Malas noticias para inmigrantes en EEUU: este grupo de extranjeros enfrentan retrasos indefinidos en su solicitud de Green Card
En Estados Unidos, un grupo de inmigrantes vio suspendido su proceso para obtener la Green Card, situación que generó preocupación entre comunidades y organizaciones humanitarias.
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La administración federal ha detenido el proceso de ajuste de estatus para miles de inmigrantes con protección legal en Estados Unidos, afectando directamente a refugiados y personas con asilo aprobado. Desde marzo, la adjudicación de la Green Card para este grupo ha sido pausada de forma indefinida, lo que impide que avancen hacia la residencia permanente y, eventualmente, la ciudadanía. Esta medida, asociada a las políticas migratorias del presidente Donald Trump, ha sido criticada por líderes religiosos y defensores de derechos humanos.
Organizaciones como Catholic Charities y Pax Christi en Arkansas han alzado la voz ante lo que consideran un retroceso humanitario. La suspensión no solo obstaculiza el proceso migratorio de personas que ya fueron admitidas por razones de protección internacional, sino que también agrava la incertidumbre legal de quienes escaparon de la violencia, persecución o conflictos armados en sus países de origen. Expertos alertan que la pausa administrativa puede durar años y dejar a estas personas en un limbo migratorio peligroso.

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Una pausa que bloquea el camino a la residencia permanente en Estados Unidos
El proceso de solicitud de la Green Card para refugiados y asilados ha sido interrumpido por una orden ejecutiva emitida durante la administración de Donald Trump, la cual justificó la medida con el argumento de reforzar la seguridad nacional y detectar posibles casos de fraude. Sin embargo, especialistas en migración aseguran que estas categorías ya están sujetas a los controles más estrictos del sistema migratorio estadounidense. Quienes obtienen el estatus de asilo o refugio han pasado por entrevistas exhaustivas y revisiones de antecedentes antes de ser admitidos.
Según las normas migratorias, las personas reconocidas como refugiadas deben presentar su solicitud de residencia permanente después de un año de estancia en el país. Aunque actualmente se permite presentar los formularios, el gobierno ha detenido el procesamiento de estos casos sin establecer una fecha clara de reanudación. Esto impide que los beneficiarios consoliden su estatus legal, se estabilicen económicamente y planifiquen su futuro con certeza.
Inquietud en comunidades inmigrantes y organizaciones religiosas de Estados Unidos
Líderes de organizaciones católicas en Arkansas han denunciado el impacto de esta decisión en comunidades migrantes locales. Basira Faizy, una refugiada afgana que ahora trabaja con Catholic Charities, expresó que la suspensión ha sembrado miedo entre las familias que asesoran. “La idea de congelar el estatus migratorio genera confusión y preocupación. Muchas personas no saben si podrán quedarse, y eso afecta su salud mental”, afirmó.
Jennifer Verkamp-Ruthven, directora de Catholic Immigration Services, describió esta política como “una de las decisiones más tristes desde la toma de posesión”. A su juicio, se trata de personas que ya han demostrado su elegibilidad y que ahora ven frustrado su derecho a continuar con su integración. Los voluntarios y abogados que los asisten deben ahora dedicar más tiempo a explicar las nuevas limitaciones y tranquilizar a personas que, en muchos casos, huyeron de la guerra o la persecución.
El limbo migratorio en Estados Unidos complica el acceso a la ciudadanía americana
Al no poder completar el trámite para la Green Card, miles de inmigrantes quedan atrapados en un estado legal frágil, con derechos limitados y sin la posibilidad de acceder a la ciudadanía. Solo quienes tienen la residencia permanente pueden iniciar ese proceso, por lo que la suspensión actual funciona, en la práctica, como un bloqueo total al sueño de naturalización para estos grupos.
Además, el estatus de refugiado o asilado se mantiene vigente únicamente mientras el gobierno estadounidense considere que persisten las condiciones de “temor creíble” en el país de origen. Si esa evaluación cambia, las personas pueden enfrentar procesos de deportación, incluso después de años de residencia legal. Organizaciones como Pax Christi han advertido sobre el riesgo que enfrentan, especialmente aquellos que colaboraron con fuerzas estadounidenses en países como Afganistán. Para ellos, regresar significaría exponerse a represalias del régimen talibán.