La luna congelada de Saturno erupcionó y expulsó al espacio un chorro de vapor de agua de casi 10.000 km
La corteza helada de la luna Encélado posee grietas por donde emerge el abundante agua del océano oculto en su interior.
Con ayuda del telescopio espacial James Webb de la NASA, un equipo de astrónomos ha detectado una gigantesca columna de vapor de agua que brotó de la superficie congelada de Encélado, una luna de Saturno que alberga un vasto océano habitable en su interior.
Si bien dichos fenómenos son comunes en esta luna helada, el reciente hallazgo ha impresionado a los expertos por su gran extensión de casi 10.000 kilómetros, una distancia 20 veces superior al tamaño del propio satélite, cuyo diámetro es de 504 km.
Los científicos también se han visto sorprendidos por la velocidad a la que se expulsó el vapor de agua: 300 litros por segundo.
A ese ritmo, señala un comunicado de la agencia espacial estadounidense, se podría llenar un espacio del volumen de una piscina olímpica en apenas un par de horas.
La columna de vapor de agua fue detectada en el polo sur de Encélado. En esta imagen se observa su dimensión comparado al tamaño de Encélado (pixel blanco con bordes rojos). Foto: NASA / ESA
Los géiseres de Encélado alimentan los anillos de Saturno
Según los astrónomos, la observación de esta inédita y colosal eyección de vapor de agua ha permitido dilucidar de manera directa cómo los géiseres de la luna erupcionan y suministran constantemente material a los anillos de Saturno.
"La órbita de Encélado alrededor de Saturno es relativamente rápida, únicamente 33 horas. A medida que gira alrededor del planeta, la luna y sus chorros escupen agua, dejando un halo, casi como un donut, a su paso", explica a la agencia EFE Gerónimo Villanueva, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.
Esa nube de material en forma de rosquila, descrito como un toroide, se ubica junto al anillo más externo y ancho de Saturno: el denso "anillo E".
Los géiseres de Encelado expulsan continuamente vapor de agua al espacio, formando un brumoso anillo de partículas de hielo. Foto: NASA
Al analizar los datos de Webb, se determinó que aproximadamente el 30% del agua permanece dentro de este toroide, mientras que el otro 70% alimenta al resto del sistema planetario.
“Debido a la cobertura y sensibilidad de la longitud de onda del telescopio James Webb, y lo que hemos aprendido de misiones anteriores, tenemos una nueva ventana de oportunidad frente a nosotros”, agregó Stefanie Milam, también científica de la NASA Goddard y coautora del hallazgo.
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Todos los requisitos para la vida
Hasta hace poco, en las muestras de agua de Encélado se había detectado cinco de los seis elementos presentes en todas las formas de vida en la Tierra: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y azufre. Solo faltaba el fósforo, esencial para la formación de material genético, membranas celulares, huesos y otros componentes biológicos.
Hasta que en agosto de 2022 se publicó un estudio en PNAS, en el que un nuevo grupo de investigadores elaboró modelos geoquímicos basados en los datos obtenidos por Cassini sobre el océano interior de Encélado. De ese modo, lograron predecir que el lecho marino es rico en fósforo disuelto en minerales de fosfato.
“Hablamos de una concentración que es entre 100 y 1.000 veces mayor que la que se da en nuestros océanos terrestres”, señaló el autor Frank Postberg, de la Free University de Berlín, durante la conferencia Europlanet Science Congress.
“Lo que esto significa para la astrobiología es que podemos estar más seguros que antes de que el océano de Encélado es habitable”, dijo el coautor Christopher Glein del Southwest Research Institute (Texas, Estados Unidos).
“Necesitamos volver a Encélado para ver si este océano habitable está realmente habitado”, añadió.