
En varias ciudades peruanas, el abandono de estadios y recintos deportivos se ha convertido en una problemática cada vez más visible. Lo que antes fueron lugares vibrantes, llenos de emoción y multitudes disfrutando de eventos de gran magnitud, hoy se encuentran en total abandono. Este deterioro no solo refleja la escasez de recursos para su adecuado mantenimiento, sino también la falta de compromiso para preservar estos emblemáticos espacios, que fueron pilares de la identidad deportiva y la cohesión social en sus comunidades. Un claro ejemplo de esta situación es el Estadio Manuel Gómez Arellano en Chimbote, Áncash.
En el corazón de Chimbote, Áncash, el Estadio Manuel Gómez Arellano, que alguna vez acogió a 15,000 fanáticos y fue escenario de eventos deportivos de gran prestigio, hoy se encuentra en completo abandono. Este caso refleja una problemática que afecta a varias ciudades peruanas, donde estadios que antes fueron símbolos del deporte nacional han quedado en el olvido y, en algunos casos, han sido ocupados por comerciantes ambulantes.
El estadio, inaugurado con grandes expectativas y albergando vibrantes encuentros deportivos, comenzó su declive en 2009, cuando el Instituto Peruano del Deporte (IPD) cedió su gestión a la Municipalidad Provincial del Santa. Desde entonces, la infraestructura ha sufrido un deterioro progresivo, agravado por la falta de inversión y mantenimiento.
En el 2020, durante la pandemia, la municipalidad reubicó a 200 comerciantes en el estadio. Foto: Radio RSD Chimbote
El espacio que, en su mejor época, era un emblema del fútbol peruano, se transformó en un improvisado centro comercial. Durante la pandemia de 2020, la municipalidad decidió reubicar a más de 200 vendedores ambulantes en el estadio, una medida temporal que, con el paso del tiempo, se institucionalizó. Las gradas, que antes vibraban al ritmo de los goles, ahora muestran signos de abandono, y la pista de atletismo prácticamente ha desaparecido. En su lugar, lo que queda es un terreno de juego cubierto por una maraña de puestos de venta, donde el deporte ya no tiene cabida.
Las gradas del estadio están en ruinas, con algunas secciones utilizadas como depósitos de cajas, llantas y otros objetos, mientras que la caseta de transmisión permanece desatendida. Este recinto, que alguna vez llevó el nombre del IPD en uno de sus muros, ha sido convertido en un mercado.
Este fenómeno no es aislado. A lo largo y ancho del Perú, otros estadios que fueron considerados joyas deportivas hoy se encuentran en una situación similar, reflejando la falta de atención a la infraestructura deportiva en un país donde el fútbol es mucho más que un simple juego, sino también el medio de subsistencia de muchos futbolistas. Estos son algunos estadios que lucen en abandono.
El estadio más grande de Perú es el Estadio Monumental U Marathon, del club Universitario de Deportes y con capacidad para 80,093 espectadores. Este estadio está ubicado en el distrito de Ate, Lima.

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