Este es el árbol más alto de América Latina: mide 90 metros, se encuentra en la amazonía y tiene más de 400 años
El imponente angelim vermelho es un símbolo de la selva amazónica y un testigo de la rica biodiversidad, pero enfrenta amenazas crecientes por la deforestación.
El árbol más alto de América Latina ha sido descubierto en la selva amazónica: un angelim vermelho de 90 metros de altura. Situado en la Reserva Natural del Río Iratapuru, al norte de Brasil, este coloso ha impresionado a los científicos no solo por su tamaño, sino también por su antigüedad, estimada en más de 400 años. Este hallazgo lo convierte en un testigo viviente del pasado del Amazonas.
El hallazgo de este majestuoso árbol es el resultado de más de tres años de expediciones científicas que involucraron largas caminatas, trayectos fluviales y un arduo esfuerzo por parte de investigadores y guías locales. El árbol, con un diámetro de casi 10 metros, destaca entre el dosel de la selva y representa una de las maravillas naturales más impresionantes de la región.
¿Cómo es el árbol más alto de Latinoamérica?
El angelim vermelho no solo se destaca por su altura, sino también por su importancia ecológica. Los investigadores que lo encontraron aseguran que la mitad de su peso corresponde a carbono absorbido de la atmósfera. Esta capacidad de almacenar grandes cantidades de carbono lo convierte en un recurso esencial para la lucha contra el cambio climático.
Angelim vermelho, el árbol más alto de Latinoamérica, mide 90 metros y tiene más de 400 años. Se ubica en la Reserva Natural del Río Iratapuru.
Además, su antigüedad es impresionante. Los primeros análisis indican que tiene entre 400 y 600 años, lo que lo convierte en un sobreviviente en medio de uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. La selva amazónica alberga una amplia diversidad de árboles gigantes, y este ejemplar es un símbolo de la importancia de la conservación en la región.
¿Cómo fue la expedición para hallar el árbol más alto?
Llegar hasta el árbol más alto de América Latina no fue tarea fácil. El equipo de científicos tuvo que superar diversos obstáculos en el camino. Desde la planificación en 2019, los investigadores realizaron cinco expediciones, enfrentando terrenos difíciles y condiciones extremas. Durante una de las caminatas, uno de los miembros del equipo enfermó, lo que obligó a suspender temporalmente la misión.
El equipo científico enfrentó diversas situaciones en condiciones extremas, terrenos difíciles y un esfuerzo significativo para llegar al árbol. Foto: CEFE/Joao Matos
La última expedición, realizada en septiembre, fue la más exitosa. Los científicos recorrieron 250 kilómetros en bote a través de rápidos peligrosos y caminaron otros 20 kilómetros a pie por montañas selváticas. En el trayecto, uno de los expedicionarios sufrió una mordedura de araña venenosa, lo que demostró las dificultades extremas de alcanzar esta remota zona.
Impacto ecológico y la amenaza de la deforestación
A pesar de su lejanía, el angelim vermelho y otros árboles gigantes en la región enfrentan serias amenazas. La deforestación en el Amazonas ha aumentado un 75% en los últimos tres años, y los mineros ilegales han comenzado a invadir la Reserva Natural del Río Iratapuru, poniendo en peligro este ecosistema único. La madera del árbol es muy apreciada en el mercado, lo que la convierte en un objetivo para los madereros.
La destrucción de estos árboles no solo significa la pérdida de ejemplares milenarios, sino también un golpe para los esfuerzos globales de mitigar el cambio climático. El almacenamiento de carbono en estos gigantes de la selva es crucial para frenar el aumento de gases de efecto invernadero. Organizaciones ecologistas y científicos instan a proteger estos recursos antes de que sea demasiado tarde.