La venezolana de 117 años cuyo pueblo quedó sumergido bajo el agua
Martina Pernalete es oriunda del estado Lara, pero actualmente vive en Carabobo. Es la mujer más longeva de Venezuela.
Martina Pernalete pudo conocer el mar por primera vez cuando cumplió 114 años, y quedó asombrada por la extensión del mismo y por la naturaleza de la arena, que se moldeaba alrededor de sus pies. Tres años después cumplió 117 años durante la pandemia provocada por la COVID-19, el evento histórico más importante en la vida de muchos jóvenes, pero quizá uno de los menos relevantes para alguien que lleva habitando la Tierra tanto tiempo.
Actualmente, Martina vive en Valencia, estado Carabobo, a 226 kilómetros de su natal Atarigua, estado Lara, donde ella sacó su primera cédula de identidad emitida en blanco y negro a los 74 años.
Su pueblo original, relata ella a El Diario, quedó bajo el agua cuando que se construyó la represa Cuatricentenaria durante el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez en el año 1977. Los locales tuvieron que dejarlo todo atrás y migrar al pueblo nuevo de Atarigua.
Apenas hace algunos años la represa sufrió una filtración y la laguna se fue secando poco a poco, lo que permitió que muchos pobladores cruzaran al pueblo viejo para desenterrar a sus familiares del cementerio, una vez que la zona quedó completamente seca.
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Martina cuenta que no aprendió a leer o a escribir, que se casó, pero nunca tuvo hijos y que, pese a los años, no cuenta con ninguna enfermedad crónica. Solo ha sido operada por cataratas en sus ojos, relata casi con orgullo.
Actualmente ella vive con Luz Pernalete, un familiar que le propuso mudarse a Valencia para estar acompañada y que no estuviera sola la gran parte del tiempo.
Martina Pernalete acompañada de su familia en Valencia. Foto: El Diario
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“Ella es prima de mi papá y prima segunda de todos los que estamos en Valencia porque ella crio a mi papá Martín Pernalete, que falleció en el año 2010. Nosotros la queremos como nuestra abuelita y creemos que ella se ha mantenido con su buena salud porque en el pueblo donde ella se crio hay muchos abuelitos que tienen bastante edad. Quizás porque la mayoría consume mucha carne y leche de chivo”, sostuvo Luz.
Martina es devota de la Virgen de Santa Rosa, a quien los habitantes de su antiguo hogar veneran cada 30 de agosto. Señala, además, que todos los que se han ido del poblado regresan en esa fecha para hacer un reencuentro y venerar a la imagen de la virgen.
No se imagina que puede ser la persona con más edad viva en Venezuela, le suena extraño, pero especial. Agrega que le emociona descubrir que le deparará el futuro.