Tenía 17 años y superaba los 2.72 metros de altura: la lucha de Robert Wadlow para ser "un joven normal"
Robert Wadlow consumía 5.000 calorías al día y se veía obligado a dormir con las piernas encogidas, todo en su constante lucha por aceptarse y ser percibido como "normal".
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Robert Pershing Wadlow, un joven de 17 años con una estatura de 2.72 metros, libraba una batalla diaria por ser considerado "normal". En su pequeño pueblo natal en Illinois, su imponente tamaño lo hacía destacar, pero también representaba una constante dificultad para integrarse como los demás.
Mientras yacía en su cama, entre las sábanas, y su silueta se proyectaba en la pared, le preguntó a su mamá: "¿Por qué yo, mamá?". Addie, sin poder responder con palabras, solo pudo calmar su dolor con una caricia en la frente.
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Robert Wadlow y su lucha por ser "alguien normal"
Desde el 22 de febrero de 1978, Robert Wadlow tuvo que lidiar con un exceso de la hormona del crecimiento debido a una hiperplasia en la glándula pituitaria. Aunque al nacer su tamaño y peso eran estándar, a partir de los cinco años comenzó a experimentar cambios notables, alcanzando la estatura de un adolescente de 17 años.
"Nunca quise ser alguien distinto", comentó alguna vez ante The St. Louis Post-Dispatch convirtiéndose, de forma obligada, en un experimento forzado.
Un ritual distinto cada mañana
Robert Wadlow se enfrentaba constantemente a la frustración de sentirse limitado para realizar actividades que le gustaban. A los ocho años, mientras sus compañeros practicaban béisbol, él ya necesitaba ropa especial. Llegó un punto en que medir 1.82 metros dejó de ser motivo de celebración.
En el colegio, los pasillos se reducían a su paso, y el director, buscando ofrecerle una pizca de normalidad, ordenó confeccionar un pupitre especial solo para él.
La fama, un dulce veneno
Apenas cumplió los 18 años, Robert consiguió un contrato con el Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus. Se convirtió rápidamente en un fenómeno mundial, y este empleo era crucial dada la precaria situación económica de su familia.
Su gran altura lo catapultó rápidamente a la fama; sin embargo, una pregunta de su padre, "¿Te gusta esto, Robert?", reforzó sus propios cuestionamientos sobre ser una persona de tamaño gigante.
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El trayecto de una vida marcada por diferentes sucesos
Tras una vida marcada por aventuras y sucesos que lo hicieron mundialmente conocido, Robert falleció. Su funeral, precisamente por las mismas razones que lo llevaron a la fama, tuvo una gran relevancia para la población de Oakwood, el lugar donde fue enterrado.
Años después de su muerte, Robert Wadlow sigue siendo una figura emblemática en su pueblo. Cada 15 de julio, en el aniversario de su deceso, la ciudad organiza un acto discreto. Frente a su estatua, los habitantes repiten una frase que se ha vuelto tradición: "que nunca olvidarán la tristeza de sus ojos".






















