Ciencia

Sapiens, neandertales y denisovanos: ¿cómo fue la convivencia entre estas especies?

Hace aproximadamente 50.000 años, estas 3 especies humanas caminaron sobre la Tierra y se encontraron en distintos momentos.

Los Homo Sapiens (centro), los neandertales (izquierda) y los denisovanos (derecha) se encontraron en Eurasia hace aproximadamente 55.000 años. Foto: composición de Fabrizio Oviedo / La República / Maayan Harel / Neanderthal Museum / Natural History Museum
Los Homo Sapiens (centro), los neandertales (izquierda) y los denisovanos (derecha) se encontraron en Eurasia hace aproximadamente 55.000 años. Foto: composición de Fabrizio Oviedo / La República / Maayan Harel / Neanderthal Museum / Natural History Museum

Desde el siglo pasado, los antropólogos saben, por la datación de antiguos fósiles humanos, que hubo un tiempo en el cual el Homo sapiens (el humano moderno) caminó en la Tierra junto a los neandertales y, desde 2010, que también lo hizo con otro pariente suyo extinto, conocido como los denisovanos.

En un inicio, el consenso era que estas tres especies humanas habían evolucionado física, cultural y tecnológicamente de manera aislada. Pero con el perfeccionamiento de las herramientas para estudiar el ADN antiguo, impulsado por el paleogenetista Svante Pääbo, ganador del Nobel de Medicina 2022, descubrimos que la realidad no fue así.

Habíamos descubierto algo sorprendente: los sapiens, los neandertales y los denisovanos se encontraron, convivieron, compartieron conocimiento y tuvieron sexo entre ellos.

Hace aproximadamente 55.000 años, los Homo Sapiens se encontraron con sus antiguos parientes en Europa y Asia. Foto: Ancient Origins

Hace aproximadamente 55.000 años, los Homo Sapiens se encontraron con sus antiguos parientes en Europa y Asia. Foto: Ancient Origins

Un encuentro fortuito entre humanos

De los tres homínidos en cuestión, los Homo neanderthalensis eran los más antiguos: sabían controlar el fuego, vivían en refugios y hasta enterraban a sus muertos, indica el Museo de Historia Natural Smithsonian de Estados Unidos.

Este antiguo pariente surgió hace 400.000 años, radicaron principalmente en Europa y se extinguieron hace 40.000 años (viviendo mucho más tiempo que nuestra especie).

Los denisovanos, por otro lado, son un grupo de homínidos muy misteriosos, ya que el primer resto fósil hallado es relativamente reciente, encontrado en 2010 en la cueva de Denisova, en Siberia.

Por ahora se sabe que habitaron en Europa y Asia entre 50.000 y 30.000 años atrás, fecha en que se habría extinto.

Los sapiens aparecimos hace 300.000 años en África, pero migramos a Eurasia, posiblemente presionados por las sequías en dicha región y el descenso del mar en África oriental que habría permitido que se crearan caminos de paso.

Esto sucedió aproximadamente hace 55.000 años, y en ese contexto, nuestra especie se habría encontrado con sus hermanos lejanos en distintos momentos.

Sexo entre sapiens, neandertales y denisovanos

La primera prueba del cruce entre especies humanas salió a la luz en 2010, cuando Pääbo y sus colegas del Instituto Max Planck, en Alemania, completaron la primera secuencia del genoma neandertal.

Tras compararlo con el ADN de la población mundial, los científicos descubrieron que los genes neandertales todavía forman parte del 2% y 4% del genoma de la población europea y asiática.

Más adelante, el hoy Nobel de Medicina analizó restos óseos del dedo de una antigua niña denisovana (apodada Denny) y descubrió que su padre era de su misma especie, pero su madre era una neandertal. Por eso, sospechó que el cruce entre ambas especies debió haber sido frecuente, de lo contrario, no se habrían encontrado ninguna prueba de ello.

Asimismo, según una investigación publicada en la revista Cell el año 2019, los sapiens también se aparearon con los denisovanos hasta en dos ocasiones distintas. Por ello, también se sabe que las personas de Papua Nueva Guinea, Filipinas, China y el Tíbet heredaron entre el 3% y el 5% de su ADN.

El apareamiento entre los tres homínidos también se puede rastrear hasta la fecha de otros modos.

Por ejemplo, se sabe que mientras que los genes denisovanos permiten una mejor adaptación a las zonas de gran altura, como ocurre en las cadenas montañas del Tíbet; los genes neandertales causan mayor susceptibilidad ante algunos patógenos como la COVID-19 o enfermedades como la diabetes tipo 2.