Tensión en Australia por masivas manifestaciones contra la inmigración: Gobierno las vincula con grupos neonazis
El Gobierno australiano condenó la "Marcha por Australia", movilización antiinmigración señalada por su relación con neonazis, que amenaza la cohesión social en un país donde casi la mitad de la población es migrante.
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Miles de personas participaron este domingo en la llamada “Marcha por Australia”, una serie de protestas contra la inmigración que se extendieron por ciudades como Sídney y Melbourne, así como en varios centros regionales. Las movilizaciones, que reclamaban el fin de la “migración masiva” en Australia, derivaron en enfrentamientos con la policía.
El Gobierno de centroizquierda condenó las marchas por “difundir odio” contra los extranjeros y denunció vínculos de los organizadores con grupos neonazis. En redes sociales, los convocantes defendieron que buscaban hacer lo que “los políticos tradicionales nunca se atreven a hacer”, en referencia a la exigencia de limitar drásticamente la llegada de migrantes al país.
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El Gobierno australiano condena marchas antiinmigración ligadas a neonazis
El ministro de Medio Ambiente y Agua, Murray Watt, calificó de “racistas” y “organizadas por neonazis” las protestas de la “Marcha por Australia”, celebradas este domingo. El Ejecutivo laborista advirtió que este tipo de manifestaciones “difunden odio y buscan dividir a la comunidad” en un país donde casi la mitad de la población tiene origen migrante.
Las marchas reunieron a miles de personas y coincidieron con contramanifestaciones organizadas por colectivos pro-refugiados. En Melbourne, los enfrentamientos incluyeron la presencia de Thomas Sewell, un conocido neonazi, y pancartas en apoyo a un extremista buscado por asesinar a dos policías. El Gobierno reafirmó que “no hay lugar para el racismo ni la división” en Australia y defendió la cohesión social frente al auge de la extrema derecha.
Protestas en Melbourne dejan seis detenidos y dos policías heridos
Las manifestaciones en Melbourne terminaron en enfrentamientos que obligaron a la Policía de Victoria a desplegar unidades montadas, drones y equipos de respuesta crítica. Alrededor de 5.000 personas participaron en las protestas, donde los agentes debieron separar a grupos rivales y emplear gas pimienta, porras y munición antidisturbios. Seis manifestantes fueron arrestados y se anticipan más detenciones tras revisar imágenes de seguridad.
Dos policías resultaron heridos al ser alcanzados por botellas, aunque no necesitaron hospitalización. Los detenidos enfrentan cargos por agresión, intento de robo y resistencia a la autoridad. Las fuerzas de seguridad afirmaron que la prioridad era evitar una escalada de violencia y preservar el orden público. Aunque en otras ciudades las marchas fueron menos conflictivas, en Melbourne se vivió el mayor foco de tensión y violencia registrada en todo el país.

























