Falta de insumos, protestas y súplicas: un día en la salud de Venezuela
El sistema sanitario de Venezuela ha colapsado desde antes de la pandemia de la COVID-19. Muchos trabajadores del sector se han contagiado o mueren esperando por equipos de bioseguridad y por una medicina. La República expone lo que se vive dentro de los centros de salud en el país sudamericano.
Especial desde Venezuela.
Al ingresar por la puerta principal del Hospital Dr. Luis Razetti de Barcelona, uno de los más importantes del este de Venezuela, se acercaron varios trabajadores sanitarios para denunciar toda la precariedad y las malas condiciones en las que tienen que laborar todos los días.
En la entrada del centro de salud se encontraba una enfermera colocando vacunas contra la influenza a compañeros de trabajo y aseguró a La República que tenía más de tres días con el mismo cubrebocas. “No hay insumos. No nos dotan de protección. Aquí no hay nada”, dice.
Ella no es la única. Sus demás compañeros también están desprotegidos en medio de la pandemia de la COVID-19. Uno a uno se acercaba y decía cuántos días tenían con su mascarilla, mientras que otros no contaban con protección.
Venezuela ya vivía una crisis sanitaria mucho antes de la propagación del virus SARS-CoV-2. Edinson Hernández, delegado de prevención del Hospital Luis Razetti, aseguró a este medio que denunciar lo que les ocurre se ha convertido en un hostigamiento insistente por parte de las autoridades de turno.
“Nos dicen que somos terroristas e incitadores al odio porque estamos diciendo la verdad al mundo. Aquí en el Hospital Luis Razetti y en ningún centro están los equipos de bioseguridad, y aunado a toda esta situación tenemos salarios de hambre a los que nos tienen condenados el Gobierno Nacional. Por eso alzamos nuestra voz”, expresó.
Hace más de una semana, su compañera, la enfermera Ada Macuare, fue detenida en su sitio de trabajo, luego de denunciar la escasez de insumos en el centro de salud, pedir vacunas anti-COVID-19 y un mejor salario.
Ada Macuare
El 29 de julio, representantes del Colegio de Enfermería de Venezuela exigieron la liberación inmediata de la trabajadora.
“Nuestra compañera Ada Macuare se encuentra detenida por reclamar y exigir los derechos de los trabajadores. Hoy en día, el Gobierno Nacional viola los derechos que están plasmados en la Constitución, en la Ley Orgánica del Trabajo y la ley de prevención de ambiente laboral”, expone Hernández.
Desde el 9 al 25 de julio, un total de ocho sanitarios murieron en Venezuela “con criterios para COVID-19” , informó la ONG Médicos Unidos de Venezuela (MUV), que ha contabilizado el fallecimiento de 714 trabajadores de la salud desde el inicio de la pandemia.
“Estamos laborando en condiciones infrahumanas. El personal está sumamente aterrado porque a diario se está enfermando y también se está muriendo. Se nos han muerto enfermeras, médicos y obreros. Este cruel virus está atacando sin piedad”, confesó el delegado de salud.
Delegados
“El Gobierno de Maduro está jugando al silencio”
Hernández aseguró que continuarán denunciando las veces que sea necesario las malas condiciones laborales y el mal estado de los hospitales en Venezuela.
“Nosotros nos vamos a mantener en pie de lucha: protestas y más protestas. El Gobierno de Maduro está jugando al silencio y a la mentira, pero nosotros jugamos a la verdad, que se sepa todo y con esto no nos van a callar”, enfatizó.
Protesta por falta de máquinas para diálisis
Las dificultades y la falta de insumos médicos también se evidencian en otros centros de salud. Así ocurre en la Unidad de Diálisis Care, ubicada en la ciudad costera de Puerto La Cruz.
Un grupo de pacientes de diálisis protestaron y obstaculizaron el tránsito vehicular por varios minutos la mañana del 30 de julio para exigir mejoras en la unidad.
Pacientes de diálisis en Benezuela protestan por falta de máquinas para poder hacer su tratamiento. Foto: La República/María José Vargas
Los manifestantes revelaron que se había dañado una bomba de agua y que de 20 máquinas solo ocho estaban operativas en el centro.
Alfredo José Cardona, paciente de diálisis desde hace 11 años, estacionó su vehículo en medio de la vía principal para llamar la atención de las autoridades. “Pido disculpas al pueblo, pero también pedimos que nos entiendan”, añadió.
“El problema que hay es que ya tenemos un año sin máquinas. Allí solo hay ocho máquinas operativas y desde hace ocho días no estamos recibiendo la diálisis como tiene que ser debido a que se dañaron las bombas y la planta de ósmosis. Esto que hacemos de cerrar calles y avenidas es porque necesitamos que nos den soluciones. Es una emergencia”, puntualizó.