
La NASA detecta el agujero negro supermasivo que devora todo a su paso: se 'come' 40 veces más materia que otros similares
La NASA descubrió el agujero negro LID-568, que consume materia 40 veces más rápido que lo estimado. Este fenómeno se ubica a 1500 millones de años del Big Bang, el cual desafía teorías actuales.
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El agujero negro recién descubierto por la NASA fue identificado gracias al telescopio espacial James Webb, utilizando el instrumento NIRSpec, que reveló su inusual y acelerado crecimiento. El fenómeno astronómico se encuentra a 1500 millones de años del Big Bang, lo que lo convierte en uno de los más antiguos y activos jamás detectados. Este descubrimiento no solo desafía las teorías actuales, sino genera una oportunidad para identificar los misterios del universo.
El denominado LID-568 puede devorar hasta 40 veces más materia que otros agujeros negros similares, superando el límite teórico conocido como el límite de Eddington, lo que plantea serios interrogantes sobre la evolución temprana del universo. A diferencia de otros agujeros negros del universo temprano, LID-568 brilla intensamente en rayos X, lo que llamó la atención de los especialistas y permitió realizar un análisis más detallado de su estructura y comportamiento.
LID-568: el agujero negro que desafía los límites teóricos del universo
El agujero negro LID-568, recientemente descubierto por la NASA, ha sorprendido a la comunidad científica por su capacidad de devorar materia a una velocidad 40 veces mayor que la prevista por el límite de Eddington, una barrera teórica que regula cuánta materia puede absorber un agujero negro sin que la radiación lo frene. Este hallazgo plantea importantes interrogantes sobre cómo pudieron formarse y crecer estos objetos masivos tan rápidamente tras el Big Bang, desafiando modelos actuales de evolución cósmica.
La intensidad con la que LID-568 consume materia sugiere que su crecimiento pudo haberse dado en un único y descomunal evento de alimentación, en lugar de un proceso gradual. Esta posibilidad desafía lo que hasta ahora se creía sobre la evolución temprana del universo y abre nuevas hipótesis sobre la formación de agujeros negros supermasivos.
El telescopio James Webb identificó el coloso cósmico
El telescopio espacial James Webb, utilizando su instrumento NIRSpec, logró detectar y analizar el cuásar LID-568, un agujero negro supermasivo ubicado a apenas 1.500 millones de años del Big Bang. Este objeto no solo destaca por su intenso brillo en rayos X, el cual es clave para su identificación, sino también por presentar la mayor tasa de acreción jamás registrada, lo que lo convierte en uno de los hallazgos más relevantes en el estudio del universo primitivo.
Al respecto, la investigadora Hyewon Suh, miembro del equipo de NOIRLab, subrayó que “este hallazgo hubiera sido imposible sin el telescopio James Webb”. Gracias a su capacidad para observar en detalle objetos extremadamente lejanos y antiguos, los científicos podrán comprender mejor cómo se formaron y crecieron los agujeros negros en las primeras etapas del cosmos, abriendo nuevas líneas de investigación sobre el periodo posterior al Big Bang.