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“Un circo que debe ser destruido”, “títere de China”, “incompetente”: las críticas a la OMS

Donald Trump, cuyo Gobierno formalizó su retiro de la OMS, cumplió su constante advertencia tras reprochar al organismo por su gestión y respuesta ante el coronavirus. No ha sido el único.

Foto: AFP.
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La retirada formal de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunciada este martes 7 de julio, materializó las amenazas del presidente Donald Trump, quien la acusa de encubrir la gravedad de la pandemia del coronavirus y de tener posiciones muy cercanas a China.

La evasión del mayor donante de la OMS, que será efectiva en 2021, supone un duro golpe para su funcionamiento, pues perderá unos 400 millones de dólares anuales; pero sobre todo debilita su credibilidad ante las decisiones “confusas” y “contradictorias” en medio de la vorágine.

Poco diplomático como de costumbre, Donald Trump ha dicho que el director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, es “un títere de China”.

Andrea Crisanti, profesor de microbiología en la Universidad de Padua (Italia) y artífice del modelo de Véneto, donde combatió el coronavirus, apuntó en junio pasado que la OMS era “un circo que debe ser destruido”, y agregó que “debería servir a los intereses de toda la comunidad mundial, sin interferencia externa”.

Taiwán y Japón habían destacado que la OMS no instó a China a que entregara información sobre la expansión del coronavirus en el momento correcto, y que en cambio tardó siete meses para investigar el origen.

En Colombia, el exministro de Salud, Mauricio Santamaría, reprochó al organismo por publicar “resultados de ensayos clínicos incompletos que infunden pánico” y la calificó de “burocrática, llena de ideología y muy dogmática”.

Con las diatribas en efervescencia, el secretario de Estado Mike Pompeo apuntó que el organismo es “fundamentalmente incompetente”, mientras que desde la comunidad científica, 239 expertos le urgían “reconocer la posible transmisión aérea de la COVID-19″.

La “carta de fuego” fue publicada en la revista Clinical Infectious Diseases de Oxford y produjo que, un día después, la OMS reconociera que habían pruebas de esta transmisión.

Una respuesta similar había ocurrido un mes atrás, cuando Maria Van Kerkhove, responsable técnica de la célula de gestión de la pandemia en la organización, aseguró que los contagios por parte de pacientes asintomáticos eran “muy inhabituales”.

Horas después, sin embargo, debió aclarar que todo había sido un “malentendido”.

OMS y otros episodios contradictorios

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es el organismo sanitario de Naciones Unidas. Fue fundada en abril de 1948. Tiene 194 Estados miembros y su sede está en Ginebra. Las decisiones las toma la Asamblea Mundial de la Salud, que se reúne una vez por año, junto a un órgano ejecutivo que la aconseja y el director general nombrado por esta asamblea.

Aproximadamente un cuarto del presupuesto de la OMS se financia mediante contribuciones de países y organizaciones no gubernamentales. El resto son contribuciones voluntarias de donantes y los Estados miembros.

El 11 de marzo, este organismo declaró el nuevo coronavirus como una pandemia global y solo una quincena después, afirmó que las personas sanas no necesitaban usar una mascarilla para protegerse.

El 5 de junio, en cambio, el director declaró que la organización había actualizado las directrices: ahora el barbijo se emplearía en espacios abiertos. En esa declaración, aconsejó que los gobiernos lo impusieran en áreas públicas como tiendas, escuelas y lugares de culto.

Y solo cinco meses después finalmente sugirió que las personas sanas deberían usar mascarillas en cualquier lugar. Al día de hoy, el barbijo ya es parte del atuendo y hasta hay multas por no llevarlo.

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La hidroxicloroquina y el origen de la COVID-19

El pasado 3 de junio, la OMS informó su intención de retomar las pruebas clínicas sobre el uso de la hidroxicloroquina para tratar a los pacientes afectados por coronavirus, tan solo diez días después de haber detenido el proceso.

El dilema también ha saltado al origen de la pandemia: el presidente de Estados Unidos afirmó el 1 de mayo que vio evidencia de que había surgido de un laboratorio en Wuhan, pero la organización insistió en que era de origen natural.

“Es muy importante conocer la fuente de la COVID-19”, dijo el director el 29 de junio, cuando anunció que enviaría un equipo a China para investigar la naturaleza del coronavirus.

Actualmente, el mal ya ha provocado al menos 545.414 muertos en el planeta e infectado a otras 11.906.470 personas en 196 países o territorios.

Con información de AFP.