Martin Scorsese: “La codicia, ese es el problema”
Se estrenó el western ambientado en 1920 sobre los crímenes contra los nativos en Estados Unidos.
En una temporada atípica por la huelga de actores de Hollywood, una película, en la que Martin Scorsese reúne a Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, puede entrar a la cartelera mundial sin tener grandes campañas de publicidad para sus protagonistas, quienes se solidarizan con su sindicato. Aun así, Killers of the Flower Moon (Los asesinos de la luna) logró las cifras que esperaban para su estreno, entre 20 y 30 millones de dólares en Estados Unidos y Canadá.
Basada en la novela policíaca de David Grann y ambientada en Oklahoma de 1920, la película de tres horas y media de duración es un drama épico de Apple. La cinta marca la sexta colaboración entre Scorsese y DiCaprio, pero es también el primer western que dirige el aclamado director, ganador del Óscar, de los BAFTA y de Cannes. “Ha calificado su trabajo como una ofrenda a los osage y a otros pueblos indígenas. También se siente como una ofrenda para aquellos que aman el cine, permitiéndonos ver a un maestro del oficio en un esfuerzo continuo, por improbable que parezca, para ampliar su escala y aprender”, reseña Los Ángeles Times.
El director viajó a México para dar una conferencia de prensa y hablar del drama en la comunidad indígena Nación Osage, descrita como “uno de los crímenes más siniestros en la historia estadounidense”. Para CNN, el director dijo que “la historia de Killers of the Flower Moon refleja el mundo actual. No vengo a sermonear. Eso no lo hago. Comencé esta película antes de que surgieran muchos de estos problemas en el mundo. Han sido seis años y recién ahora se estrena”.
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Escena. DiCaprio junto a Lily Gladstone. Foto: difusión
En medio de la convulsión mundial, propuso respetar la dignidad de la otra persona. “La codicia, ese es el problema. Tienes algo de tierra, pero luego quieres más. La ira en contra de osage por parte del blanco europeo tuvo mucho que ver con el punto de vista, religioso o cultural”.
“Me paso el mayor tiempo solo”
“Tengo que averiguar quién demonios soy”, contestaba el director a la revista GQ. A sus 80 años, alejado de la vida social, está en un momento muy creativo de su carrera, pero es realista sobre sus proyectos. Y, cuando no está filmando, regresa a Nueva York a cuidar a su esposa, Helen Morris.
Juntos desde mediados de los 90, ella lleva conviviendo con la enfermedad de Párkinson .“Tengo una edad en la que sé que puedo morir en cualquier momento. Por eso, tengo que reducir todo a lo mínimo indispensable y no prestarle atención a las expectativas de la gente. Mi casa requiere de mucha atención y hay solo unas pocas personas que lo entienden. Antes solíamos tener grandes cenas y eventos. Me paso la mayor parte del tiempo solo y, si me encuentro con gente, es solo por cuestiones de negocios”.
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Morris es su quinta esposa y —en medio de sus reflexiones acerca de su cine— habló de su vida personal. “Experimentar la vida y tener una familia es diferente ahora. Tener una hija (Francesca, de 23 años) que ayudé a criar desde el primer día es diferente de mis otras dos hijas. (Antes) los matrimonios se rompían casi inmediatamente. Y había una fractura que… Ahora estamos muy unidos, pero aun así me perdí aquella época. Fallé yo, no ellas”.
Lo que quiere con su reciente película es que el público se pregunte: “¿Qué haría yo? ¿Me mantendría al margen?”.