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Mafioso asegura que ayudó a matar al papa Juan Pablo I para ocultar un fraude financiero

“Sabía que eso me supondría un billete de ida al infierno”, precisó Anthony Raimondi, quien confesó que participó en la muerte del pontífice en 1978, porque este iba a exponer un enorme fraude financiero dirigido por funcionarios del Vaticano, entre ellos su primo, el cardenal Paul Marcinkus.

Anthony Raimondi aseguró que ayudó a matar al papa Juan Pablo I, por encargo de su primo, el cardenal Paul Marcinkus.
Anthony Raimondi aseguró que ayudó a matar al papa Juan Pablo I, por encargo de su primo, el cardenal Paul Marcinkus.

¿El papa Juan Pablo I fue asesinado? Esto es una especie de leyenda urbana nunca confirmada a 41 años de su muerte, ya que según la versión oficial falleció por motivos naturales. Sin embargo, nuevas luces sobre lo que habría acabado con su vida salieron, luego que un mafioso confesará que colabró a quitarle la vida al Sumo Pontífice en 1978.

Anthony Raimondi, fue un gángster de la mafia de Colombo, quien aseguró en una entrevista para ‘New York Post’ que ayudó a matar al papa Juan Pablo I con cianuro para ocultar un enorme fraude financiero de funcionarios de El Vaticano calculada en 1000 millones de dólares, lo cual también relata en su libro ‘When the Bullet Hits the Bone’ (Cuando la bala golpea el hueso).

Raimondi también contó que a la edad de 28 años fue a Italia en 1978, tras ser reclutado para cometer el crimen por el cardenal Paul Marcinkus, su primo, quien dirigía el Banco Vaticano, a quien Juan Pablo I iba a expulsar junto a la “la mitad de los cardenales y obispos en el Vaticano”.

Esta medida del Sumo Pontífice se iba a dar porque los miembros de la Iglesia Católica, especialmente Paul Marcinkus, estaban involucrados en la venta que hicieron los gángsters de certificados falsos de acciones en grandes compañías estadounidenses a compradores ingenuos.

El papa Juan Pablo I solo estuvo 33 días al mando de la Iglesia Católica.

El papa Juan Pablo I solo estuvo 33 días al mando de la Iglesia Católica.

El crimen según Anthony Raimondi

La misión de Raimondi era memorizar los hábitos del papa y observar cómo era sedado al tomar una taza de té con valium. La droga hizo efecto de inmediato y según relata, su víctima cayó completamente inconsciente. “Sabía que eso me compraría un boleto de ida al infierno”, señala Raimondi.

Mientras Anthony Raimondi esperaba fuera de la habitación, su primo preparaba una dosis de cianuro. “Colocó el gotero en la boca del papa y lo apretó”, antes de cerrar la puerta y alejarse de la escena del crimen.

En el momento que un asistente de Juan Pablo I se percatara de que “el papa se estaba muriendo”, Marcinkus y otros dos cardenales fingieron sorpresa e hicieron de cuenta que no sabían nada. Al poco tiempo, un médico del Vaticano certificó la muerte de Juan Pablo I.

Poco después, su sucesor Juan Pablo II pretendía tomar medidas contra los estafadores, y el hombre de la mafia fue llamado de regreso al Vaticano. Sin embargo, al ser consciente de que su vida corría peligro, el pontífice decidió no actuar, según Raimondi.

Por último, el hombre aseguró que dejó la vida del crimen organizado, y en la actualidad lucha contra el cáncer, mientras que todos sus antiguos colaboradores fueron a prisión o murieron.

Paul Marcinkus estaría implicado en el crimen.

Paul Marcinkus estaría implicado en el crimen.

Juan Pablo I: la versión oficial

Cuando Juan Pablo I asumió reemplazó a Paulo VI como máximo representante de la Iglesia Católica, había cierto escepticismo por su avanzada edad (65 años), pero nadie pensó que su pontificado duraría solo 33 días. Él fue encontrado muerto en su cama poco antes del amanecer del 29 de septiembre de 1978.

Según las fuentes oficiales, el papa murió de un infarto. Pero desde siempre hubo la sospecha que el Vaticano ocultó algunos aspectos sobre el descubrimiento del cadáver, las cuales se acrecentaron tras cumplirse con la tradición eclesiástica de no practicarse la autopsia a su cuerpo.

Eso dio pie a una serie de teorías conspirativas en torno a su muerte. La Santa Sede se niega hasta la actualidad a realizar mayores investigaciones sobre el asunto. El papa reposa en las grutas vaticanas desde el 4 de octubre de 1978.