Pedro Baños: “Estados Unidos no es capaz de parar a China”
"Estados Unidos está muy presionado en el contexto internacional, en el que se ve decreciente. La historia nos ha demostrado que estos poderes decrecientes tan amenazados se vuelven muy peligrosos, porque van a intentar hacer todo lo posible para no seguir perdiendo poder, o para recuperar el que han perdido".
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Con más de 248 mil seguidores en redes sociales, el español Pedro Baños, escritor, coronel del Ejército de Tierra, geopolítico, asesor de inteligencia y experto en defensa y seguridad militar, estuvo en Lima y presentó sus dos últimas publicaciones: La encrucijada mundial y Geohispanidad, ambos en el sello Ariel. Si hay alguien con autoridad para hablar de los temas que convulsionan al mundo hoy, ese es Pedro Baños, quien conversó con La República.
-Un libro como La encrucijada mundial, de haberse publicado 10 años antes, habría sido catalogado como literatura de anticipación. Estos libros no se hacen de la noche a la mañana, ¿desde cuándo veías venir la situación que estamos ahora en el mundo?
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-Yo soy un gran observador. He estado en la inteligencia militar y he tenido la suerte de moverme mucho en ambientes muy distintos. Además, lo hago intencionadamente, porque creo que para conocer verdaderamente la sociedad y pulsarla bien, tienes que estar en contacto con ella. Yo intento estar con personas de todos los perfiles y eso me ha permitido conocer muy a fondo la sociedad. Muchas veces vivimos en una pequeña burbuja, te relacionas con personas de tu misma afinidad, de tu mismo nivel intelectual e incluso de tu mismo nivel económico, y eso hace que no conozcas todo el espectro social. Esta es una manera de tener un conocimiento muy amplio, casi holístico. Entonces pensaba que era el momento también de trasladarlo, porque si no exponemos los problemas, ¿cómo vamos a encontrar las soluciones? El mundo está cambiando a pasos tan acelerados y va a cambiar todavía mucho más, pero en días prácticamente. Por tanto, esto tenemos que conocerlo y me gustaría que lo conocieran, sobre todo, nuestros dirigentes, porque son ellos al final los responsables de adaptar en la sociedad este nuevo mundo de transformaciones tan brutales.
-Hoy en día vemos que las grandes potencias, las grandes organizaciones, están buscando qué lugar ocupan en este nuevo orden.
-En el plano geopolítico, estamos en un punto de inflexión histórico. El mundo que conocíamos hasta hace muy poco tiempo, está dejando de existir o ya ha dejado de existir. Es decir, ese orden unipolar en el que Estados Unidos era el gran imperio del mundo, que hacía y deshacía a su antojo, estamos viendo que ya no es así. Estamos viendo lo que está pasando en China, con la cumbre de Shanghái, estamos viendo todo lo que está pasando en la guerra en Ucrania, lo estamos viendo con el desfile del otro día del ejército chino, estamos viendo esta gran transformación. O simplemente estamos viendo a un país que hasta hace muy poco dominaba a capricho y vemos ahora mismo a otra potencia con la que hay que contar y que también está penetrando con gran rapidez, incluso en países como Colombia, tradicionalmente afín a Estados Unidos, y estamos viendo ahora cómo la administración Trump está atacando cada vez más directa al gobierno del señor Gustavo Petro. Es una transformación total. Eso, desde el punto de vista geopolítico, es tremendamente importante.

"La encrucijada mundial". Imagen: Difusión.
-En tu último libro, Geohispanidad, disertas sobre qué lugar van a ocupar los países hispanos en este contexto. Más de 600 millones de personas hablan español en el mundo.
-Me gusta pensar en el sistema del imperio hispano. Hay que tratar la historia para tratar precisamente esa historia al futuro. Es decir, ¿qué podemos hacer nosotros ahora? Hay que pensar en todo lo que nos une, empezando por la lengua, pero también incluso hasta la religión, porque seamos o no seamos ahora mismo creyentes, ese pasado cristiano-católico lo tenemos en nuestros genes, en nuestro ADN. Estamos hablando de algo que estructura completamente la mente y que al mismo tiempo nos une y nos hace diferentes de los demás. Y sobre todo entender que, si estuviéramos unidos, evidentemente podemos encajar nuestra pieza en este nuevo orden político. Si no hacemos algo, esto corre el riesgo de convertirse en un nuevo campo de enfrentamiento, como pasó hace décadas entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en la época de la Guerra Fría, como ya está pasando. No solamente miremos lo que está pasando en Venezuela, ahora mismo las declaraciones que está haciendo Donald Trump respecto al gobierno de Gustavo Petro en Colombia son durísimas, que ha crecido el narcotráfico durante su presidencia, que no está haciendo lo suficiente, solo falta que lo llame narcotraficante. Son cosas muy graves. Además, Estados Unidos está denominando a todos estos grupos de narcotraficantes como terroristas, con todas las implicaciones internacionales, geopolíticas y militares. A esto sumemos que hay una rivalidad ideológica. Hay muchas polarizaciones que finalmente hacen que las sociedades no estén en el camino adecuado para progresar.
