A 4.000 metros sobre el nivel del mar, en un lugar recóndito de la región de Junín, vive Adolfo Maldonado, un hombre de la tercera edad que ha pasado más de dos décadas en completa soledad. En el Paraje de Tambillo, una estancia en la que solo él vive, sin electricidad ni carreteras, su vida transcurre entre la crianza de animales y la pesca en las frías aguas de los ríos de los Andes.
¿Qué lleva a alguien a vivir en medio de la 'nada' y rodeado únicamente por la naturaleza? El youtuber José Medrano recorrió dos días de arduo viaje para llegar a este lugar, donde el aislamiento y el frío extremo forman parte del día a día.
Adolfo Maldonado es un hombre de la tercera edad que ha vivido toda su vida en Paraje de Tambillo, un lugar tan remoto que parece perdido en el tiempo. Hace 25 años, tras la muerte de sus padres, decidió permanecer en este rincón aislado de los Andes, donde la vida transcurre lejos de la modernidad.
"Ya son años, soy nacido nativo de aquí, en este fondo de Tambillo. Son 25 años viviendo solo solo solo", expresa con una voz que refleja la serenidad en su vida. Desde entonces, la soledad y sus animales han sido sus compañeros constantes, y su vida se ha centrado en las labores cotidianas de la crianza de animales y la pesca, actividades que le permiten subsistir en un entorno agreste y desafiante.
Él es el señor Adolfo Maldonado. Foto: captura de pantalla/José Medrano/YouTube
Hace más de 50 años, Tambillo albergaba una pequeña comunidad, incluso contaba con un colegio, pero el paso del tiempo y las vicisitudes de la vida hicieron que la población disminuyera drásticamente. Con los años, las personas fueron falleciendo y solo unas pocas decidieron abandonar el lugar en busca de otras oportunidades fuera de la región: "Se han muerto, todos se han muerto. Solo dos o tres se han ido fuera". Las casas del pequeño poblado hoy están vacías y la sensación de abandono es palpable.
Cuando la comunidad desapareció, Maldonado experimentó la angustia de la soledad, pero con el tiempo encontró consuelo en sus animales. "Sí, un poquito me ha dado miedo a los inicios de meses. Me he quedado solo. Yo me he acostumbrado con mis animalitos. Ya estoy más tranquilo", asegura, aliviado por la compañía que le brindan sus perros y demás animales.
Realmente, el señor Adolfo Maldonado no vive solo, pues está acompañado de todos sus animales, quienes son sus compañeros de vida:
Ovejas del señor Adolfo. Foto: captura de pantalla/José Medrano/YouTube
La ausencia de una carretera que conecte Tambillo con el resto de la región es un problema que, según Adolfo Maldonado, se debe a la falta de atención por parte de las autoridades locales. "Por los alcaldes. El alcalde mucho se ha descuidado. Si se preocupaba, ya hubiese llegado hasta aquí", señala con frustración.
El difícil acceso a Tambillo ha obligado a los pocos habitantes del pueblo a caminar largas distancias para llegar a lugares cercanos. Para Adolfo, caminar dos horas desde la laguna de Tamias hasta su hogar se ha convertido en una rutina, ya que no existen vehículos de transporte público ni carreteras que faciliten el trayecto
El señor Adolfo pescando truchas. Foto: captura de pantalla/José Medrano/YouTube
El pueblo más cercano con personas a Tambillo está a unas 12 horas caminando. Para Adolfo, esta larga travesía es necesaria cuando se quedan sin algunos productos básicos como azúcar o sal, los cuales no pueden cultivarse en su aislado hogar. En estos casos, se ve obligado a hacer el viaje acompañado de una de sus llamas o caballo, que le ayudan a cargar lo necesario.