No hay evidencia de que un recuperado de COVID-19 no pueda volver a infectarse, advierte OMS
El organismo internacional ha mostrado su preocupación del documento que certifica a las personas haberse sanado de la COVID-19, una medida que la evalúan también otros Gobiernos del mundo.
La evidencia científica reunida hasta el momento no ofrece certeza de que una persona que ha contraído el coronavirus, se ha recuperado y ha generado anticuerpos esté protegida contra una segunda infección, lo que deja sin respaldo la idea de un “pasaporte de inmunidad”, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS sale así al paso de las afirmaciones de algunos gobiernos de que la detección de anticuerpos del SARS-CoV-2 en una persona podría ser suficiente para extender un “certificado” que indicara que ya no puede contagiar a otros.
En el plan del Gobierno de Sebastián Piñera se ha considerado esta medida para sobrellevar con el coronavirus en Chile.
En una guía para todos sus Estados miembros y que es producto del análisis de los resultados de varios estudios, investigaciones y artículos científicos, la OMS explica que la mayoría de ellos muestra que la gente que se recupera de la enfermedad desarrolla anticuerpos contra el virus, pero que en algunos casos su presencia en la sangre es muy baja.
Por tanto, destaca, “a 24 de abril ningún estudio ha evaluado si la presencia de antivirus al SARS-CoV-2 confiere inmunidad a infecciones posteriores en humanos”.
"La gente que asume que es inmune a una segunda infección porque ha recibido un resultado positivo (del test de serología) puede ignorar las medidas sanitarias, así que el uso de esos certificados podría aumentar el riesgo de transmisión", advierte.
Varios países esperan que sus poblaciones desarrollen una “inmunidad colectiva” o “de grupo” conforme más y más personas se vayan contaminando y curando del coronavirus.
Sin embargo, la OMS considera que los resultados preliminares de las pruebas de serología que se hacen para detectar cuántas personas pueden haber tenido contacto con el virus indican que su proporción es bastante baja, incluso en los países más afectados.
Asimismo, la OMS alerta de que esas pruebas requieren una mayor validación para determinar su nivel de fiabilidad y la exactitud de sus resultados, a fin de evitar equivocaciones y los consiguientes riesgos.
El primer error al que pueden inducir es que una persona contaminada sea declarada negativa o, a la inversa, que alguien que no ha tenido el virus de positivo.
Igualmente, la organización incide en que los test deben ser capaces de distinguir entre infecciones del SARS-CoV-2 y las causadas por cualquiera de los seis coronavirus humanos que se conocen.
Cuatro de ellos causan la gripe común, el quinto el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) y el último el SARS.
“La gente infectada por cualquiera de estos virus puede producir anticuerpos que se confunden con los producidos en respuesta al SARS-CoV-2”, precisó la OMS.