Obispos franceses admiten responsabilidad de la Iglesia en abusos sexuales de miles de víctimas
Tras investigación que acusó a la Iglesia francesa por ejercer violencia sexual a 330.000 menores, la cúpula eclesiástica de Francia decidió reconocer su responsabilidad institucional.
Luego de publicado el informe de pedocriminalidad de la comisión Sauvé a inicios de octubre sobre las implicancias de la Iglesia francesa, los obispos católicos reunidos en Lourdes propusieron medidas para luchar contra la delincuencia infantil en la Institución católica. Tras la culminación del cónclave, que comenzó el sábado, los sacerdotes reunidos reconocieron que la “Iglesia puede ser un lugar de delitos graves, de ataques formidables contra la vida y la integridad de niños y adultos”.
Los 120 obispos debían adoptar decisiones en una votación a puertas cerradas, en especial para responder a las demandas de los afectados. Los clérigos, en su primera “explicación” pública, han decidido “reconocer la responsabilidad institucional de la Iglesia” en la violencia sexual que sufren miles de víctimas y la “dimensión sistémica” de estos crímenes. Al menos así fueron las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal de los obispos franceses (CEF), Eric de Moulins-Beaufort.
El informe Sauvé estimó en 216.000 el número de personas mayores de 18 años que fueron víctimas de violencia o agresión sexual durante su minoría por parte de clérigos o religiosos católicos en Francia entre 1950 y 2020. El número de víctimas sube a 330.000 si son sumados los laicos agresores que trabajan entre los muros de la institución.
Durante el fin de semana, obispos, sacerdotes, jefes de órdenes religiosas y algunos fieles decidieron honrar la memoria de las víctimas de la pedocriminalidad meditando frente a una foto y organizando una oración de arrepentimiento en el santuario. Sellado al muro del hemiciclo en el que se encuentra el episcopado, la imagen presagia la construcción de un “lugar de la memoria” , decidido en marzo por los obispos, pero cuyos términos aún no se han definido. La foto fue tomada por una víctima y un texto sobre la violencia sufrida y el sufrimiento de este niño.
El obispo Moulins-Beaufort evocó la necesidad de que la Iglesia “cuente con confianza en los servicios de la justicia y la Policía de nuestro país”, por lo que confirmó, además, la constitución de grupos de trabajo integrados por laicos. “Entendimos que necesitábamos ayuda externa. No estamos capacitados para ser investigadores, fiscales o jueces de instrucción”, añadió, en lo que muchos consideran un mensaje para el Gobierno francés luego de las disputas sobre la primacía de la ley sobre el secreto de confesión.
El debate había involucrado, incluso, al presidente Emmanuel Macron. Luego de la impactante revelación, el jefe de Estado dio la bienvenida al “espíritu de responsabilidad” eclesiástico. La escalada del conflicto tomó aristas institucionales que provocaron un llamado del Gobierno a las autoridades de la curia francesa.
El actual Jefe de Estado francés, Emmanuel Macron. Foto: EFE
Reparación para las víctimas
La Iglesia ya había previsto la creación de un fondo de dotación específico. Aportado por obispos, sacerdotes y feligreses, este fondo es el que debía indemnizar, a partir de 2022, a las víctimas que así lo reclamen. No obstante, los aportes enfrentan la masividad de las denuncias, y consecuentemente, reclamos. Estos fondos no resultan suficientes para el tamaño de las reclamaciones.
Tal es la preocupación que hasta el arzobispo de Estrasburgo, Monseñor Luc Ravel, reconoció que “el camino que se abre ante nosotros es abismal. La cúpula eclesiástica había calculado en cinco, seis, ocho millones de euros, los fondos suficientes para reparar civilmente los daños, los cuales ahora podrían ascender a cientos de millones de euros”. Además, durante la asamblea plenaria se mencionó con insistencia la creación de un organismo independiente, financiado por un fondo patrimonial y encargado de identificar a las víctimas y recaudar sus solicitudes de reparación.
Obispos franceses piden apoyo al Papa
Los obispos franceses anunciaron este lunes que han decidido pedir al Papa que los ayude a examinar el tratamiento dado a las víctimas de agresiones sexuales en la Iglesia y avanzaron la creación de grupos de trabajo que contribuyan a renovar su gobernanza local y nacional.
La asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, celebrada desde el pasado martes en Lourdes y clausurada hoy con el discurso de su presidente, Éric de Moulins-Beaufort, entonó de nuevo el mea culpa por los casos de pederastia registrados y mostró su voluntad de avanzar con prácticas renovadas.
“Hemos decidido pedir al Papa, puesto que somos nombrados por él, que venga en nuestra ayuda enviando a alguien de su confianza para examinar con nosotros la forma en que hemos tratado y tratamos a las víctimas y a sus agresores”, dijo.
Esta asamblea estuvo centrada en las agresiones denunciadas por la Comisión Independiente sobre Abusos en la Iglesia Católica (Ciase), que en su informe de octubre, encargado por la propia Conferencia Episcopal, cifró en más de 216.000 los casos desde 1950.
El pasado viernes, los obispos reconocieron la responsabilidad institucional de la Iglesia Católica en esas prácticas, y, este lunes, subrayaron que se han visto obligados a constatar que “se cometían actos de violencia y de agresiones sexuales sobre menores en proporciones aterradoras”.
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“Debemos asumir ese mal existente para liberar a quienes lo han sufrido”, recalcó el presidente de la Conferencia Episcopal, que destacó que dan ese paso teniendo en cuenta de que, “sin ser conscientes, eran cómplices” de lo sucedido. De Moulins-Beaufort añadió que el trabajo emprendido continuará hasta la primavera de 2023, con un encuentro entonces en que se evaluará lo conseguido y se “transformará en decisiones lo que deba cambiarse”.