
Gobierno de Donald Trump está presentando cargos contra los inmigrantes que violen esta normativa en EEUU
La administración de Donald Trump implementa cargos contra inmigrantes que incumplan esta medida en Estados Unidos.
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La administración del presidente Donald Trump inició la imposición de cargos contra inmigrantes que cruzan hacia una nueva zona militar establecida a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, específicamente en El Paso, Texas. Este desarrollo marca una intensificación en las medidas de seguridad fronteriza, enfocándose en la penalización de ingresos no autorizados a estas áreas designadas. La acción busca disuadir la inmigración irregular mediante el uso de la ley federal y la presencia militar activa en puntos clave de la frontera.
El 27 de mayo, veintisiete inmigrantes procedentes de México, Guatemala y El Salvador enfrentaron acusaciones en la Corte del Condado de El Paso. Los cargos incluyen "violación intencional de la regulación de seguridad de propiedad de defensa" e "ingreso ilegal a un puesto, fuerte o patio militar". Estos procesos judiciales, que comenzaron a principios de mayo tras la designación de la zona militar, reflejan una estrategia de la administración de Donald Trump para fortalecer el control fronterizo y aplicar estrictamente las normativas existentes.
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Creación y expansión de la zona militar fronteriza de Estados Unidos
La zona militar fronteriza es una iniciativa derivada de la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, emitida el 20 de enero, que declaraba una emergencia nacional en la frontera sur. Las conversaciones para establecer una zona militar a lo largo de la frontera de Nuevo México comenzaron en marzo de 2025. La primera Área de Defensa Nacional fue implementada en abril, abarcando 170 millas desde El Paso, Texas, atravesando Nuevo México, hasta la frontera con Arizona. Este sector cubre más de 100.000 acres y se extiende desde 60 pies hasta 3.5 millas desde la línea fronteriza, considerándose parte de la Guarnición del Ejército de Estados Unidos de Fort Huachuca en Arizona.
Una segunda Área de Defensa Nacional se anunció el 1 de mayo, con una extensión de 63 millas a través del Condado de El Paso, Texas, hasta Fort Hancock en el Condado de Hudspeth. Abarca 2.000 acres y se proyecta entre 130 y 1.000 pies desde la frontera, quedando bajo la jurisdicción de Fort Bliss. Se instalaron señales rojas y blancas, en inglés y español, para advertir que "la entrada no autorizada está prohibida" y que se trata de propiedad del Departamento de Defensa. Tropas activas de Estados Unidos y vehículos militares Stryker permanecen estacionados en estas áreas, con la autoridad para retener a cualquier inmigrante que cruce ilegalmente hasta su entrega a la Patrulla Fronteriza y las autoridades migratorias.
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Impacto legal y judicial en la frontera de Estados Unidos
La Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Oeste de Texas informó que más de 340 personas han sido declaradas culpables de infringir la zona militar. Estos individuos, tras ser acusados de violar el área designada, recibieron sentencias de tiempo cumplido y fueron entregados para su deportación. Margaret Leachman, Fiscal de Estados Unidos en funciones para el Distrito Oeste de Texas, destacó que estas condenas representan un paso positivo en el proceso judicial para disuadir la inmigración ilegal. En Nuevo México, la Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito de Nuevo México presentó cargos contra al menos 600 personas por la misma infracción hasta el 23 de mayo.
Sin embargo, un juez federal desestimó los cargos contra 98 personas arrestadas en Nuevo México por violar la zona militar. El Juez Principal de Primera Instancia de Estados Unidos, Gregory Wormuth, coincidió con los abogados defensores en que los inmigrantes no conocían la naturaleza militar de la zona y que las señales no eran una advertencia suficiente. A pesar de esta desestimación específica, los 98 individuos aún enfrentan acusaciones por ingreso ilegal a Estados Unidos y están sujetos a procesos de deportación, evidenciando la complejidad legal en la aplicación de estas normativas.
Reacciones y preocupaciones en la comunidad fronteriza de Estados Unidos
La expansión de la zona militar en el Condado de El Paso, Texas, generó una fuerte condena por parte de grupos de apoyo a inmigrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Dylan Corbett, director ejecutivo del Hope Border Institute, con sede en El Paso, calificó la creación de una "base militar ficticia" como una "afrenta" a la cultura local, que tradicionalmente ha buscado acoger, proteger e integrar a inmigrantes y refugiados.
Corbett advierte que esta medida "arriesga profundizar la crisis local de muertes de migrantes" y expresa su preocupación de que estas "desventuras de militarización fronteriza" rara vez se revierten, convirtiéndose en características permanentes del paisaje. Según el activista, esto representa no solo un inconveniente para cazadores y excursionistas, sino un "desafío fundamental para la identidad de la comunidad fronteriza", sugiriendo un impacto a largo plazo en la dinámica social y cultural de la región.