La historia de superación de Carlos Serván ha sido clave para sobreponerse a las adversidades que ha enfrentado en su vida. El día a día como persona con discapacidad lo desafía constantemente, pero, a pesar de las dificultades, sigue adelante. El suceso en que perdió la vista y una mano mientras cumplía una misión, como cualquier cadete de la Policía Nacional, marcó un giro inesperado en su vida. Esta tragedia, aunque dolorosa, lo impulsó a reconstruir su existencia.
Una explosión de granada que cayó muy cerca le provocó la pérdida de una mano y de la vista de manera irreversible. Recuerda perfectamente aquel 1 de abril de 1986 como el día en que la luz se apagó. La última imagen que sus ojos pudieron captar fue mientras participaba en uno de los ejercicios de campo habituales. En ese instante, tropezó accidentalmente con una granada, lo que desencadenó la tragedia.
Carlos Serván ha dado un giro positivo a su vida después de la tragedia. Foto: Libros a mí
En medio del caos, el dolor y la desesperación, Carlos sobrevivió a aquella tragedia que le transformó la vida. "Me negaba a morir, sería una desgracia para mi madre", se dijo. Su amigo Jesús Sedano gritaba desesperado pidiendo ayuda, pero, aunque Carlos logró sobrevivir, sus sueños se derrumbaron.
Tras un año, Carlos intentó salir adelante en el Perú, pero, debido a la escasa demanda laboral para personas en su situación, los planes de emigrar a Estados Unidos seguían presentes en su mente. Durante los dos años que siguieron a su accidente, se dedicó a diversas actividades para ganar dinero y buscó incansablemente maneras de recuperar la vista. Lamentablemente, no lo consiguió y partió hacia el país norteamericano con el objetivo de rehabilitarse y encontrar la manera de reinventarse por su cuenta.
Running Dreams y Aprendizaje de la Oscuridad son sus más recientes obras literarias. Foto: composición LR
A los 23 años, pisó por primera vez suelo estadounidense para comenzar una nueva vida. Dado que se trataba de una historia de superación, Carlos tenía claro lo que quería, por lo que inició un riguroso entrenamiento para aprender braille, un sistema de lectura para personas ciegas. Asumió su papel de resiliente como un desafío. Así también pudo aprender inglés y dominarlo perfectamente. Posteriormente, añadió a sus habilidades la carpintería y la computación. Estudió derecho en la Universidad de Nuevo México, donde ganó la beca principal de la NFB, Ezra Davis Memorial, en 1992. Obtuvo el título de doctor en jurisprudencia y una maestría en administración pública.
En su desarrollo profesional, se convirtió en mentor de estudiantes ciegos y con problemas de visión. Su afán de superación le dio frutos, ya que consiguió el puesto de presidente de la Asociación Nacional de Estudiantes Ciegos (NABS) y fue un líder destacado en la Federación Nacional de Ciegos. Así, se transformó en un ejemplo de perseverancia y en una fuente de inspiración para aquellos que viven situaciones similares.
De una manera u otra, no solo se enfocó en su avance personal, sino que también ha sabido sacar adelante a su familia, quienes son indudablemente su fuente de motivación. Actualmente, Carlos Serván vive con su esposa e hijos, con quienes ya se ha establecido de manera satisfactoria en los Estados Unidos. Es director ejecutivo de la Comisión de Nebraska para Ciegos y Personas con Discapacidad Visual, miembro del comité ejecutivo del Consejo Nacional de Agencias Estatales para Ciegos y participa activamente en varias organizaciones de rehabilitación.
Por otro lado, ha encontrado en la literatura una afición, publicando sus experiencias y vivencias para motivar a otros. Recientemente, ha lanzado dos libros: Running Dreams, en inglés, y Aprendizaje de la oscuridad, un libro de memorias recientemente presentado en Lima.