Oriana Boraure, una joven venezolana emprendedora, llegó a Perú en 2018 con grandes expectativas y el objetivo de consolidarse como emprendedora. Tras haber trabajado en la animación de eventos en Venezuela, un país donde la confianza en el negocio no es un problema, se encontró con un entorno empresarial distinto en Lima.
Desde su llegada, se enfrentó a las particularidades del mercado peruano, adaptándose a las expectativas y preferencias locales. Aunque reconoce que el camino del emprendimiento no ha sido sencillo, destaca que Perú ofrece un ambiente favorable para aquellos que, como ella, buscan forjarse un futuro mejor. Con seis años de residencia en el país, Oriana comparte las principales diferencias entre emprender en Venezuela y en Perú.
Según Oriana Boraure, quien es productora del podcast Entre Dentistas y CEO de Marketing Creativo, el Perú es un país que brinda oportunidades para quienes se arriesgan a emprender. En su experiencia, la clave del éxito en el mercado peruano reside en la perseverancia y la capacidad de adaptación. Aunque admite que no es el mejor país del mundo, sostiene que existen posibilidades para aquellos dispuestos a trabajar duro.
“Para cualquier persona, vale la pena emprender en Perú porque es un país de oportunidades. Me peleo con muchas personas que dicen que les ha ido mal, yo digo que es porque no han hecho nada para cambiar eso. Recuerdo esos comentarios de que Perú se iba a convertir en Venezuela, pero los peruanos tienen algo diferente y es que son súper emprendedores. No necesitan traer algo de a fuera porque ellos lo tienen acá", señaló en el podcast de Youtube Indefeis.
Sin embargo, también reconoce que emprender en Perú requiere comprender las diferencias culturales y saber que el público peruano es diferente al venezolano.
Una de las diferencias más notorias que Oriana observa entre Perú y Venezuela es la forma en que las personas se relacionan con los servicios de entretenimiento. En Venezuela, organizaba fiestas y eventos infantiles como payaso, un rubro que funcionaba bien en un país donde la gente solía destinar una parte de su presupuesto a celebraciones, incluso en tiempos difíciles.
“Desde los 14 años trabajé para una empresa y a los 18 monté mi propio negocio con mi mamá, que me hacía los trajes, y nos iba muy bien. La gente de Venezuela es muy fiestera, podían no tener que comer, pero me contrataban para hacer fiestas, incluso cuando cayó la crisis en 2017, tenía trabajo los fines de semana", indicó.
En Perú, la situación fue diferente desde el inicio. Cuando intentó implementar su emprendimiento de animación, se dio cuenta de que el peruano es más desconfiado y pide referencias antes de contratar un servicio.
“En Venezuela es un público totalmente diferente en el sentido de que la gente es un poco más confiada. Acá no es fácil porque el peruano primero pregunta los antecedentes, investiga. Si no le trasmites confianza no te contrata y así nos llamaban”, sostuvo.
La situación que encontró en Perú la llevó a probar otros métodos, como la venta de productos en la calle, como queques y marcianos, pero el cambio cultural y la falta de experiencia en este nuevo formato le dificultaron el proceso. A pesar de los retos, Oriana ha sabido adaptarse y evolucionar. Actualmente, es productora del podcast Entre Dentistas y CEO de Marketing Creativo.
Oriana Boraure llegó a Perú en mayo de 2018. Desde entonces se ha desempeñado en diferentes trabajos hasta lograr emprender. Foto: indefeiss.
La migración venezolana hacia Perú ha sido significativa en la última década. Desde que comenzó la crisis económica y política en Venezuela, millones de ciudadanos se vieron obligados a buscar mejores condiciones de vida en otros países. Según datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), más de 1.57 millones de venezolanos viven actualmente en Perú, país que se ha convertido en uno de los principales destinos para esta comunidad migrante en América Latina.
El flujo de venezolanos ha traído consigo una riqueza cultural y una diversidad en el ámbito laboral y empresarial en Perú. La integración no ha sido sencilla, pero muchos, como Oriana Boraure, han encontrado formas de contribuir y crecer en su nuevo hogar.