Descubren verdadero origen de la principal candidata de señal extraterrestre
La frecuencia de radio detectada en el 2019 apuntaba a Próxima b, un planeta del sistema Alfa Centauri.
En 2019, el radiotelescopio australiano Parkes Murriyang detectó una emisión de radio enigmática que provenían de Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano al Sol. Las ondas de radio, que duraron casi tres horas, se detectaron en 980 MHz, una frecuencia poco común en dispositivos terrestres, y apuntó a Próxima b, un planeta ubicado en la zona habitable del sistema con potencial vida posible.
Por tal motivo, Breakthrough Listen, un proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre, la catalogó como su mejor candidata (BLC1). No obstante, dos estudios publicados recientemente en la revista Nature han descartado esta posibilidad.
Durante los dos años de análisis de datos de BLC1, el grupo de astrónomos descubrió que esta comparte frecuencias similares con docenas de casos de interferencias locales. Este tipo de injerencias son frecuentes en la búsqueda de vida inteligente exterior, ya que la Tierra está contaminada por el ruido electromagnético proveniente de los múltiples dispositivos, desde celulares hasta satélites.
Según las conclusiones de ambos estudios, la señal se trató más bien de una interferencia provocada por un dispositivo terrestre aún no identificado con exactitud, pero que se cree son osciladores de reloj comunes utilizados en la electrónica digital, como en computadoras y teléfonos.
Entre los datos originales, el equipo encontró otras señales parecidas a las BLC1 que habían sido descartadas como ruido terrestre en un análisis automático. La explicación fue que estas emisiones de radio semejantes al parecer se modularon y enturbiaron entre sí, dificultando la identificación de BLC1 como interferencia.
“Concluimos que estas separaciones aparentemente intencionales parecen haber sido producidas por la intermodulación de al menos un oscilador de reloj con una fuerte interferencia”, sostuvieron los autores.
Próxima b, un planeta que orbita a Próxima Centauri. Foto: ESO
La noticia no es pesimista para Sofía Sheikh, coautora de ambos artículos. En su opinión, este escenario ha sido oportuno para perfeccionar los algoritmos que eliminan las RFI humanas, así como para entender mejor el espectro local de ellas.
Por otro lado, el interés por el planeta Próxima b tampoco se ha agotado, ya que el telescopio espacial James Webb —próximo a lanzarse— lo tendrá en su mira para estudiar señales o condiciones de vida. Breakthrough Starshot, una iniciativa hermana de Breakthrough Listen, también tendrá por objetivo enviar en un futuro una nave espacial a este planeta de superficie rocosa que se cree que contiene agua líquida.