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Documentos revelan intentos de la CIA para asesinar a Fidel y Raúl Castro

En uno de los planes se habría desarrollado una píldora letal y soluble que Fidel Castro debía ingerir a través de la comida o bebida.

Uno de los planes de la agencia de inteligencia era organizar un accidente aéreo. Foto: AFP
Uno de los planes de la agencia de inteligencia era organizar un accidente aéreo. Foto: AFP

La CIA (Agencia Central de Inteligencia de EE. UU.) habría planificado asesinar a Fidel y Raúl Castro en la década de 1960, así lo han revelado documentos desclasificados por el Archivo de Seguridad Nacional.

En el contexto del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), donde se espera la despedida política Raúl Castro, se han divulgado memorándums y telegramas que cuentan cómo se organizaron dos complots que no tuvieron éxito.

En uno de ellos los funcionarios de la agencia de inteligencia planearon un accidente aéreo por el que se habría ofrecido un pago de “10.000 dólares o una cantidad razonable que supere esa cifra”.

William J. Murray, encargado de la CIA en la isla en 1960, discutió la idea con el piloto cubano José Raúl Martínez, trabajador de Cubana Airlines y encargado de llevar a Raúl Castro a La Habana. Se habló sobre la posibilidad de un recalentamiento en el motor o de un amerizaje.

“El piloto, que la CIA había reclutado anteriormente como activo de inteligencia en Cuba, ‘pidió que se le asegurara que en caso de su (propia) muerte, Estados Unidos se encargaría de que sus dos hijos recibieran una educación universitaria’”, revela el Archivo de Seguridad Nacional.

El plan no llegó a realizarse porque el piloto no pudo organizar el accidente. Aunque Murray había recibido la orden de no continuar con el atentado, no tuvo tiempo de comunicárselo.

Semanas después, la CIA planificó asesinar a Fidel Castro para “aumentar las posibilidades de éxito del programa contrarrevolucionario de la CIA para derrocar a su régimen”.

Por eso, la División de Servicios Técnicos de la CIA “desarrolló una píldora que tenía los elementos de rápida solubilidad, alto contenido letal y poca o ninguna trazabilidad”, la cual debía llegar a la comida o bebida del líder cubano.

Sin embargo, no llegó a realizarse porque “se canceló poco después del episodio de Bahía de Cochinos”, una invasión que tuvo lugar entre el 15 y el 19 de abril de 1961, donde participaron cubanos financiados por EE. UU. para derrocar a Castro, pero no prosperó.