La empresa estatal Córpac ofreció una serie de excusas que, según la Defensoría del Pueblo, iban desde lo inverosímil hasta lo ridículo, incluyendo la insólita afirmación de que el colapso podría haber sido causado por ratones.
Marcos Ibazeta, representante de la Defensoría del Pueblo en temas de corrupción, comentó en una entrevista a Panorama que las explicaciones de Corpac no convencieron. "Nos dijeron que las condiciones del terreno, el desgaste de los cables por su antigüedad, y hasta que los ratones podrían haber estado corroyendo los cables", señaló Ibazeta. La Defensoría del Pueblo rechazó esta justificación. "No nos pareció aceptable esta excusa", enfatizó Ibazeta. La falta de un plan de contingencia dejó en evidencia la improvisación y las pobres excusas de Corpac en un momento crítico.
Ibazeta explicó que Corpac no tenía una explicación concreta sobre la falla eléctrica. "Nos dieron a entender que todo fue un golpe de suerte. Preguntamos dónde estaba el problema y no nos dieron una respuesta precisa, sólo dijeron que no fue en un punto, sino en dos", mencionó. Con el reloj en contra y un problema que parecía no tener solución inmediata, Corpac emitió un aviso de emergencia a los pilotos (NOTAM). Sin embargo, ocultaron la gravedad del problema, creyendo que podrían solucionarlo en unas pocas horas, lo cual resultó ser una mera ilusión.
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Al día siguiente, una comisión especial de la Defensoría del Pueblo llegó a la torre de control del aeropuerto Jorge Chávez. Para ese momento, Corpac comenzó a tener una idea más clara de lo que había ocurrido. "Nos dijeron que podría ser debido a las condiciones del suelo, el desgaste del cableado por su antigüedad, y hasta los ratones que podrían haber estado corroyendo los cables", relató Ibazeta. Ante la pregunta de si realmente unos ratones eran los culpables, la respuesta fue evasiva: "Eso era una de las posibilidades, pero no había una respuesta concreta".
El Ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes, también comentó sobre la situación, afirmando que no se trataba de una negligencia operativa. "Como dijo el primer ministro, fue un caso fortuito que ocurrió bajo tierra". Sin embargo, la Defensoría del Pueblo fue contundente en su evaluación. "¿Pediría la cabeza del presidente de Corpac?", preguntaron a Ibazeta. Su respuesta fue clara: "Yo pediría la cabeza de todos los responsables". Incluyendo al Ministro de Transportes y Comunicaciones.
Corpac demostró una falta de consideración por el sufrimiento de miles de pasajeros. Entre excusas y justificaciones, nada pudo salvarnos de la vergüenza internacional. Ahora, Corpac enfrenta la posibilidad de ser declarada en emergencia debido a su evidente incompetencia.