza Palomino, hermano de Kleiber Espinoza Palomino, pareja de su amiga Mayalen Fray.

 Homicida. Delmer Lino Abad fue quien apuntó con pistola a la víctima y la asesinó. Foto: composición LR/difusión

Homicida. Delmer Lino Abad fue quien apuntó con pistola a la víctima y la asesinó. Foto: composición LR/difusión

Delincuentes amenazaron a los padres de la víctima

En pleno trayecto por la carretera Fernando Belaúnde Terry, en el centro poblado San Juan de Pachitea, en la jurisdicción de Puerto Inca, Leydy fue interceptada por tres sujetos que la secuestraron y la mantuvieron en cautiverio.

A las 11:45 a.m. del día siguiente, martes 7 de enero, la madre de la adolescente, Marcelina Girón Carbajal, recibió la primera llamada de los plagiarios. Los delincuentes le exigieron que pagara un rescate de S/500.000 en un plazo de 24 horas. Si no lo hacía, mataban a su hija.

Para acreditar que hablaban en serio, uno de los sujetos envió al padre de la adolescente, Sebastian Pastrana Rojas, un video en el que se le observa a Leydi P. G., muy asustada y atada con una soguilla. El individuo que le apuntaba en la sien con una pistola sería identificado como Delmer Lino Abad. Si Leydi no respondía al llamado de un desconocido, esto no habría ocurrido.

 Amiga. Mayalen Fray Moya, pareja de Kleiber Espinoza Palomino, uno de los integrantes de la banda. Foto: composiciónLR/difusión

Amiga. Mayalen Fray Moya, pareja de Kleiber Espinoza Palomino, uno de los integrantes de la banda. Foto: composiciónLR/difusión

“¡Acá tenemos a tu hija! Hoy 7 de enero. Señor, ahí la tenemos. Todo tranquilo y sano. Lo que queremos es el dinero. Muy pronto le estamos poniendo el precio para poder conversar bien. ¿Ya, señor?”, se le escucha decir al secuestrador.

 El delincuente después sería identificado como Aarón Espinoza Palomino, hermano de Kleiber Espinoza Palomino, el novio de Mayalen Fray, amiga del instituto de la víctima. Los dos son de Satipo, Junín. Aarón, de 24 años, no concluyó la primaria. Kleiber, de 29 años, tampoco terminó la secundaria.

Muerte en la oscuridad

Inmediatamente, ocurrido el hecho, los padres denunciaron el caso ante la División de Investigación Antisecuestros y Extorsiones de la Dirincri, cuyos agentes viajaron a Cerro de Pasco. Ni los papás ni los policías sabían en esos momentos que Leydi P. G. había sido asesinada.

El mismo día que enviaron el video, los plagiarios mataron a la joven, supuestamente porque los reconoció. Introdujeron el cuerpo en un costal y lo enterraron a un kilómetro del lugar de cautiverio. El autor del homicidio fue identificado como Delmer Lino Abad.

Sin embargo, los secuestradores insistieron en cobrar el rescate.

 Preso. Aarón Espinoza Palomino, señalado como autor intelectual del secuestro y asesinato de la joven. Foto: composiciónLR/difusión

Preso. Aarón Espinoza Palomino, señalado como autor intelectual del secuestro y asesinato de la joven. Foto: composiciónLR/difusión

Dinero por nada

“¡Está viva, señor, está viva; ¡si no paga, le cortaremos los dedos a su hija!”, decían los asesinos cada vez que se comunicaban con los padres para exigirles el pago.

Durante las negociaciones, los agentes antisecuestros, al mando del coronel PNP Franco Moreno Panta, lograron rastrear mediante el sistema de geolocalización que las llamadas incriminadoras provenían de la zona de Satipo, en Junín. Y desde ese punto se conectaban en Lima. Precisamente, en el distrito de San Juan de Lurigancho.

 Tumba. A un kilómetro de distancia, enterraron clandestinamente a la joven Leydi P. G.

Tumba. A un kilómetro de distancia, enterraron clandestinamente a la joven Leydi P. G.

El martes 21 y el miércoles 22 de enero, los padres de Leydi depositaron consecutivamente S/500 y S/200 a una cuenta bancaria, proporcionada por los plagiadores. Los progenitores de la víctima aún tenían la esperanza de volver a ver a su hija.

La policía rápidamente identificó al titular: Jonathan Yacila Silva, un limeño de 40 años, residente en La Victoria. Interrogado por los agentes antisecuestros, Yacila confesó que quien le dio el encargo de recibir el dinero fue José Agapito Farro, un monsefuano de 46 años, con domicilio en la urbanización Azcarrunz, en San Juan de Lurigancho. Justamente de donde salían algunas de las llamadas de los hampones a los papás de Leydi P. G.

El monsefuano José Agapito, capturado el 22 de enero, no tardó en cantar. Afirmó que la pareja de convivientes, Miller Mautino Espinoza, huanuqueño de 32 años, y Estafane Trejo Melgarejo, limeña de 30 años, residentes en Las Terrazas, en San Juan de Lurigancho, fueron quienes le pidieron que hiciera el cobro del dinero. Una vez arrestado Miller Mautino, este acusó a Kleber Espinoza Palomino y a su pareja, Mayalen Fray Mora, la amiga de Leydi P. G., la víctima del secuestro.

 Escondite. En este lugar fue confinada Leydi P. G. en la comunidad nativa San Juan de Pachitea.

Escondite. En este lugar fue confinada Leydi P. G. en la comunidad nativa San Juan de Pachitea.

En los interrogatorios policiales, Kleber Espinoza y Mayalen Fray dieron los nombres y apellidos de los otros implicados. Aarón Espinoza Palomino, detenido en Satipo; y Rabdy Vargas Mateo, Rodrigo Romero Tejada y al asesino de Leydi P. G., Delmer Lino Abad; así como a su tío, Vicente Aquino Lino. Revisando los archivos policiales, los agentes detectaron que Vicente Aquino Lino era un prófugo de la justicia. Lo estaban buscando en Pucallpa, donde cometió un asesinato. Por lo tanto, el secuestro no fue un plan fortuito de un grupo de amigos e interesados, sino la obra al completo de una organización criminal. Detenido el 25 de enero, Aarón Espinoza confesó los delitos y reveló a la policía dónde había ocultado el cadáver de Leydi P. G.: en las inmediaciones de la comunidad nativa San Juan de Pachitea, en la jurisdicción de Puerto Inca (Huánuco). La necropsia indicó que la joven había recibido golpes contundentes en el cráneo. No tenían intenciones de devolverla viva. Solo querían el dinero.