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El cártel que practicaba el canibalismo y cuyo fundador ‘resucitó’ tres veces de la muerte

Los Caballeros Templarios tenían como rito de iniciación comer órganos de niños. Uno de sus líderes era “El Chayo”, que ‘hablaba’ con los animales, predicaba y asesinaba por ‘justicia divina’.

'El Chayo' fue líder de Los Caballeros Templarios y predicaba mandamientos a sus miembros. Foto: Infobae
'El Chayo' fue líder de Los Caballeros Templarios y predicaba mandamientos a sus miembros. Foto: Infobae

Algo que diferenció a Los Caballeros Templarios de otros cárteles de narcotráfico fue la hermandad que unía a sus miembros. Estaban adoctrinados por una especie de religión cuyo líder, Nazario Moreno, ‘El Chayo’ predicaba.

Fue uno de los grupos de narcotraficantes más temidos en Michoacán, México. Ellos decidían quién cosecha, qué y cuándo. También establecían los precios de los productos en la zona, afirma la BBC.

Pero lo que más pánico provocó en la población, luego de que se desintegrara, además de la violencia con que ejercieron su poder, fue el lazo que los única y las extrañas prácticas que tenían, como el canibalismo como ritual de iniciación.

Herencia michoacana

Los Caballeros Templarios se consolidan a partir de la desarticulación de La Familia Michoacana, en el 2011. El cártel “madre” tenía como a uno de sus líderes, a ‘El Chayo’ o ‘El más loco’, cuyo mando continuó en el nuevo grupo hasta su muerte en el 2014.

No obstante, después de esto, ‘El Chayo’ siguió siendo considerado el principal representante del cártel de narcotraficantes al punto de ser un “santo” para sus seguidores.

Sus mandamientos eran ley, pese a que ahora comandaban Servando Gómez Martínez “La Tuta” y Dionicio Loya Plancarte “El Tío”.

La hermandad se fortaleció rápidamente y hasta mantuvo una alianza con el Cártel de Sinaloa, liderada por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

Nazario Moreno, cuando informaron sobre su muerte. Foto: Infobae

Nazario Moreno, cuando informaron sobre su muerte. Foto: Infobae

El código de Los Caballeros Templarios

Una de las primeras ejecuciones atribuidas al nacido cártel fue la muerte de dos hombres que aparecieron colgados del cuello en dos puentes. Los letreros que llevaban consigo decían: “Los matamos por ladrones y secuestradores. Atentamente, Los Caballeros Templarios”.

La forma de operar del grupo, además del narcotráfico, era castigar robos, extorsiones o secuestros que sus miembros no cometían, asegura el gobierno federal. Además, prohibía que sus seguidores consumieran drogas, violen a menores de edad y maltraten a familias y parejas.

Todos estos ‘mandamientos’ eran orden de ‘El Chayo’, a través de su libro El Código de los Caballero Templarios. La agencia AP tuvo acceso a este manual en el 2011 y reveló que el objetivo del cártel era iniciar “una guerra ideológica que promoviera la defensa de los valores basada en una sociedad ética”.

De acuerdo a información recogida por Infobae, el libro ordenaba a los caballeros difundir sus enseñanzas al público y luchar contra la injusticia y la tiranía en el mundo. Además, “fomentaba el patriotismo” y el castigo a quienes traicionen la ideología.

Libro escrito por 'El Chayo'. Foto: Infobae

Libro escrito por 'El Chayo'. Foto: Infobae

Iniciación de los novatos

Después de la decadencia de Los Caballeros Templarios, en el 2017, el Gobierno federal de México dio a conocer algunos detalles tenebrosos del grupo criminal. Declaró, por ejemplo, que ‘El Chayo’, obligaba a sus nuevos miembros a iniciarse con un ritual macabro: los novatos debían comer órganos humanos.

“Parte de todo un proceso de iniciación tenía que ver desde descuartizar (...) y a veces preparar propiamente el corazón”, aseguró Alfredo Castillo, comisionado para la seguridad de Michoacán, a la prensa.

