Ciencia

COVID-19: el 10% de pacientes graves produce anticuerpos que empeoran su enfermedad, revela estudio

El análisis de muestras de sangre de hospitales de todo el mundo identificó defectos genéticos que dejan a los pacientes vulnerables ante esta infección.

Partículas del coronavirus SARS-CoV-2 invadiendo el tejido celular en el pulmón de un paciente. Imagen: NIAID.
Partículas del coronavirus SARS-CoV-2 invadiendo el tejido celular en el pulmón de un paciente. Imagen: NIAID.

Un equipo internacional de científicos encontró que el 10,2% de los enfermos graves de COVID-19 produce un tipo de anticuerpos que sabotean su propio sistema inmune, lo que impide una respuesta adecuada contra la infección.

Los investigadores presentaron dos estudios en la revista Science. Ambos se basaron en los datos del Proyecto de Genérica Humana COVID, el cual alberga muestras de sangre e información genética de hospitales de todo el mundo. Estos trabajos ayudan a descifrar por qué la respuesta individual a la infección por el virus SARS-CoV-2 varía tanto de una persona a otra.

Para uno de los estudios, el equipo examinó 987 pacientes con neumonía grave por COVID-19 y halló que 101 tenía anticuerpos que, en vez de atacar al virus, neutralizan a los interferones, proteínas del propio organismo.

Los interferones forman parte de la primera línea de defensa del sistema inmune contra cualquier infección. Por ejemplo, cuando el SARS-CoV-2 (el virus de esta pandemia) infecta una célula, el cuerpo produce interferones de tipo 1 para que estos se unan a las demás células y activen sus mecanismos de defensa.

Los científicos encontraron que este 10,2% de pacientes tenía algún defecto genético que impulsaba la producción de anticuerpos especializados en atacar dichos interferones (tipo 1). En algunos casos, los también llamados autoanticuerpos fueron detectados en muestras de sangre tomadas antes de que los pacientes se infectaran y, en otros, se encontraron en etapas iniciales de la infección.

De esos 101 pacientes, 95 eran hombres, lo que sugiere la presencia de algún factor genético, que podría estar localizado en el cromosoma X, que de alguna forma favorezca la aparición de este fenómeno autoinmune de forma más prevalente en hombres.

Cerca de la mitad de los pacientes que tenían estos anticuerpos tenía más de 65 años, mientras que solo se encontraban en un 38% de los menores de esa edad, por lo cual parece que la frecuencia de estos anticuerpos aumenta con la edad.

Los autoanticuerpos son responsables de enfermedades autoinmunes. Imagen: Simon Caulton / Wikimedia Commons.

Los autoanticuerpos son responsables de enfermedades autoinmunes. Imagen: Simon Caulton / Wikimedia Commons.

Los investigadores analizaron también la presencia de autoanticuerpos en la población general sana, y en estos casos, solo 4 de las 1.227 personas analizadas tenían estos anticuerpos perjudiciales.

El descubrimiento permitirá identificar cuáles de las personas con infección por SARS-CoV-2 es más probable que desarrolle síntomas graves y facilitará la adaptación de los tratamientos destinados a estas personas con autoinmunidad.

Mutaciones peligrosas

En otro estudio, realizado por el mismo equipo liderado por la Universidad Rockefeller en Nueva York y el Hospital Necker para Niños Enfermos de París, se analizaron variaciones genéticas a partir de muestras de sangre de más de 650 pacientes que habían sido hospitalizados por neumonía grave por COVID-19, un 14% de los cuales murieron, e incluyeron también muestras de otro grupo de más de 530 pacientes asintomáticos o con infección leve.

Los investigadores buscaron diferencias entre los dos grupos, analizando 13 genes conocidos por ser importantes para la defensa contra el virus de la gripe mediante los interferones de tipo 1. Los resultados mostraron que, del grupo de personas con enfermedad grave, el 3,5% tenía mutaciones genéticas que afectan la producción de estas proteínas, por lo que su cuerpo no podría responder de manera adecuada al SARS-CoV-2.

“Durante los últimos 15 años ya se han descrito mutaciones en estos 13 genes en casos puntuales y excepcionalmente graves de otras infecciones víricas como la gripe o la encefalitis por herpesvirus”, explicó el investigador del Grupo de Investigacióón en Inmunologíía Diagnóóstica del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), Roger Colobran.

“Lo que nos ha sorprendido en este estudio -añadió- es la elevada frecuencia con la que hemos encontrado estas alteraciones en pacientes con COVID-19 grave”.

Según la profesora Aurora Pujol, genetista en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), “ahora que conocemos una de las causas moleculares de por qué algunas personas jóvenes desarrollan formas graves de la enfermedad, podemos afinar nuestras opciones terapéuticas, como el tratamiento con interferón”.

Según Pujol, esta lista de mutaciones, que también podrían ser relevantes en otros virus, es posible que se vaya ampliando a medida que se estudien más casos.

“Los enfermos de COVID-19 con peor pronóstico que no tienen ninguna de estas alteraciones, puede que tengan alguna patología previa no diagnosticada u otras susceptibilidades genéticas que causen una respuesta inmune incorrecta”, aclaró la investigadora.

La suma de ambos estudios (producción de autoanticuerpos y mutaciones) establece que los factores genéticos e inmunológicos explicarían un 14% de los casos graves de COVID-19.

La República / EFE.

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