Marco Rubio sobre la política exterior de Estados Unidos.: "Hemos olvidado al Hemisferio Occidental"
En una columna publicada en The Wall Street Journal, el secretario de Estado detalla el cambio en la política exterior de la administración Trump, enfocándose en la cooperación con los países del Hemisferio Occidental.
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El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, ha dejado claro en una reciente columna en el Wall Street Journal que la política exterior de la administración Trump dará un giro significativo hacia el Hemisferio Occidental. En lo que califica como una estrategia de "Américas Primero", Rubio señala que es hora de priorizar la cooperación con los países vecinos para abordar desafíos comunes, desde la migración hasta la reubicación de cadenas de suministro. Su primer viaje oficial a Centroamérica marca el inicio de esta nueva fase diplomática.
Asimismo, sostiene que el descuido de la región ha permitido el avance de problemas como la inseguridad, la falta de oportunidades y la creciente influencia de China. En su plan, EE.UU. busca reforzar los lazos con países clave de América Latina y el Caribe para garantizar estabilidad económica y seguridad en la región. La visión es clara: una colaboración pragmática que beneficie a ambas partes sin caer en ideologías utópicas.
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Reconfiguración de la diplomacia y la economía
El enfoque de Rubio busca reconstruir la relación con países estratégicos como El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Panamá. La idea central es que una economía fortalecida en estos países reducirá la emigración y aumentará la seguridad. Para ello, planea incentivar el comercio y trasladar industrias clave desde Asia al continente americano, asegurando así una cadena de suministro más estable y beneficiosa para la región.

El enfoque de Rubio busca fortalecer la relación con países clave, impulsando la economía para disminuir la emigración y mejorar la seguridad. Foto: MasContainer
Además de fortalecer la seguridad regional y frenar la emigración, esta estrategia busca contrarrestar la influencia de China en América Latina. Al trasladar industrias desde Asia y fomentar la inversión, EE.UU. pretende consolidar su liderazgo económico, generar empleo y promover el desarrollo sostenible. Trump apuesta por una cooperación estratégica que beneficie tanto a Centroamérica como a su propia economía, garantizando una cadena de suministro más confiable y menos dependiente de potencias extranjeras.
Freno a la migración y lucha contra el crimen
Uno de los pilares de esta nueva estrategia es el control de la migración. Rubio enfatiza la necesidad de trabajar con los países de origen para frenar los flujos migratorios y facilitar el retorno de ciudadanos indocumentados. A esto se suma una política más agresiva contra el crimen organizado, especialmente contra los cárteles de drogas, considerados ahora como organizaciones terroristas extranjeras.

Rubio aboga por frenar la migración y combatir el crimen organizado con mayor firmeza. Foto: ANSA BRASIL
Para lograr estos objetivos, la estrategia contempla una mayor cooperación en inteligencia y seguridad con los gobiernos de la región, facilitando el intercambio de información y la asistencia en operaciones conjuntas. Además, se impulsará el fortalecimiento de las instituciones judiciales y policiales locales para combatir la corrupción y mejorar la capacidad de respuesta ante el crimen transnacional. Esta política también incluye sanciones más severas contra individuos y entidades que financien o colaboren con grupos delictivos, buscando debilitar sus estructuras y reducir su influencia en la región.
El desafío de la influencia de China
Rubio advierte que la creciente presencia de China en América Latina representa un riesgo para la soberanía de las naciones de la región. Según el secretario de Estado, EE.UU. debe actuar con rapidez para evitar que Pekín convierta a estos países en economías dependientes de su influencia. A través de una estrategia de cooperación económica y de seguridad, Washington buscará recuperar terreno y garantizar que la región mantenga su autonomía.
Esta nueva política exterior marca un punto de inflexión en la relación de EE. UU. con sus vecinos, priorizando el pragmatismo y los intereses compartidos. En palabras de Rubio, un Hemisferio Occidental más fuerte y estable es clave para la prosperidad de todas las naciones involucradas.






















