China refuerza su poder militar al presentar un misil hipersónico que representa una amenaza para Japón
El nuevo misil hipersónico sobresale por su velocidad y cubrir distancias de hasta 1.300 kilómetros, suficientes para llegar a cualquier punto de Japón desde el norte de China.
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La empresa privada china Lingkong Tianxing anunció, recientemente, que ya comenzó la producción en serie de misiles hipersónicos YKJ-1000, cuyo costo representa apenas el 10 % del valor de un misil convencional. Este hecho marca un cambio significativo en el equilibrio militar de la región Asia-Pacífico.
Que una compañía del sector privado haya iniciado la fabricación sistemática de armas con velocidades Mach 5-7 representa un giro importante en la industria de defensa: China está trasladando el desarrollo de tecnología bélica de vanguardia fuera del control exclusivo del Estado.
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Este nuevo modelo permite acelerar los ciclos de innovación tecnológica y abaratar los costos hasta niveles que resultan inalcanzables para los programas similares de Estados Unidos, donde cada misil hipersónico de largo alcance puede costar alrededor de 40 millones de dólares.
El potencial del misil hipersónico YKJ-1000
El misil YKJ-1000 no solo sobresale por su velocidad y cubrir distancias de hasta 1.300 kilómetros, suficientes para llegar a cualquier punto de Japón desde el norte de China, sino también por su diseño centrado en la autonomía operativa. Está preparado para detectar, identificar objetivos, esquivar defensas y ejecutar maniobras evasivas de forma independiente durante el vuelo.
Además, su capacidad para transportarse dentro de contenedores estándar le otorga un carácter sigiloso y flexible, ya que puede desplazarse fácilmente por vía terrestre o marítima, lo que introduce un elemento de incertidumbre estratégica en posibles escenarios de crisis.
En un video promocional se mostraron varios de estos misiles dirigiéndose hacia objetivos en territorio japonés. La compañía también adelantó el desarrollo de una futura versión con inteligencia artificial integrada, lo que abriría paso a una nueva generación de misiles de bajo costo, alta velocidad y diseñados para burlar los sistemas defensivos.
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Una creación en plena tensión
La aparición del misil YKJ-1000 coincide con un momento de tensión las relaciones entre China y Japón, las más frágiles de la última década. Las recientes declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, quien sugirió una posible respuesta militar si Taiwán fuera atacada, han sido vistas en Pekín como un cambio estratégico de gran relevancia.
En este escenario, la proliferación del nuevo misil, con capacidad para alcanzar en cuestión de minutos bases japonesas en Okinawa, Kyushu o Hokkaido, adquiere un claro matiz político: no solo está diseñado para intervenir, sino también para disuadir.
El uso de contenedores móviles como plataforma de lanzamiento dificulta su detección previa, mientras que la creciente disponibilidad de misiles hipersónicos de bajo costo incrementa la presión sobre el gobierno japonés. Tokio se ve ahora obligado a fortalecer sus sistemas antimisiles, que, incluso en sus versiones más modernas, fueron pensados para enfrentar amenazas mucho más lentas y previsibles.
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Una creación pensando en el futuro
El YKJ-1000 refleja una nueva doctrina militar en desarrollo, centrada en la saturación del enemigo, la velocidad, la autonomía operativa y el uso de redes distribuidas. Este misil hipersónico no se limita a ser un simple proyectil: es un sistema móvil, de bajo costo y difícil de interceptar, diseñado para aprovechar puntos débiles en infraestructuras militares complejas.
China está adaptando su estrategia con la premisa de que los conflictos futuros se definirán por la capacidad de conectar sensores, automatizar la toma de decisiones y lanzar múltiples amenazas al mismo tiempo, superando así la capacidad de reacción del oponente.
Sin embargo, aún no existen evaluaciones independientes que confirmen su efectividad real, el tipo de carga que puede transportar o el grado en que ha sido incorporado a las fuerzas armadas chinas. Por ahora, el YKJ-1000 representa una promesa tecnológica respaldada por un video cuidadosamente producido y un mensaje estratégicamente diseñado.




