-¿Qué piensas de la presencia militar estadounidense en El Mar Caribe?
-No me gusta que el futuro de un país se decida desde el exterior y menos por la presión militar. Creo que se debe decidir de forma democrática por los ciudadanos del país. Entiendo que son contextos complicados, cada país tiene sus propias particularidades. Mucha gente en Estados Unidos no está de acuerdo porque es anticonstitucional, no corresponde con la legalidad internacional y sobre todo no está amparado por Naciones Unidas. Es que estas acciones deben contar con el apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Se pueden hacer, pero bajo el derecho de injerencia o las operaciones de influencia o la responsabilidad de proteger. Si le sale bien, mañana lo puede intentar con cualquier otro país de América, porque no le gusta el régimen político que hay. Lo puede hacer en Colombia, México, Cuba, Nicaragua, Ecuador y en cualquier otro país. Aquí hay intereses de todo orden, no solo económicos. Estados Unidos no solo busca el petróleo de Venezuela; las acciones de Estados Unidos obedecen a un interés geopolítico, porque quien se había metido ahí a fondo era China.
-Hay inversiones de China en todos lados.
-Hace muy pocos días ha llegado la nueva plataforma petrolera flotante China a Maracaibo. China ha hecho muchas inversiones en Venezuela y en otros países de América, como Perú. Esto le preocupa mucho a Estados Unidos, le preocupa lo que está haciendo, como el puerto de Chancay y el corredor bioceánico hasta Brasil. Es una penetración de otra potencia que ya no solamente está avanzando desde el punto de vista comercial, económico y tecnológico, sino que encima se le ha metido en lo que considera que es su territorio en todos estos ámbitos geopolíticos.

"Geohispanidad". Imagen: Difusión.
-Algunos analistas de derecha dicen que la presencia de Trump genera un equilibrio de poderes entre tanto mandatario/líder alucinado con poder.
-Hay una cara visible que se nos transmite, pero creo que el trasfondo no es muy diferente. Yo llevo analizando las estrategias de seguridad nacional de Estados Unidos desde hace muchos años. Quitándole esos matices superficiales, esos matices un poco ideológicos, la esencia de Estados Unidos es básicamente la misma. Somos los mejores, queremos seguir siendo los mejores y haremos todo lo posible para seguir siéndolo. No olvidemos que ellos siguen con ese destino manifiesto de que son el poder que ha decidido Dios.
-¿A qué se debe lo que estamos viendo?
-Estados Unidos está muy presionado en el contexto internacional, en el que se ve decreciente. La historia nos ha demostrado que estos poderes decrecientes tan amenazados se vuelven muy peligrosos, porque van a intentar hacer todo lo posible para no seguir perdiendo poder, o para recuperar el que han perdido. Y esto lo va a hacer cualquier administración. La administración anterior lo hizo a su manera. Donald Trump es más teatrero, más histriónico, pero al final los procesos son muy similares. Yo he seguido, por ejemplo, todas las visitas de Antony Blinken, el anterior secretario de Estado, y todo lo que hacía estaba relacionado exactamente con todo lo que Trump está haciendo ahora. Lo que pasa es que esto lo hacen de una manera más ostentosa, por así decirlo. Trump se reúne con un líder y lo trata como un pelele. Miremos lo que le hizo a Macron, a quien poco más y le bota la mano al suelo. Tenemos que entender la gran política más allá de lo que es el presidente del momento, tenemos que entender lo que le está sucediendo a un Estados Unidos que está pasando por una situación muy crítica porque la ciudadanía la está pasando muy mal. Los últimos informes de agosto del desempleo son demoledores totalmente. Un 10,5 por ciento de jóvenes en paro, hay una inflación que no deja de crecer y las familias casi no tienen ni mil dólares. Una de las promesas electorales de Trump fue mejorar las economías familiares y hasta el momento no la ha cumplido.
-¿Estados Unidos puede parar a China?
-Estados Unidos no es capaz de parar a China, no es capaz de parar su desarrollo tecnológico. Y por ahí vienen las peleas y la presión en Europa; imagino que es igual por parte de los servicios de inteligencia y la diplomacia estadounidenses para frenar a toda costa que se sigan implementando los sistemas chinos, como el 5G, Huawei y ZTE. Por eso dicen que te van a espiar con esos sistemas chinos, que no compres los coches eléctricos chinos, pero Estados Unidos tampoco está ofreciendo una alternativa.