“Hay declaraciones de personas que dicen que ellos llegaron a estar presentes cuando Nazario Moreno llegó a decirles a personas que estaban ahí, por iniciación o como ritual: ‘Ahora vamos a comer el corazón de una persona’", agregó el exfuncionario federal.

Según señaló, los órganos se trataban de tejidos provenientes de niños, a quienes les extraían mediante un método aún sin corroborar. “Ya se verá si hablamos de sustracción, de tráfico, de privación ilegal con agravante por causar la muerte (...)”, explicó en aquella ocasión.

‘El Chayo’ murió tres veces

Las historias tejidas alrededor de ‘El Chayo’ lo señalaban como un “santo”. Según afirmaban sus seguidores, Nazario Moreno había fallecido tres veces y resucitó en aquellas ocasiones.

La primera de ellas fue cuando se ahogó. Estaba jugando en un río, se resbaló y luego cayó al agua y se golpeó la cabeza con una piedra. Se encontraba inconsciente, morado y hasta un poco inflado, recoge Infobae.

Su mamá estaba a su lado rezando porque lo salvaran mientras unos rescatistas le aplicaban técnicas de resucitación. Cuando ‘El Chayo’ despertó vomitando el agua, ella consideró que había nacido “favorito de Dios”.

Más tarde, cuando adolescente, mientras jugaba en un partido de fútbol le rompieron la cabeza. Algunos atestiguan que fue por un accidente, pero otros afirman que fue producto de una pelea entre Moreno y otros jóvenes.

Aquella vez tuvo una fractura y le tuvieron que colocar una placa. Según cuentan, a partir de entonces empezó a oír voces ‘divinas’. Era la segunda vez que ‘El Chayo’ había renacido.

Una tercera ‘muerte’ fue durante un operativo, cuando unos militares los acribillaron y lo ‘mataron’. Tiempo después descubrieron que estaba vivo y andaba recorriendo la sierra de Michoacán vestido con una túnica y montado en un caballo blanco. Iba predicando sus mandamientos.

La figura que, supuestamente, representa a Nazario Moreno. Foto: Infobae

La figura que, supuestamente, representa a Nazario Moreno. Foto: Infobae

Un narco predicador

Nazario Moreno nació en 1970 en Apatzigán, Michoacán. Desde niño fue apodado como ‘El Loco’ y siempre se caracterizó por una personalidad violenta.

Era pobre, tenía 11 hermanos y nunca fue a la escuela. Solo se alimentó de las historias de Kalimán, un personaje de historieta mexicana, cuyo indumentaria estaba caracterizada por vestir una túnica blanca.

También fue fiel seguidor de John Eldredge, conferencista del cristianismo. Así, ‘El Chayo’ practicaba siempre dos cosas: el poder mental con los animales y la meditación.

Cuando adolescente, a los 16 años, Moreno migró a Estados Unidos. Empezó como vendedor de marihuana y luego metanfetaminas y después regresó a su país para cultivar su propia hierba.

Era drogadicto y alcohólico, y ya había cometido su primer crimen durante una borrachera. Más tarde ingresa a un centro de rehabilitación y es cuando inicia su predicación. Captó adeptos y formó La Familia Michoacana.

Se unió a otros con el mismo perfil que él e iniciaron una especie de beneficencia a la comunidad. “Brindaban empleo y protección a comerciantes, hacían trabajo social y reclutaban sicarios”, cita Infobae.

Sin embargo, según las autoridades, este trabajo se trataba más bien de extorsión.

El Chayo’ falleció en el 2014 durante una intervención policial. Aquella vez no volvió a ‘resucitar’.

Una pancarta a favor de 'El Chayo', cuando fue dado por muerto en el 2010. Foto: Infobae

Una pancarta a favor de 'El Chayo', cuando fue dado por muerto en el 2010. Foto: Infobae