El megaaerpuerto que representa uno de los mayores logros de la ingeniería y el más caro del mundo se hunde lentamente en el mar de Japón
El aeropuerto más caro del mundo se hunde en el mar de Osaka con un ritmo de hasta 21 centímetros al año mientras Japón avanza con nuevas obras
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El Aeropuerto Internacional de Kansai (KIX), un icono de la ingeniería moderna japonesa, está perdiendo territorio bajo sus pies. Desde su puesta en marcha en 1994, las islas artificiales que lo sostienen han experimentado una hundimiento que supera los 17 metros, muy por encima de lo proyectado para el futuro de este aeropuerto.
A pesar del fenómeno geotécnico que pone en riesgo su estabilidad a largo plazo, Japón continúa destinando cientos de millones de dólares a su crecimiento. En 2023, se puso en marcha una nueva ala internacional, y se anticipa que las obras prosigan en 2025, contradiciendo las predicciones de especialistas.
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¿Cuál es la causa principal del hundimiento del Aeropuerto Internacional de Kansai en Japón?
La principal causa del hundimiento progresivo es la naturaleza del terreno sobre el que fue construido. Las islas artificiales de Kansai descansan sobre una gruesa capa de arcilla aluvial de aproximadamente 20 metros. Este material, altamente compresible y saturado de agua, ha cedido debido al peso de la infraestructura.
Aunque los ingenieros estimaron un hundimiento controlado durante 50 años, la realidad ha superado las expectativas: en la segunda isla, construida para ampliar la terminal, el descenso ha alcanzado los 17,47 metros, con picos de hasta 21 centímetros en un solo año. El suelo actúa como una esponja que se comprime con el tiempo, lo que provoca un descenso constante.
¿Qué medidas se han tomado para contener los efectos del hundimiento y qué riesgos persisten a futuro?
Para controlar el fenómeno, se colocaron 2,2 millones de tubos verticales de drenaje y se emplearon materiales específicos para compactar el suelo. Adicionalmente, después de la catástrofe del tifón Jebi en 2018, que resultó en 5.000 personas atrapadas a causa de la inundación en el aeropuerto, se fortalecieron los diques perimetrales con una inversión que superó los US$150 millones.
Sin embargo, el riesgo persiste. Si la tendencia actual continúa, algunas secciones podrían llegar al nivel del mar hacia 2056, lo que comprometería la operación del aeropuerto en caso de nuevos tifones o fenómenos climáticos extremos. La experiencia de Kansai se ha tomado como advertencia para otros megaproyectos sobre el mar. Sin embargo, por ahora, Japón sigue apostando por mantenerlo en funcionamiento.






















