Sarah Laughton: “1 de cada 2 peruanos está en situación de inseguridad alimentaria”
La representante del Programa Mundial de Alimentos analiza la situación de la alimentación en el Perú y asegura que la desnutrición crónica está en aumento por primera vez en 17 años, situación que preocupa a varios y que afecta a diversas familias del país.
Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y, en un 2023 marcado por el enfriamiento de la economía e inflación, Sarah Laughton elabora una radiografía sobre la situación alimentaria en nuestro país y sus consecuencias en la producción nacional; así como las políticas para reducir las brechas.
-¿Cómo está la seguridad alimentaria en el Perú?
-Uno de cada dos peruanos está en situación de inseguridad alimentaria, que es un poquito más de la mitad de la población; y en inseguridad alimentaria crítica, un 3,5% de ese total. Hemos visto que la desnutrición crónica está en aumento por primera vez en 17 años (11,7% de los niños). Toda esta situación afecta a las capacidades de las personas y a las del país. Impacta también en lo económico.
-Es decir, ¿llegan con lo justo para comer?
-No, no están llegando. Para seguir consiguiendo comida para tu familia, la persona dejó de ir al médico o sacrifica algo. Vendes un bien para los ingresos regulares de la familia. Vemos que las familias en inseguridad alimentaria grave ya no tienen más. No están comiendo lo suficiente porque no tienen más recursos. Están comprometiendo significativamente su salud y sus medios de vida.
-¿Cuál es el impacto más tangible de la malnutrición?
-El costo del hambre, ya antes de la pandemia, reflejaba que la malnutrición le cuesta al Perú 4,6% del PBI. Aparte del impacto en el crecimiento del niño, compromete su futura productividad y aumenta los costos de salud pública.
-¿Qué nos arrastró a esta situación?
-Desde la pandemia, como en muchos de los países de la región y el mundo, tenemos el repunte de la pobreza y el aumento de los precios por la guerra en Ucrania. En la región hay más de 130 millones de personas que tienen problemas de acceso económico para una dieta saludable y creo que el Perú tiene varios factores muy positivos para afrontarlo, pese a los problemas.
-Y esas virtudes son...
-La experiencia. No hace muchos años el Perú fue una historia de éxito global en la reducción de la desnutrición crónica. Perú tiene recursos y hay la voluntad, inclusive del sector privado y Gobiernos regionales, para la lucha contra el hambre.
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-¿Cómo evalúa la gestión Boluarte frente al hambre?
-Se han tomado pasos importantes como el apoyo a las ollas comunes y comedores populares, así como los ajustes a programas como Juntos y Cuna Más.
-Pero el Midis solo destinará S/3,50 por ración de alimentos en ollas. ¿Hay margen para mejorar?
-Cada olla tiene su estructura de precios y claro que puede variar. Nosotros hemos apoyado también a las ollas y si hay que afinar los detalles, ahí estaremos.
-Con el estancamiento del PBI y El Niño, definitivamente el riesgo es mayor...
-Por lo menos un millón o millón y medio de personas quedarán vulnerables por los desastres; no solo en seguridad inmediata, sino también la pobreza a largo plazo. Hay que tomar acciones para prevenir.
-¿Es partidaria de ampliar la entrega de bonos?
-Hay momentos en los que la ayuda directa de protección social se tiene que expandir. No se tiene que ver como un costo o asistencialismo, sino como una inversión. Tenemos problemas en áreas urbanas y los programas sociales no fueron concedidos para eso. Hay personas que necesitan ese apoyo extra, aunque no es lo único. Tenemos las compras estatales que ayudan a los pequeños agricultores.