EE. UU.: Texas promulga la ley antiaborto más radical del país y Biden critica
La disposición prohíbe el aborto pasadas las seis semanas de embarazo y permite las denuncias anónimas contra clínicas que lo practican y otros colaboradores. Casos de violación e incesto no son excepciones.
El miércoles 1 de septiembre, el gobernador de Texas, Greg Abbott, promulgó una ley que prohíbe el aborto antes de las seis semanas. Entre otros detalles polémicos del reglamento está la permisión de que civiles denuncien a clínicas de aborto y a quienes colaboren con el proceso.
Al conocerse la entrada en vigor de la ley en el estado de Texas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se pronunció a favor del derecho de las mujeres y acusó que el código “viola descaradamente el derecho constitucional”.
“Esta ley radical de Texas viola descaradamente el derecho constitucional establecido en el Roe v. Wade y mantenido como precedente durante casi medio siglo”, dijo Biden en alusión al histórico fallo de la Corte Suprema de 1973 que autorizó el derecho al aborto hasta los seis meses de gestación en todo Estados Unidos.
Biden criticó que la ley complicará el acceso de todas las mujeres a los servicios de salud, ya que solo aquellas con mayores recursos económicos podrán desplazarse hacia otros estados para someterse a un aborto. De ese modo, la comunidad afro y latina serán las más damnificadas.
Entre otras especificaciones cuestionables del reglamento, destaca la permisión para que ciudadanos comunes demanden a proveedores de servicios de aborto o a cualquiera que ayude a una mujer a abortar. Así, por ejemplo, grupos en contra del aborto, como Texas Right to Life, han inaugurado una línea de atención telefónica para recibir “denuncias anónimas”.
Los especialistas y grupos a favor del aborto sospechan que habrá una avalancha de denuncias contra las clínicas abortistas, como Planned Parenthood, que ya tenían serios problemas para operar.
De ese modo, la legislación, que no hace excepciones para casos de violación o incestos, presagia un ataque más explícito al derecho al aborto en el país norteamericano.
En octubre, la Corte Suprema se reunirá para debatir el fallo del caso Roe v. Wade, que garantizó el derecho al aborto. En este caso, los magistrados podrían reescribir la jurisprudencia y marcar el final del icónico fallo.