Los científicos por fin tienen la respuesta de por qué las mujeres viven más tiempo que los hombres
La diferencia en la esperanza de vida entre sexos está marcada por la selección sexual, el cuidado parental y la genética.
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Las mujeres por lo general viven más que los hombres, esta tendencia es conocida desde épocas históricas y aún se mantiene incluso con los avances médicos. Los investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, descubrieron recientemente que las causas están ligadas a la historia evolutiva.
El equipo analizó datos de más de 1,176 especies de mamíferos y aves en los zoológicos. Los resultados confirman que la diferencia de quién vive más entre sexos no solo está presente en los humanos. Se trata de un patrón que atraviesa gran parte del reino animal y ha moldeado la esperanza de vida en hombres y mujeres.
El rol de los cromosomas en machos y hembras
En la mayoría de mamíferos, incluidas especies como gorilas y babuinos, las hembras superan a los machos en años de vida. La explicación genética más aceptada es la hipótesis del sexo heterogamético. En mamíferos, las hembras poseen dos cromosomas X, mientras que los machos solo uno, acompañado de un cromosoma Y. Esta diferencia deja a los varones más expuestos a mutaciones dañinas, mientras que el doble cromosoma X protege a las hembras y prolonga su supervivencia.
Es decir, en esta teoría se cree que las mujeres, que tienen dos cromosomas X, tienen una ventaja sobre los hombres, que tienen un cromosoma X y un cromosoma Y, porque «si hay mutaciones en el cromosoma X, si solo se tiene una copia de ese cromosoma X, en esencia no se tiene una copia de respaldo. Por lo tanto, esas mutaciones eventualmente serán perjudiciales y reducirán la longevidad», declaró Fernando Colchero, ecólogo y coautor del estudio a CNN.
En las aves la situación es diferente. Allí, los machos cuentan con dos cromosomas Z, mientras que las hembras son el sexo heterogamético, con cromosomas ZW. El estudio reveló que en el 68 % de las especies de aves, los machos viven más que las hembras, aunque la ventaja promedio es de apenas un 5 %. En contraste, en el 72 % de los mamíferos analizados, las hembras alcanzan un 12 % más de longevidad. Sin embargo, no todas las especies siguen este patrón.
La selección de sexual y el cuidado parental
El estudio publicado en Science, también confirma que la reproducción influye en la duración de la vida. En especies polígamas, donde los machos compiten intensamente por reproducirse, la mortalidad masculina es mayor. Esto ocurre en muchos mamíferos, donde los machos desarrollan rasgos llamativos o cuerpos más robustos que aumentan sus oportunidades reproductivas, pero reducen su longevidad.
En cambio, en aves monógamas, la competencia es menor y la brecha entre sexos se reduce. Allí los machos suelen vivir más, en parte porque no enfrentan el mismo nivel de desgaste físico. Por otra parte, el cuidado de las crías también resulta determinante. En mamíferos, las hembras dedican más tiempo y energía a la crianza, lo que paradójicamente las beneficia evolutivamente, ya que vivir más tiempo asegura la supervivencia de sus descendientes hasta la independencia.
Una tendencia que persiste en los zoológicos
Uno de los puntos más interesantes de la investigación fue comparar animales en libertad con aquellos en zoológicos, ambientes donde los riesgos externos como depredadores, enfermedades o condiciones extremas desaparecen casi por completo. Incluso en estas condiciones protegidas, la diferencia entre sexos persistió.
Las cifras muestran que las brechas suelen ser menores en cautiverio, pero raramente desaparecen. Esto recuerda al caso humano: los avances médicos y la mejora en la calidad de vida han estrechado la distancia entre hombres y mujeres, aunque las mujeres continúan viviendo más. Para los autores, la conclusión es clara: las diferencias de longevidad están inscritas en la historia evolutiva de los sexos y no desaparecerán fácilmente.


















