Este es el pueblo bautizado como la "Pompeya española": esconde un legado histórico de la Guerra Civil
En el municipio de Zaragoza, existe una ciudad que esconde un legado histórico, apodado la "Pompeya española", producto de la Guerra Civil en España.
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En la antigüedad, Pompeya se hizo famosa por la erupción del Monte Vesubio en el 79 d.C. Ahora un pueblo en España ha sido comparado con el emblemático sitio italiano, no por su historia volcánica, sino por su conservación en ruinas. Belchite, un municipio de Zaragoza con 1.530 habitantes, que es conocido como la "Pompeya española" debido a las huellas de la Guerra Civil Española.
Durante la Batalla de Belchite, en 1937, la localidad fue devastada y, en lugar de reconstruirla, se decidió dejar las ruinas como recordatorio de la violencia sufrida. En su lugar se construyó un nuevo pueblo, conocido como Belchite Nuevo.
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¿Cómo es recorrer Belchite, la apodada "Pompeya española"?
Belchite es, hoy en día, un pueblo fantasma. Los últimos habitantes abandonaron la localidad en 1964, y desde entonces, el Pueblo Viejo de Belchite se ha convertido en un sitio de reflexión y recuerdo.
A pesar de los esfuerzos propagandísticos del gobierno franquista para darle otro significado, las ruinas son ahora un símbolo del sufrimiento de la Guerra Civil y del enfrentamiento entre compatriotas.
Según el alcalde, el lugar representa "una guerra entre hermanos, entre padres e hijos", y se ha convertido en un espacio donde los visitantes pueden comprender los horrores de ese conflicto.
El Pueblo Viejo de Belchite ofrece a los turistas un viaje por la memoria histórica. La entrada se realiza a través del Arco de la Villa, una de las puertas barrocas originales que da acceso al conjunto de ruinas.
Desde ahí, la calle Mayor guía a los visitantes por un recorrido lleno de escombros y fachadas derruidas, que son testigos directos de los intensos combates que ocurrieron en el pueblo.
Uno de los puntos más destacados del recorrido es la iglesia de San Martín de Tours, construida en el siglo XIV. Aunque gravemente dañada, su torre mudéjar y su portada gótica aún permiten imaginar la magnificencia de su pasado.
Junto a la iglesia, la Torre del Reloj es otro ejemplo del estilo mudéjar aragonés, aunque ha perdido parte de su altura original debido a la destrucción sufrida durante la guerra.
Los restos y huellas de la guerra en la vieja ciudad de Belchite
A lo largo del recorrido, se pueden ver las ruinas del antiguo convento de San Rafael y el Arco de la Capilla de San Roque, ambos de estilo barroco.
La plaza Nueva, que en su tiempo fue el corazón social y político de Belchite, ahora presenta restos carbonizados y permanece marcada por los ecos de la guerra.
El paseo culmina en el cementerio, donde se han encontrado varias fosas comunes que atestiguan la violencia sufrida por la población. Este sitio se ha convertido en un homenaje a las víctimas de ambos bandos, recordando la profunda tragedia que afectó a la región.
Belchite es, sin duda, un lugar que invita a la reflexión sobre el impacto del conflicto, el paso del tiempo y la memoria colectiva preservada en sus ruinas.























