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La emotiva historia del joven que caminó 60 días con su perrita de regreso a Venezuela

“El amor es una fuerza motivadora que nos mantiene en pie a pesar de la adversidad; el amor a Dios, el amor a la familia y hasta el amor por los animales”, sostuvo Albert Caballero sobre su perrita ‘Cholita’.

Albert Caballero es un joven venezolano que caminó durante dos meses junto con su perrita ‘Cholita’ para regresar a su país debido a las dificultades económicas que atravesaba en Ecuador. En los últimos meses se quedó sin trabajo por la crisis de la COVID-19 y los ingresos que recibía no eran suficientes; por tal motivo, emprendió el viaje con un grupo de migrantes y decidió llevar a su fiel compañera de cuatro patas.

Todo iba bien hasta que, en un punto del largo recorrido, ‘Cholita’ comenzó a sentir dolor en sus patitas, por lo que su dueño le fabricó unos pequeños zapatos de tela para protegerla y así evitar que sufriera heridas por el extenso trayecto de más de 1.000 kilómetros a pie.

Albert también contó con la ayuda del grupo de migrantes que se ofreció a cargarla cuando se sintiera muy cansada. Al igual que muchos venezolanos, el joven migró buscando oportunidades que no tuvo en su país. Cuando llegó a Ecuador, la pandemia no le permitió conseguir un trabajo formal.

Se convirtió en vendedor ambulante, y lo que ganaba no era suficiente para pagar los trámites de documentación para legalizarse en ese país. Decidió que lo mejor era regresar a Venezuela y en otra oportunidad lo volvería a intentar, pero no quiso abandonar a su perrita ‘Cholita’.

“El amor es una fuerza motivadora que nos mantiene en pie a pesar de la adversidad; el amor a Dios, el amor a la familia y hasta el amor por los animales”, escribió Albert en su cuenta de Facebook.

El pasado 31 de mayo, el joven cruzó la frontera de Arauca entre Venezuela y Colombia. A su llegada a un albergue, ‘Cholita’ fue llevada a una veterinaria para ser evaluada por un especialista.

El veterinario le indicó a Albert que la perrita había sufrido algunas lesiones en sus patas producto del viaje. Además, fue atendida por la desnutrición que presentaba, la desparasitaron y le recomendaron tratamiento por una hernia que detectaron en su cuerpo.

Finalmente, el joven venezolano agradeció a todas las personas que le ayudaron en todo el recorrido hacia su país natal. El llevar a su perrita ‘Cholita’ fue una decisión que lo hizo dudar, pero era consciente de que si no lo hacía se quedaría en situación de calle, pues no tenía un conocido que pudiera cuidarla.

“Juntos nos enseñan que, a pesar del dolor, la pérdida y el rechazo, siempre habrá en el mundo alguien capaz de darlo todo por nosotros”, concluyó el joven.

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