Nueva esperanza para hallar vida en el sistema solar: detectan carbono en el océano de Europa, luna de Júpiter
Astrónomos confirmaron la presencia de carbono bajo la corteza helada de este satélite mediante observaciones del telescopio James Webb de la NASA.
Este jueves, la NASA confirmó la presencia de carbono en la superficie de Europa, una luna de Júpiter que tiene un océano potencialmente habitable bajo su gruesa corteza de hielo. La detección es de suma importancia, ya que aumenta las posibilidades de que, en algún momento, encontremos formas de vida distintas en el sistema solar. El descubrimiento se publica en dos artículos de la revista científica Science.
Los astrónomos habían teorizado durante décadas la presencia de carbono en esta luna helada, pero no habían podido detectar una evidencia confiable del elemento con la tecnología disponible de entonces. Ahora, sin embargo, con ayuda de un instrumento del telescopio espacial James Webb, finalmente se ha podido confirmar este elemento clave, en forma de dióxido de carbono (CO₂), que parece surgir del océano subterráneo.
El James Webb detectó dióxido de carbono en la superficie de Europa. Foto: NASA
“En la Tierra, a la vida le gusta la diversidad química: cuanta más diversidad, mejor. Somos vida basada en el carbono. Comprender la química del océano de Europa nos ayudará a determinar si es hostil a la vida, tal como la conocemos, o si podría ser un buen lugar", dijo Geronimo Villanueva del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, en un comunicado de la agencia.
"Aún no sabemos si realmente hay vida en el océano de Europa. Pero este nuevo hallazgo añade evidencia al argumento de que el océano de Europa sería una buena apuesta para albergar vida”, comentó Cristopher Glein, geoquímico del Southwest Research Institute (EE. UU.) y autor de uno de los artículos, a The Guardian.
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Carbono en el océano subterráneo de Europa
Según el análisis de los expertos, existe carbono en abundancia en una región de Europa conocida como Tara Regio, un área también llamada "terreno del caos", donde se cree que la gruesa superficie helada se ha roto y los compuestos del océano subterráneo están interactuando con el exterior.
"Observaciones anteriores realizadas por el Telescopio Espacial Hubble muestran evidencia de sal procedente del océano en Tara Regio. Ahora estamos viendo que el CO₂ también está muy concentrado allí. Creemos que esto implica que el carbono, probablemente, tenga su origen último en el océano interno”, explicó Samantha Trumbo, de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York.
Ya que el CO₂ no es estable en la superficie del satélite, se cree que es probable que haya sido suministrado en una escala de tiempo reciente en términos geológicos, una conclusión que se refuerza por la juventud del terreno donde se identificó.
Los píxeles blancos en estas imágenes, tomadas por el instrumento NIRCam, corresponden a áreas de dióxido de carbono. Foto: NASA
La detección fue posible mediante el instrumento NIRSpec del James Webb, el cual proporciona espectros de infrarrojo con una resolución de 320 x 320 km de la superficie de Europa, una calidad que permite detectar específicamente dónde y en qué abundancia se encuentran ciertos elementos químicos.
"Estas observaciones solo tomaron unos pocos minutos del tiempo del observatorio", señaló Heidi Hammmel, de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía. “Incluso en este corto período de tiempo, pudimos hacer ciencia realmente importante. Este trabajo ofrece una primera pista de toda la asombrosa ciencia del sistema solar que podremos hacer con Webb”.
Misiones a mundos potencialmente habitables
En octubre del 2024, la NASA planea enviar una sonda a la órbita de Europa para investigar más a fondo si este mundo contiene condiciones para la vida. La misión se llamará Europa Clipper.
En abril de este año, la agencia espacial de los EE. UU. también envió la misión JUICE a Encélado, la luna de Saturno que, al igual que Europa, también tiene todos los ingredientes claves para la vida.