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Sembrar el miedo y las demás estrategias de Trump para quedarse

El presidente de los Estados Unidos se juega la reelección en noviembre. Sin embargo, la mayoría de las encuestas le auguran la derrota contra su rival demócrata, Joe Biden. Aún así, al mandatario le quedan algunas estrategias que podrían dejarlo en el poder.

Presidente Donald Trump junto a su esposa Melania en la Casa Blanca. Foto: AFP
Presidente Donald Trump junto a su esposa Melania en la Casa Blanca. Foto: AFP

Por Antonio Camborda

El presidente Donald Trump pronunció el viernes desde el Monte Rushmore, flanqueado por las estatuas de los fundadores de la Nación, uno de sus discursos que, seguramente, dividirá mucho más a la población estadounidense, pues acusa a sus opositores, sin prueba alguna, de ser un grupo radical de izquierda que quiere imponer una cultura que borre la historia de Estados Unidos.

Sin duda que su objetivo es sembrar el miedo entre sus seguidores y poner en marcha su plan para quedarse usufructuando el poder, aunque pierda las elecciones presidenciales del 3 de noviembre próximo.

El ex senador demócrata por el estado de Colorado, Timothy E. Wirth, ha hecho un análisis de los posibles planes que se cocinan en la Casa Blanca y que cuentan con el apoyo del actual Secretario de Justicia, William Barr, conocido por sus puntos de vista extremistas.

El primer mecanismo de Trump es suprimir la participación de votantes, y de fuentes seguras se sabe que se han eliminado 19 millones de nombres de las actas electorales que corresponden a ciudadanos de muchas localidades.

El otro paso es la intención de suprimir el voto por correo, uno de los mecanismos que siempre se ha utilizado en Estados Unidos, pero que ahora el mandatario dice que se prestaría para imponer el fraude.

También se ha conocido que se planea entrenar a unos 50.000 observadores que irían a los recintos de votación para disuadir a los electores y fomentar aglomeraciones y, de esa manera, desanimarlos a permanecer largas horas formando filas.

El segundo mecanismo es subvertir las elecciones, de tal manera que vete los resultados especialmente en los estados de Arizona, Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, en los que estos son a veces favorables a los demócratas y otras, a los republicanos.

De producirse reacciones violentas en algunos estados por todas estas maniobras, Trump podría apelar a la declaración de estado de emergencia, y Barr cree que ninguna Corte de Justicia sería capaz de revertir esa decisión.

También se tiene en mente denunciar la intromisión de China en el proceso electoral, en caso de que Joe Biden resulte ganador, pues en varios discursos y sobre todo en mensajes de Twitter, Trump acusa a su opositor demócrata de ser muy suave con el Gobierno de China.

Y, paralelamente a ello, está preparando demandas para pedir que se anulen los votos en los estados donde gane Biden, de tal manera que el Colegio electoral emita su fallo el 14 de diciembre, y al no haber resultados, no proclamarlo ganador. Y Trump, aun perdiendo, se quedaría en el poder.

La única forma de poder detener los planes de Trump para permanecer en el poder es que Nancy Pelossi, la presidenta de la Cámara de Representantes, pueda convocar a una sesión y votar un acuerdo en contra de las aspiraciones del mandatario. Pero hay un problema legal: la votación sería de un voto por Estado. Los republicanos tienen el control de 26 Estados y los demócratas, de 23.