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Brasil: Corte Suprema permite sancionar a quien rechace vacuna contra COVID-19

La máxima corte del país equiparó la aplicación de la vacuna con el voto, que, según la legislación brasileña, es obligatorio, aunque el elector no es forzado a ejercerlo.

Brasil es uno de los países del mundo más dañados por la pandemia, junto con Estados Unidos y la India. Foto: EFE
Brasil es uno de los países del mundo más dañados por la pandemia, junto con Estados Unidos y la India. Foto: EFE

El pleno de la Corte Suprema de Brasil avaló este jueves 17 de diciembre por una amplia mayoría que la vacuna contra el coronavirus sea obligatoria en el país y permitió que los estados y municipios puedan imponer sanciones para quien no la acepte.

El fallo del alto tribunal, formado por once magistrados, no significa, sin embargo, que la población tenga que ser vacunada a la fuerza, pero abre la puerta a que las autoridades de la nación adopten “medidas indirectas” para fomentar la inmunización.

Brasil es uno de los países más castigados por la pandemia, junto con Estados Unidos y la India, y hasta este jueves contabilizaba 7,1 millones de contagios y cerca de 185.000 muertes relacionadas con la COVID-19.

Por diez votos a uno, el Supremo autorizó a los gobiernos regionales y municipales a poder castigar a los individuos que rechacen tomar la vacuna, prohibiéndoles, por ejemplo, ejercer determinadas actividades o impidiéndoles acceder a ciertos beneficios sociales.

En la práctica, la máxima instancia judicial equiparó la aplicación del medicamento con el voto, que, según la legislación brasileña, es obligatorio, aunque el elector no es forzado a ejercerlo.

No obstante, a los ciudadanos que deciden no votar —en las últimas elecciones municipales celebradas en noviembre, la abstención en varias ciudades superó el 30%— y no lo justifican se les aplica una multa económica y, en último extremo, pueden estar impedidos de participar en concursos públicos y renovar su pasaporte, entre otras restricciones.

La inoculación contra el virus SARS-CoV-2 se ha transformado en Brasil en una batalla política alentada por el mandatario Jair Bolsonaro, quien ha censurado el uso de la mascarilla y defendido la no obligatoriedad de cualquier fórmula de prevención.

Cabe recordar que, en octubre pasado, el presidente ultraderechista llegó a afirmar en sus redes sociales que en su casa las vacunas son solo obligatorias para el perro.

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