Donald Trump dijo que gastará lo necesario para combatir el coronavirus
El presidente norteamericano dio una rueda de prensa en la que aseguró que “no será inevitable” controlar el COVID-19.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció ante la expansión del coronavirus en el mundo, enfermedad que ha contagiado a 53 personas en norteamérica.
El mandatario dijo en una rueda de prensa que gastará lo necesario para combatir el COVID-19 y que está preparado para intensificar su respuesta contra la epidemia en “mucho mayor escala” en caso de que el patógeno continúe propagándose.
"Tenemos hospitales en los estados que tienen habitaciones disponibles y están construyendo áreas de cuarentena donde se puede mantener a las personas de manera segura”, declaró Trump la noche de este miércoles.
El estadounidense destacó que un empeoramiento de los casos por el coronavirus “no es inevitable” controlarlo, contradiciendo a los altos cargos encargados del área de Salud en su gobierno.
"No creo que sea inevitable. Creo que hay una posibilidad de que empeore, una posibilidad de que empeore sustancialmente, pero nada inevitable", afirmó a los periodistas.
Además, consideró nuevas restriciones de viajes para Estados Unidos y así poder evitar un alto contagio entre sus ciudadanos.
El gobernante nombró al vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, para dirigir la respuesta del país al nuevo coronavirus.
La Comisión Nacional de Salud de China reportó la muerte de 29 pacientes por la epidemia y de acuerdo con este último balance, el número total de fallecidos ya asciende a 2 744.
Las autoridades sanitarias del país asiático anunciaron 433 nuevos casos confirmados de contaminación, casi todos ellos verificados en la central provincia de Hubei, el epicentro del brote. De acuerdo con los nuevos datos, 24 de esos enfermos se confirmaron en otras localidades.
Aunque Hubei permanece virtualmente en cuarentena, ciudades importantes en el resto del país parecen retornar lentamente a la normalidad.
En Pekín, sin embargo, sigue vigente la exigencia de un aislamiento de 14 días a domicilio para las personas que habían viajado al interior del país y retornaron a la capital.