Las duras precauciones de la Casa Blanca para proteger a Trump del coronavirus
Las medidas han incomodado al mismo mandatario estadounidense. Pese a ello, los funcionarios de Washington evalúan aumentar el nivel de protección.
Una publicación del diario The New York Times reveló las medidas que estaba tomando las autoridades de la Casa Blanca para tratar de reducir la amenaza de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sea contagiado por el coronavirus.
Las acciones no solo está limitadas al mandatario, sino también a su círculo de más alta confianza.
Tras la expansión del COVID-19 en Estados Unidos, donde ya suman 205 los infectados y 17 muertos, los funcionarios de Washington ordenaron que los invitados deben reportar los países que visitaron en los últimos 30 días.
Incluso, el Servicio Secreto y la Unidad Médica de la Casa Blanca hacen seguimiento de las personas que han visitado países con casos de COVID-19.
“No es una prohibición rígida y rápida, pero permite a los expertos médicos saber con quién hablar con las preguntas de seguimiento”, dijo uno de los funcionarios al ser preguntado por el medio estadounidense. “La gente ha sido muy cooperativa y comprensiva, lo cual apreciamos”, agregó.
Otra de los cambios que se han podido notar en el Ala Oeste fue la instalación de puestos de desinfección de manos. Otro funcionario dijo que evaluaban añadir los controles de temperatura y el fin de las visitas públicas si la expansión del coronavirus va en aumento.
Los periodistas que no estén acreditados y los invitados que entren al edificio adyacente de la Oficina Ejecutiva Eisenhower deben cumplir las mismas restricciones. Así también deben hacerlo los turistas que visiten la Casa Blanca.
Por su parte, el presidente Donald Trump se quejó de que entre las prohibiciones esté el no poder tocarse la cara.
En una de las intervenciones de la Deborah Birx, la coordinadora de la Casa Blanca en la lucha contra el coronavirus, recordó que era de “sentido común lavarse las manos y no tocarse la cara”.
Trump respondió: “¡Llevo semanas sin tocarme la cara! ¡Semanas! ¡Lo echo de menos!”.