Malas noticias para Trump: El Salvador y Panamá bajo revisión de la CIDH por recibir a inmigrantes deportados de EEUU
La vicepresidenta de la CIDH, Andrea Pochak, señaló que Estados Unidos, Panamá, El Salvador y otros países que acogen a inmigrantes deportados están violando las normas del derecho internacional.
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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha expresado su preocupación por las deportaciones de inmigrantes realizadas por Estados Unidos, así como por la colaboración que El Salvador y Panamá están brindando al gobierno del presidente Donald Trump, según indicó uno de sus altos funcionarios.
La vicepresidenta de la CIDH, Andrea Pochak, destacó en una entrevista reciente con el medio The Associated Press que las masivas expulsiones desde Estados Unidos resultan alarmantes, especialmente porque en muchos casos no se reconoce que se trate de personas que deberían recibir protección internacional. "Las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos nos generan una gran preocupación", afirmó.
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CIDH presta atención a la política antiinmigrante de Donald Trump
El jueves, la CIDH presentó su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en la región durante 2024. Aunque las políticas de Trump comenzaron a aplicarse después de su llegada a la presidencia en enero de 2025, Pochak señaló que el organismo está siguiendo de cerca estas medidas.
Pochak afirmó que tanto Estados Unidos como Panamá, El Salvador y otros países que acogen a inmigrantes deportados están violando las normas del derecho internacional, incluyendo el principio de no devolución de personas que han sido perseguidas en su país y que enfrentan riesgos para su vida o integridad física.
“El país que recibe a esta persona extranjera no puede devolverla”, indicó Pochak, experta en asuntos migratorios. Aseguró que las políticas adoptadas por el gobierno de Trump “causan gran preocupación debido al impacto” que están teniendo en otras naciones de la región.
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CIDH asegura que hay falta de transparencia en deportaciones de Estados Unidos
Andrea Pochak señaló que la CIDH no cuenta con evidencia de que el gobierno de Estados Unidos haya realizado un análisis individual de cada persona antes de deportarla, ni de que haya demostrado o justificado las presuntas irregularidades o delitos cometidos por estas.
Asimismo, citó el caso de Kilmar Abrego García, un salvadoreño que residió 14 años en Estados Unidos y fue deportado a su país bajo la acusación de ser miembro de la pandilla MS-13. Abrego García, quien había manifestado su temor de regresar a El Salvador, asegura que nunca fue formalmente acusado de ningún delito.
La fuerte política antiinmigrante de Donald Trump
Desde que asumió su segundo mandato en enero, Trump ha promovido una política migratoria estricta orientada a deportar a los más de 11 millones de inmigrantes que se estima residen en el país de manera ilegal. Estas medidas también buscan eliminar las protecciones implementadas por la administración anterior del presidente Joe Biden, que permitieron la entrada legal de millones de inmigrantes a Estados Unidos.
Varios países se niegan a recibir a los migrantes deportados desde Estados Unidos. Sin embargo, tras alcanzar acuerdos con Panamá, El Salvador y otras naciones, la administración republicana ha expulsado a cientos de personas, algunas de las cuales han sido mantenidas en prisiones de alta seguridad destinadas a criminales, desobedeciendo órdenes judiciales que le instaban a suspender las deportaciones.
La administración de Trump defiende estas acciones argumentando que los deportados son criminales y algunos de ellos están vinculados a organizaciones delictivas como el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha (MS-13). El Departamento de Estado no respondió de inmediato a una solicitud de información de la AP.
























